Estamos ante uno de esos films, que no llegaron a salas, o que se estrenaron directamente en plataformas, como Capone o Kelly,s Gang (ya comentadas en Culturamanía). Evidentemente, la pandemia ha paralizado todo, y en la retaguardia se quedó éste, proyecto personal de su protagonista, Tom Hanks. Es sabido el interés de éste por la historia en general (su labor como productor de documentales) y por la segunda guerra mundial en particular (era uno de los impulsores de las excelentes series Band of brothers y The Pacífic).
Hanks vuelve a las trincheras, tras Salvar al soldado Ryan, pero ésta vez en alta mar. Abandona a su esposa en las navidades de 1942 (efectiva, pero muy breve Elizabeth Shue) para liderar un convoy naval, en los primeros días de la incorporación de Estados Unidos, en el bando aliado. El film funciona como un reloj; apenas día y medio de acoso y derribo. Esto es, Western sobre olas con la tensión por bandera, recuerda un tanto a películas como Punto límite o El diablo sobre ruedas. 90 minutos de suspense sin respiro. Espectáculo que va al grano, este Hundir la flota, da lo que promete, sin ninguna otra pretensión. Casi una función teatral con efectos especiales de primera categoría. En el elenco, también encontramos a Stephen Graham, recientemente visto en El Irlandés, e inolvidable Al Capone en Boardwalk Empire.
Hora y media de entretenimiento, sin ínfulas de trascendencia.