Auserón afilando los colmillos. Nos personamos en el teatro lagunero y él nos espera «En la frontera». La platea está llena, el público canino entregado y él lo sabe. Botas de piel de serpiente, sumerge sus «Pies en el barro» y nos lleva de paseo a Nueva Orleans en busca de Louis Armstrong. Le acompañan Joan Vinyals a la solista y Gabriel Amargant, su pájaro de marisma; al clarinete y saxo tenor. Y tiene a los mirlos de su lado, filosofando y recordando a Dave Brubeck y a Dovtoiesky…»A morir, amor» pues… desgrana su repertorio reciente, sin miedo, lo defiende con elegancia y profesionalidad… «Nada» nuevo en su modus operandi… y nos ofrece el mejor remedio; «Agua de Limón», coreada a ambos palcos, se preocupa de la salud de los presentes, y se acuerda de los que se tuvieron que marchar en «El desterrado «.

El trío es irreductible, y el can se descuelga la guitarra y se levanta, recuerda a Panero y nos canta «Mala fama»… aplausos atronadores y hora de irse… llega el bis mientras cruzamos el «Río Negro». Gracias por «El viaje», Santiago. Un nuevo placer con los títulos homónimos de sus últimos discos. Pasión y buen gusto en el sonido criollo. Y sin mirar atrás… mestizaje impecable donde el blues se hermana con el soul, el R y B con el Rock, mientras nos arropa con estándares jazzisticos. Quinta vez que uno de los mejores músicos de este país deslumbra a un servidor…Imprescindible.

Autor de las fotografías, Javier Pino @jpfotographie.