La calle Ramón y Cajal de Santa Cruz de Tenerife ha sido tradicionalmente el epicentro del mundo del cómic en la Isla. La razón es que hace años quienes hoy dirigen las tiendas asentadas en este lugar compraban los tebeos en un kiosco cercano y por lo tanto a la hora de montar los negocios inmediatamente y de forma casi intuitiva aquellos pioneros supieron dónde ubicarlos.
A lo largo del sábado una serie de carpas ocuparon la acera con distintas propuestas que buscaban integrar a los tinerfeños en el mundo de los tebeos y alrededores con motivo de la celebración del Día del Cómic Gratis. En una de los stands los niños podían hacer dibujos, en otro utilizar la máquinas Arcade que estuvieron al borde de la extinción pero hoy son reivindicadas por un grupo de fanáticos, las tiendas ofrecían descuentos, los tatuadores enseñaban como pintar sobre piel artificial y los autores vendían directamente sus productos sin tener que pasar por el filtro de internet.
Las previsiones iniciales eran que las cifras se incrementarán sobre los 1.500 visitantes del año pasado y apenas una horas después de comenzar las actividades parecían que se iban a cumplir las expectativas. El Día del Cómic gratis es una vía para atraer a más lectores a este mundo y hacerlo precisamente por el camino más fácil y seguro. Entregándoles algunos ejemplares sin cobrar precio alguno.
Uno de los propietarios de la tienda Cómics y Mazmorras, Roberto Carlos Gutiérrez, ha estado presente ya en las cinco ediciones y asegura que en la actual han cumplido con las expectativas. La diferencia con las anteriores es que se han visto obligados a trabajar por su cuenta porque han tenido problemas con los colaboradores habituales de la Península. “El objetivo siempre ha sido que vengas con tus padres y puedas llevarte algo a casa” y para ello también han organizado diversos talleres de pintura o manualidades.
La ubicación de carpas en la calle ha sido un factor decisivo a la hora de atraer al público que pasa por Ramón y Cajal aunque sólo sea para darse una vuelta o tomar un cortado. En esta especie de feria estaba Edward T. Riker, editor de una serie de cuentos interactivos en el que el lector se convierte en protagonista, a la vez que también ha sacado a la luz obras tradicionales del terror de autores como Lovecraft. Era uno de los stands más visitados y este editor no se quejaba de las ventas sino todo lo contrario, “traje poquitos libros pensando que no iba a encajar con esta propuesta pero las comparas han sido brutales”. No estuvo en las otras ediciones por distintos motivos pero ahora que conoce la iniciativa no duda en animar a la gente a que siga participando en las próximas que se celebren, “porque lo que realmente necesitan los cómics son lectores”.
A su lado se sitúa la dibujante, Paula Medina, que ha elegido el seudónimo de Paulaooba Art con un puesto cargado de dibujos suyos que ha encontrado en esta cita una oportunidad única y no demasiado habitual para poder vender sus coloristas creaciones que se plasman tanto en tarjetas como en marcadores o láminas, basándose siempre en sus series favoritas.
La creadora se mostraba muy satisfecha con la recepción que tenía su trabajo, tanto en este encuentro como de forma habitual, lo que la ha llevado a dar el salto y convertirse en autónoma, todo un reto. Hasta ahora no ha podido vender sus obras a través de internet pero piensa hacerlo en breve así que se circunscribe a trabajar por medio de encargos que le hacen personalmente o a través de las redes sociales. En su momento estudió diseño gráfico y además hizo un curso de ilustración, entre otros y considera “todo un honor” que se pusieran en contacto con ella para participar en este día.
Noelia Hidalgo se ha centrado en elaborar camisetas, sudaderas y gorras con personajes cuyos diseños son “muy friki todo”, en concreto siente fascinación por el manga, anime… y de hecho para dejar claras sus intenciones indica que su página en internet se llama lagavetafriki.com pero además colabora con otras tiendas como la Comicsería, uno de los organizadores de esta cita. Las ventas en principio se enmarcan dentro de lo moderado, sin quejarse, es el segundo año en el que participa y señala que en en la primera edición salió satisfecha con la aceptación que tuvo.
Otro puesto que destaca por la originalidad es el dedicado a las máquinas Arcade que fueron famosas hace años y que ahora un grupo de fanáticos como José Francisco Morales reivindican y para ello han creado la asociación llamada Fabricando Nostalgia. El objetivo final no es otro que acercar a los niños de hoy a estas entretenimiento con unos resultados más que satisfactorios por la sorpresa que causa entre ellos estas máquinas casi prehistóricas. El colectivo colabora estrechamente con la empresa Canarias Arcade que es la que les facilita los dispositivos que escaparon de acabar en los puntos limpios.
Desde hace diez años vienen luchando por crear un museo en la Islas en el que no sólo se puedan ver sino también jugar con algunas de las cuatrocientas máquinas que han conseguido sobrevivir a la revolución que ha traído consigo los juegos online y las consolas. Hablamos de aquellos mastodónticos aparatos que se podía encontrar hace años en los recreativos en los que jugaron los padres que ahora acompañan y enseñan a sus hijos a usarlos y divertirse con ellos. “Te preguntan cómo funciona y le vamos explicando y diciéndoles que son el origen de las consolas de hoy en día. Es un juego muy familiar con más de diez mil posibilidades”, apunta.
Jennifer Salas está al frente del taller de Nama Beads que consiste en realizar a través de piezas de colores situadas sobre unas maquetas, una copia de un dibujo que se les facilita y que luego se pueden llevar a su casa de forma gratuita. Salas lleva seis años organizando este tipo de talleres que tienen una aceptación sorprendente y de hecho a lo largo del día se formaban colas de niños que querían hacer sus dibujos sin limitaciones de tiempo.
El propietario de la tienda de tatuajes, Calígula Studios, Víctor Arrocha estaba al frente de un stand en el que se enseña a los niños todo el proceso para elaborar cómics sobre bocetos que luego ellos colorean. Llamativa resultó la actividad en la que participaron dos tatuadores profesionales que hicieron sus diseños sobre una piel sintética en una especie de confrontación más simbólica que competitiva.
A través de las redes diversas personas les hicieron llegar otros dibujos que luego los participantes han intentado plasmar en la realidad, de manera que finalmente eran elegidos los ganadores. También organizaron una charla en la que explicaban todo el proceso que conlleva la decisión de hacerte un tatuaje, como es la elección del dibujo y la forma en la que debe “curarse” en los días posteriores.
Dentro de la tienda uno de los profesionales se encargaba de llevar a cabo estos tatuajes que tenían descuentos en caso de estar relacionados con el mundo del cómic. Es el segundo año que participan en esta cita, básicamente por que llevan abiertos dos años pero la principal novedad de la actual es la ubicación de carpas en la calle lo que ha propiciado muchísimo más el acercamiento de los visitantes y animarlos a participar.