“1898: Los últimos de Filipinas»… Película con exteriores isleños (Tenerife y Gran Canaria), que narra un suceso histórico sin atisbo de triunfalismo o patriotismo; últimos coletazos del colonialismo “marca España», se trata de un alegato antibelicista indiscutible… comparada con «Platoon» o «La chaqueta metálica».
En la presentación de su proyección; la veo más bien como una versión española de «El álamo» o «Zulu»… repito… sin alardes militaristas, la bandera ya está en el suelo desde su inicio… vergüenza y cabezonería embadurnan el patetismo de unos sujetos castrenses de alto rango (brutales Eduardo Fernández y, sobre todo, Luis Tosar), aplastando la inocencia del joven protagonista; miscelánea a entre el Jim Hawkins de «La isla del tesoro», el Joe de «Johnny cogió su fusil» o el Charlie sheen de la ya citada cinta de Oliver Stone… sobresale una excelente fotografía, que refuerza la ambientación, una épica b.s.o de Roque Baños; y una colosal interpretación de Javier Gutierrez.
Película bien narrada que se toma su tiempo para desarrollar trama y personajes, como en los viejos tiempos… y que en suma, respira aroma de cine clásico por los cuatro costados… necesaria como documento y como obra artística… junto con «Tarde para la Ira», de lo mejorcito del año pasado a nivel estatal.