jueves, marzo 6, 2025

Gáldar se entrega a Luis Fonsi. Por Noelia Gil

Ni las inclemencias meteorológicas pudieron frenar al vendaval puertorriqueño, que ofreció un concierto histórico ante el público que le abrió las puertas de España

Era martes de Carnaval, aunque había muy pocos disfraces y muchos chubasqueros y paraguas. Alguna tímida mascarita asomaba entre la multitud que hacía cola en la cuesta de la calle Maninindra.

A eso de las ocho menos cuarto, las puertas se abrieron y la gente comenzó a abarrotar el Recinto Cultural La Quinta. “Estamos aquí desde tempranito, aguantando la lluvia”, decía una joven integrante del grupo de seguidoras que ocupaban la primera fila, con unas sudaderas a juego en honor al cantante.

Se respiraba ilusión en el ambiente. El último concierto de Luis Fonsi en las islas fue en 2018, en pleno auge de su éxito mundial Despacito, en colaboración con el también puertorriqueño Daddy Yankee. Muchas cosas pasaron desde entonces, pandemia mundial incluida, y Fonsi debía reencontrarse con su querido público canario.

Pasadas las ocho y cinco, la joven Gara Alemán, acompañada de Pedro M. Vega, su guitarrista, inundó el escenario galdense con su portentosa voz, con un repertorio que abarcaba algunos clásicos del pop español: La mala costumbre, de Pastora Soler; Ni un segundo y No voy a cambiar, de Malú; y Te has perdido quién soy, de Vanessa Martín. La majorera, que formó parte del Team Fonsi en el concurso La Voz e incluso llegó a la final, dejó muy buenas sensaciones entre los asistentes, allanándole el terreno a su ex “coach”.

Una fuerte tromba de agua interrumpió la actuación de Garay puso en jaque la celebración del concierto. El equipo técnico se dejó la piel achicando el agua y protegiendo todo el material con la esperanza de poder retomarlo. Y como si de un milagro se tratara, tras unos cuarenta minutos de duda, la lluvia cesó y Luis Fonsi salió al escenario ante los gritos y aplausos de las más de 9.000 personas que llenaban el recinto.

Fonsi arrancó su particular “viaje” musical con Corazón en la maleta, un clásico de su disco 8, publicado en 2014; seguido de Panamá-también conocida como Pasa la página– y Vacío. Tras este potente inicio, el artista le dedicó unas palabras de agradecimiento a su público, que fielmente aguardó aquellos minutos de incertidumbre previos al arranque del espectáculo pese a las inclemencias meteorológicas.

“Gran Canaria, gracias por ser parte de mi historia, de mi viaje. Sin ustedes esto habría sido muy diferente, se los prometo”, apuntó agradecido y visiblemente emocionado. Acto seguido, interpretó Imagíname sin ti, Nada es para siempre, Roma-a dueto con sus fans- y Calypso, poniendo así fin al primer “set”. La segunda parte, precedida por unas imágenes de los primeros años del cantante que enternecieron a los asistentes, comenzó con Imposible y siguió con Date la vuelta.

Volvió a colgarse la guitarra para interpretar uno de los himnos de su carrera: No me doy por vencido. Con dedicatoria especial a aquellas personas que necesitan “que les digan que

todo va a estar bien”, se entregó a su gente, orientando el micrófono hacia ellos y cerrando los ojos para que gritaran los versos de, con permiso de Despacito, su tema insignia. Tras este emotivo momento, concluyó el segundo acto con Bésame y Aquí estoy yo, al calor de las linternas de los móviles del público.

Se acercaba el final, al tiempo que acortó la duración de las siguientes canciones que interpretó: Apaga la luz, Dolce, Por una mujer, Party Animal y Marbella, con guiños musicales a Adventure of a life time y Bohemian Rhapsody incluidos. Tras bromear con marcharse, el ‘no’ unánime que recibió como respuesta le animó a mandar “pa’l carajo la lluvia” y a arrancarse una versión del clásico I wanna dance with somebody, de Whitney Houston, al tiempo que presentaba a los miembros de su banda y de su cuerpo de baile.

Tras una falsa despedida, el puertorriqueño pisó las tablas, ahora sí, por última vez para satisfacer a su público, que no paraba de pedir “otra”. Cerró el concierto con Échame la culpa y la siempre imprescindible Despacito, canción que le otorgó el reconocimiento internacional. Cogió una bandera de Canarias y la mostró al grito de “pío pío” para dar por concluido el espectáculo pasadas ya las diez de la noche.

El paso del 25 Años Tour de Luis Fonsi por Gáldar sirvió como celebración de su prolífica carrera ante quienes le abrieron las puertas de España décadas atrás. Hubo tiempo para bailar -y, de hecho, el artista demostró buenas destrezas en eso de la danza- pero también para las baladas románticas a guitarra.

Tanto su banda como sus bailarines demostraron estar a la altura de las circunstancias, acompañando y generando momentos de complicidad. No se queda atrás el calor del respetable, completamente entregado a su estrella pese al aguacero y las bajas temperaturas.

En un momento de “fast music”, donde la fama instantánea y las canciones de dos minutos colman las tendencias musicales de la década, Fonsi demuestra que la música de siempre y que la reinvención sin renunciar a las raíces artísticas son posibles. La solidez de su carrera, que cumple ya un cuarto de siglo, no es casualidad: es el fruto de un trabajo bien hecho, cimentado de forma progresiva a base de cariño, agradecimiento y buena música. Quizás por eso la lluvia respetó la hora y pico de espectáculo, porque poco o nada tenía que hacer ante el “vendaval Luis Fonsi”.

Escrito por Noelia Gil

Popular Articles