Olga Cerpa, una de las voces más reconocidas de Canarias, se une al elenco de César Manrique, el musical, un homenaje escénico al icónico artista lanzaroteño. En esta entrevista, Cerpa comparte su experiencia al dar vida musical a una figura que marcó la historia del archipiélago. Con una profunda conexión entre el arte y la naturaleza, el musical promete emocionar al público en sus presentaciones los días 26, 27 y 28 de septiembre en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife.
Olga, tu participación en César Manrique, el musical añade una dimensión musical al retrato del artista. ¿Cómo ha sido para ti interpretar, a través de la música, la vida y obra de un personaje tan emblemático para Canarias?
Olga: La verdad es que hacía muchos años que queríamos poner en marcha este musical, porque la figura de César ha sido fundamental en la historia de Canarias. Él fue el primero en hablarnos sobre el medio ambiente, sobre cuidar nuestro territorio, sobre que somos un espacio singular y frágil que debemos proteger. Y eso me caló profundamente. Además, tuve la suerte de conocerlo personalmente en la inauguración del Jardín de Cactus. Nos invitó a cantar en ese evento, y fue una experiencia maravillosa, una noche que se me quedó en el alma. Celebrar la vida de César en este musical es un orgullo más que un trabajo. El elenco, la música… todo es grande. Para mí, César es como un Padre Dios para Canarias.
César Manrique defendió siempre la conexión entre arte y naturaleza. ¿Cómo crees que la música y el canto, en particular, pueden transmitir esta relación tan fuerte que él tenía con el entorno natural de Lanzarote?
Olga: La relación entre el arte y la naturaleza es inseparable, y la música, como forma de arte, tiene la capacidad de generar emociones muy potentes. En el musical tratamos de reflejar eso. Además, Mingo Ruano, que interpreta a César, lo hace de una manera brutal. Es como ver a César en persona, pero no desde la imitación, sino desde el respeto y la recreación de su carácter, tanto en su faceta más íntima como en su lado batallador y divertido. Y, por supuesto, la música añade esa fuerza emocional. Al final, todos salimos del espectáculo con la sensación de que todavía tenemos mucho por descubrir de nosotros mismos, y de que César sigue teniendo mucho que enseñarnos.
El musical refleja varias etapas de la vida de Manrique: desde su niñez en Lanzarote hasta su época en Nueva York. ¿Cómo has trabajado para adaptar tu interpretación vocal a estas distintas fases y emociones de su vida?
Olga: Bueno, en el musical hay más cantantes además de mí. Mingo y Lucía, por ejemplo, también tienen papeles estelares. En mi caso, mi primera intervención es sobre la pérdida de Pepi, la esposa de César, que murió muy joven. Canto una balada preciosa sobre esa pena que lo marcó para siempre. Luego, hay momentos más festivos, como cuando canto La Rama de Agaete, o más reivindicativos, como en el discurso que César dio frente a las excavadoras, que fue una de sus acciones más icónicas. Así que paso de la tristeza a la alegría, la rabia y la esperanza, que es lo que define la vida de César.
¿Qué significa para ti, como artista nacida en Canarias, formar parte de un proyecto que celebra a una figura tan importante para la cultura y el paisaje del archipiélago como César Manrique?
Olga: César fue quien despertó en varias generaciones la conciencia de cuidar nuestro territorio. Logró que los campesinos de Lanzarote entendieran que solo sobreviviríamos si cuidábamos la tierra. Él no solo hablaba, también actuaba. Para mí, su figura es clave, y creo que debería ser estudiado en las escuelas. Fue un gran artista y pensador, y su mensaje sigue siendo de total actualidad, especialmente ahora que enfrentamos problemas como la masificación turística y la destrucción de nuestros paisajes naturales. César es un patrimonio de todos los canarios, no solo de Lanzarote, y eso lo han conseguido muy pocos.
¿Crees que el musical podría ayudar a que los jóvenes descubran su figura?
Olga: Sin duda. Me encantaría que fuera posible hacer funciones del musical para los institutos, porque creo que es fundamental que los jóvenes conozcan a César y su mensaje. Podríamos hacer pases especiales o incluso llevar el musical a los centros educativos. Creo que sería una gran oportunidad para que las nuevas generaciones entiendan la importancia de su legado.
Tu carrera ha estado marcada por una profunda conexión con la música tradicional canaria y su evolución. ¿Cómo ha influido esta base en tu interpretación dentro de un contexto más contemporáneo como el de César Manrique, el musical?
Olga: Son experiencias diferentes, aunque ambas aportan. En la música tradicional trabajamos con una evolución a partir de nuestras raíces, haciendo cosas nuevas. En un musical, sin embargo, tienes una estructura fija, movimientos escénicos que debes seguir, y todo está mucho más condensado. Es un aprendizaje distinto, pero muy enriquecedor. Al final, ambas experiencias te hacen más sabia en el escenario.
El público de Santa Cruz de Tenerife está ansioso por disfrutar de este musical en el Teatro Guimerá. ¿Qué pueden esperar en términos de la energía y emociones que se transmitirán a través de la música y tu interpretación?
Olga: Lo único que puedo garantizarles es que saldrán diciendo «qué bueno que no me lo perdí». Es un espectáculo con una altura artística increíble y un elenco maravilloso. Les aseguro que no se arrepentirán de haber comprado su entrada.