Entretenimiento honesto, con sabor añejo y tono vintage, ésta space opera producida por Sam Raimi (30 días de oscuridad está en su factoría, por ejemplo) representa el bautismo de fuego cinematográfico de sus protegidos Scott Beck y Bryan Woods , artífices de la serie de cortos 50 states of fright; también bajo el amparo del autor de Evil Dead.
Éste Robinson Crusoe en el espacio encarnado por el muy eficiente Adam Driver, mejor actor de lo que piensan los detractores de Kylo Ren (Patterson, Historia de un matrimonio, Midnight Special, Infiltrados en el KKKlan, El último duelo), astronauta que cumple una última misión, dejando mujer e hija (enferma) atrás, con el consecuente remordimiento y trauma, aterrizando accidentalmente en un planeta inhóspito, habitado por… dinosaurios, y hallando a una infante huérfana (Arianna Glatt) donde logra ver una especie de redención. La niña, al igual que E.T, añora su» casa», y atravesarán mil y un peligros, a lo largo de una trama sin pretensiones, que bebe tanto de la literatura Pulp scifi ( Henlein, Asimov, Hal Clement, Bradbury), cómo de títulos de culto del género (Enemigo Mío o la mítica El planeta de los simios) . Uno va alerta, pues el planteamiento puede recordar a las funestas After Earth (Shyamalan) o el remake de la adaptación de Pierre Boulle (Tim Burton), con » Crash landing» incluido en un ambiente oscuro y pantanoso (Dagobah), desmarcandose también de la lamentable El sonido del trueno de Peter Hyams, que destrozó el magnífico relato literario del citado Ray Bradbury.
Aventura en estado puro, y viaje iniciático, con el que el espectador avispado atará cabos, atendiendo al título y a la lluvia de meteoritos…diversos cliffhangers encadenados (la catarata, la criatura en la cueva, los sucesivos ataques) le dan un toque daily strip más que bienvenido (al estilo Mandaloriano, para que lo entiendan las nuevas generaciones). Pues eso; con Star Wars y Star Trek dando lo mejor de si en TV , Marvel Disney en caída libre, y DC Warner dando palos de ciego, se cuela un pequeño film modesto, referencial y ameno, sin ánimo de trascender, sino de hacernos viajar más allá de las estrellas durante hora y media…y a fe que lo consigue.
Imagen promocional de la película