Asistimos en pase único (y salado) al rockumental más polémico (con permiso de «Kurt Cobain: Montage of Heck») de los últimos años, a falta de ver «Amy» los autores de aquel se adentran en las luces y sombras de las peripecias (no solo musicales) de los hermanos Gallagher… esto es, la etapa dorada de Oasis, en plena resaca post-grunge y nacimiento del britpop… etiquetas absurdas que bautizaron géneros de reciclaje musical tanto en USA como en UK… los de Manchester se (auto) proclaman la última gran banda de la era rock revienta estadios, algo en lo que no estarían de acuerdo ni el actimel de Axl Rose ni el pánfilo de Chris Martín, pero la arrogancia de los hermanos va aparejada a una más que correcta obra musical; apenas los dos primeros discos «Definitively Maybe» y «Morning Glory» (1994-1996) álbumes repletos de himnos épicos de una envergadura artística intachable.
El recorrido extramusical, sin embargo, es el más jugoso del documental, dado que no dejan títere con cabeza, desde Phil Collins hasta sus propios músicos (el batería Tony Carroll y el bajista paul mcguigan)pasando por ellos mismos..mil y una refriegas fraternales, repletas de «fucks» en las declaraciones que van desde traumas de supuesto maltrato infantil hasta el uso y abuso de drogas y alcohol y el origen de celos y envidias, el talento o no de según quien y para que… batalla inherente al rock entre hermanos desde tiempos de los kinks, un ritmo adictivo con material de archivo acojonante ornamentan la película de anécdotas infinitas que culminan en el ya mítico concierto de Knebworth Park… lo demás no importa y ellos lo sabían… y ni el ojo extraviado ni los pájaros de altos vuelos han reverdecido los laureles de esos años supersónicos… tan entretenido como morboso, está es la historia de aquellas mañanas(e innumerables noches)de gloria.