La banda tinerfeña presenta este jueves 20 de marzo su nuevo repertorio en la sala de cámara del Teatro Leal, en La Laguna, a las 20.00 horas
El sexto trabajo de estudio es un ejercicio de dub y experimentación con ocho composiciones y un relato pegado a cuestiones que preocupan, con letras en inglés y español
Santa Cruz de Tenerife, 18 de marzo de 2025
La banda tinerfeña The Conqueror Project escribe una página mayor en su trayectoria artística con el lanzamiento de Kamikaze Politikz (2025), sexto álbum de estudio al abrigo de los sellos Lambada Records y Run Run Records. Ocho nuevos temas que arropan un trabajo discográfico que abraza lo conceptual y marca relativa distancia con los discos anteriores de este laboratorio sonoro del dub con denominación de origen, en concreto los dos últimos DubLab Vol 1 (2019) y DubLab Vol 2 (2022). Grabado, mezclado y masterizado el pasado año por Julio Armas en The Conqueror Studio, en Santa Cruz de Tenerife, Kamikaze Politikz es también el retrato sonoro de una banda que alcanzó la madurez hace tiempo, y que con esta nueva referencia da un paso hacia adelante en la búsqueda de una sonoridad que ya manejan a la perfección. Seguir experimentado alrededor de la riqueza rítmica del dub para hacer las cosas de manera diferente.
Kamikaze Politiks se presenta en directo en la sala de cámara del Teatro Leal, en La Laguna, Tenerife, este próximo jueves 20 de marzo, a las 20.00 horas. Las entradas están disponibles en el enlace: https://tickety.es/event/efecto-laguna-the-conqueror-project.
En este nuevo álbum. la banda ha contado con la colaboración de la saxofonista grancanaria Alba Gil Aceytuno, que mete saxos en Negationist y Tragedy, y flauta en Sapiens Sapiens, además del concurso del Coro Kamikaze, en el que participan Melania Pérez, Alberta Hernández, Isabel Implacable, Beatriz Polegre, Eduardo Morales y Alba Gil Aceytuno.
Héctor Mesa, a la batería; Carlos Pérez, a la percusión; Jaime Pérez Amador, bajo; Eduardo Morales, teclados; Diego Hdez, guitarras y voces; José Pablo Rodrigo, guitarras; y Julio Armas, en la producción y mezcla dub, integran The Conqueror Project.
Este nuevo álbum de The Conqueror Project no anticipa un posible cambio de ciclo en lo musical, pero nada es igual a lo anterior. La idea primigenia de este álbum, el punto de partida, era dar una vuelta a todo lo grabado anteriormente. Así, al grito de Banzai, Banzai, y el fraseo que repite “Give me one reason to let you drive” –“dame una razón para que te deje conducir” – comienza Kamikaze Politiks, con la pieza de título homónimo que abre el álbum.
La inclusión de letras en inglés y español, e incluso temas en que se mezclan ambos idiomas -recurso que la banda ya había utilizado en anteriores trabajos, tiene que ver con la dinámica de composición musical de la banda. Así, en este disco de The Conqueror afloran temas en inglés, otros en español, y otros mitad y mitad.
Fruto de esa dinámica se han construido temas como Brûle o Sapiens Sapiens, que por conveniencia se escoran a la lengua castellana; y otros como Let Go o Doomscrolling donde el inglés se mezcla con el español.
Este Kamikaze Politiks ha tenido su proceso de gestación, casi a fuego lento. En este sentido, la banda realizó varias sesiones con un resultado parejo a las grabaciones de los Dub Lab de las que fueron saliendo algunas de las composiciones del nuevo repertorio. En par de semanas, la banda completó el set y el disco estaba prácticamente cerrado.
En conjunto, el sexto álbum de The Conqueror Project es un libro abierto por que transitan ideas y situaciones que a todos nos preocupan, y que en cierta manera nos hacen vulnerables. Nada es gratuito en el relato literario que acompaña la vigorosa base rítmica de los maestros del dub. Con la pandemia y el confinamiento en el retrovisor, algunos pasajes de Kamikaze Politiks retratan las cosas que preocupan y emerge esa sensación de angustia y de pérdida del sentido de la vida tal como la conocíamos. Es el caso de piezas como Let Go: “Ya no puedo ni cantar, sin sonrojarme, por mi frivolidad, oigo, la que está cayendo, veo, la que está viniendo…”; o los versos con los que arranca Brûle: “Me comió la lengua el gato, me cogió aquí sentado, frente a una realidad, que ya nadie sabe, si viene o si va…”.