sábado, noviembre 23, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Men»

Alex Garland ha vuelto con una sorpresa en plena temporada veraniega. El guionista de La Playa, 28 días después o Sunshine, para Danny Boyle, siempre ha construido personajes femeninos fuertes. Lo vimos en su guion para Dredd, y, sobre todo, en sus dos anteriores (y brillantes) films; Ex Machina y Aniquilación. Nuestro hombre abandona la ciencia ficción por el relato de terror. Planteamiento hitchcockiano, que gira de Robert Bloch a Henry James, para ofrecernos un acercamiento en determinados matices, al Repulsión de Polansky. Jesse Uckley es la protagonista, y sobre sus hombros reposa trama y trauma. Se aísla a una casa en el campo en las afueras de Londres donde, prácticamente, todos los hombres son iguales, aquí en sentido literal. Con un suspense extraordinariamente bien llevado, se ha tachado de misógina por un lado, y de feminista por otro. Si bien hay cierto tufillo sobre el peligro del patriarcado (todos los personajes masculinos son detestables), la película es mucho más. Así pues, estamos ante un one woman show, en el que el horror psicológico también está presente (y ésto nos recuerda a otra obra maestra del director polaco; la semilla del Diablo).

La metáfora se impone sobre la narrativa convencional, y lo surreal se entremezcla con lo personal. Se le supone un elemento sobrenatural que estalla con fuerza en un clímax que haría las delicias de los dos David (Lynch y Cronenberg). El maltrato en todas sus acepciones, la maternidad, el sentimiento de culpabilidad y la violencia machista componen un relato inquietante, con reflexión perturbadora. Rory Kinnear está imponente en todos sus roles. Saquen sus propias conclusiones, pero no dejen de disfrutar de la música, la fotografía y un ritmo parsimonioso desafiante para estos tiempos (súper) heroicos. El horror… el horror.

Imagen promocional de la película

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