sábado, noviembre 23, 2024

Crónica del concierto Depedro en el Aguere. Por Adrián Gómez

Decía Jairo Zavala en la rueda de prensa matinal, que el se consideraba, simplemente, un trovador de canciones. Sin más. Sus influencias y su motivación musical, nacen de las reuniones familiares, fruto de la música popular más inmediata. Y luego está el efecto esponja de haber visitado los cinco continentes, y empaparse bien. Su humildad le precede, y su obra habla por sí misma.

512 entradas vendidas. Sold Out. Todo lleno para el concierto de clausura de la octava edición del Docurock. El artista posee un poder de convocatoria aplastante. Y allí nos reunimos las 500 almas, acompañados de Nick Cave o Silvio Rodríguez, hasta que los primeros acordes de Cómo el viento, nos lleva en volandas. Músico comprometido, su calado en el público se demuestra en piezas como la que da título a su último trabajo: Maquina de Piedad. Viene sólo, con su guitarra de palo, defendiendo un cancionero blindado durante dos décadas. Así, himnos como El hombre bueno, obtienen calurosa respuesta desde el minuto uno. Precisamente, la comunión con la audiencia es impactante. Bailan y corean todos los temas, tantos los clásicos como los más recientes.

Y todo a pelo, haciendo hincapié en cómo ciertos arreglos de la banda hubieran ayudado aquí y allá. No hace falta, el cantautor rasguea las seis cuerdas, dejándose la piel, cómo si del primer Dylan se tratase, o el Pete Townshend más acústico. Su dominio del instrumento es tal, que suple incluso elementos percusivos . Nos vamos al D.F y también conocemos a El pescador. Sorprendente su versión de Fiesta, del maestro Serrat, enardeciendo al público para otro momento cumbre: la interpretación de Te Sigo Soñando. Éxtasis.

Recta final con Miedo o El puñal, se suceden las tonadas, hasta desembocar en el clímax emotivo de Mañanita o Diciembre. Bis para el recuerdo. Un guiño a la gran Chavela Vargas con Llorona… y volvemos a aterrizar, con la promesa de que volverá con su grupo. Por de pronto, una velada única en la que la cultura, la solidaridad, la energía y las ganas de vivir se dieron la mano…
» Y cuando vuelva la rugir la vida y cuando el miedo se quede sin guardias, agarrate a mis huesos que siguen en pie… luchando por ti»

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