Estrenado en febrero, este ejemplar thriller es del año pasado. Pasó sin pena ni gloria por salas injustamente. La pandemia ha hecho estragos en la cultura, pero la era de las plataformas también. A menos que la película sea basada en un cómic, el público potencial ha abandonado el placer de dejarse sorprender. Este modesto policiaco cumple su objetivo durante dos horas. La atmósfera que logra el director John Lee Hancock (El Álamo, El fundador, El novato), que ya dio muestras de su talento para el género en la briosa Emboscada final (Netflix) , se ve complementada por la minimalista y eficaz banda sonora de Thomas Newman (Cadena perpetua, La milla Verde, American Beauty). Un punto de partida subyugante, que diríase un cruce entre Seven y En el calor de la noche, se torna en un supuesto relato de redención. Así, cuando el espectador cree que está viendo la enésima Buddy movie con serial killer de por medio, desentierra sus prejuicios ( nunca mejor dicho) en la segunda mitad del fílmico. Y todo sustentado en tres actores oscarizados: el aqui comedido Denzel Washington (Training Day), el soso e imposible Rami Malek (Bohemian Rhapsody) y el espectacular y sorprendente Jared Leto (Dallas Buyer,s club), que es quien anima la función, con nocturnidad y…. alevosía?.
Son esos pequeños detalles del título (The little Things), las cosas insignificantes, las que son más importantes. Fundamento destilado a lo largo del metraje, con un clímax algo precipitado y no tan rompedor como se pretende. Pero el suspense está bien llevado hasta las últimas consecuencias. Lastima de la inexpresividad de Malek, incapaz de mostrar en el último tramo todo el tormento interior que su personaje necesita. Totalmente lo opuesto a Washington, cuya sobriedad y madurez, le sienta como un guante a Joe Deacon, detective forense acuciado por las circunstancias años ha, cuya posibilidad de redimirse se complica en una especie de cierre de círculo tan irónico como inevitable. A recuperar.
