viernes, abril 19, 2024

King Kong (1933): Un clásico atemporal que cautivó mi imaginación de joven. Por Jesús Hernández

Como amante del cine desde pequeño, siempre he disfrutado de las películas que me transportan a otra época. Recientemente al ver que el Festival Isla Calavera anunciaba su próxima edición con el 90 Aniversario de King Kong como protagonista, tuve la oportunidad de revivir un recuerdo especial de mi juventud cuando pude visionar la primera película de King Kong en el canal TCM dentro de la plataforma Canal Satélite Digital (allá por el 2001), en la comodidad de mi casa (eso si, con una televisión de pocas pulgadas y con un sonido que ni Bizarrap)

Recuerdo claramente la emoción que sentí al ver la película en la televisión de mi casa. Nunca había tenido la oportunidad de ver la película original de 1933 en versión original subtitulada. Sabía que estaba a punto de sumergirme en un clásico del cine y estaba ansioso por descubrirlo.

La historia se desarrolla en la misteriosa Isla Calavera, donde un cineasta llamado Carl Denham, interpretado por Robert Armstrong, busca una nueva sensación para su próxima película. Junto con su equipo, Denham se aventura en la isla y descubre a King Kong, una criatura gigante y poderosa que gobierna la isla. Desde el primer momento, quedé fascinado por los efectos especiales de la película. Aunque hoy en día estamos acostumbrados a los efectos visuales modernos (con mucha tela verde de fondo), los efectos de stop motion utilizados para dar vida a King Kong en 1933 eran verdaderamente innovadores y sorprendentes para su tiempo. Me maravillé con la fluidez de los movimientos de Kong y cómo interactuaba con su entorno.

Sin embargo, lo que realmente me atrapó de la película fue la historia de amor entre Kong y la protagonista, Ann Darrow, interpretada por Fay Wray (seguramente en estos tiempos, esto también estaría vetado). A pesar de su naturaleza monstruosa, Kong se enamora de Ann y la protege de todos los peligros de la isla. La relación entre ellos es compleja y conmovedora, mostrando el lado humano de Kong a pesar de su apariencia salvaje. Me emocioné con su lucha por proteger a Ann y su deseo de ser libre.

King-Kong de Merian C Cooper et Ernest B Schoedsack avec Fay Wray 1933

Además, recuerdo que la película tenía algunas escenas impactantes que me dejaron boquiabierto. La escena en la que Kong lucha contra un tiranosaurio rex es una de las más icónicas de la película. Aunque los efectos visuales puedan parecer rudimentarios en comparación con las películas modernas, la intensidad y la emoción de la escena eran palpables, y me tuvo siempre atento a la pantalla.

La importancia de King Kong en la historia del cine es incuestionable. Fue una película revolucionaria en muchos sentidos, desde sus innovadores efectos especiales hasta su enfoque en la narración de historias emocionales y complejas. Aunque fue lanzada hace casi un siglo, King Kong ha dejado una huella duradera en la cultura popular, con innumerables referencias y homenajes en películas, programas de televisión y otros medios.

KING KONG DAY EN EL FESTIVAL ISLA CALAVERA

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Escena pública de la película

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