Por cortesía de Santi Suárez, que nos ha hecho llegar esta joya, disfrutamos de las tiras de Carlos Til, obra y gracia (nunca mejor dicho) de J.L Martín (El dios).
La maquetación corre a cargo del amigo Eduardo González (Dentro de la noche, Autobiopsia). Y lo que tenemos aquí es el día a día de un político… español, of course. En tiempos convulsos como estos, urge ser testigo de excepción de un sujeto como Carlos Til. Desde la hipócrita vertiente constante de actuar como tal, como miembro de un partido, como representante del pueblo, como padre de un nini, como ciudadano (¿ilustre?) español, Martín nos sumerge en las mezquinas, incongruentes y cínicas peripecias del diputado, mediante un prisma tan sangrante como endemoniadamente divertido.
La hijoputez es trending topic y aquí está plasmada de forma prodigiosa. Esta joya gráfica (que nada tendría que envidiar al Wilson de Daniel Clowes) es la crónica en primera persona de las mezquindades que nos asolan en los medios. Más allá del gag visual (maestro donde los haya), Martín se regocija en el panorama disparatadísimo de puro delirio que estamos viviendo, sustentado en diálogos mordaces y ráfagas hirientes de pura ironía, como reflexión del evidente descojone patrio que padecemos.
Un auténtico placer, tan necesario como hilarante, que están tardando en adquirir. Y si quieren más, no olviden meteros en Humoristan. Imprescindible.