jueves, marzo 28, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película Aquaman

Desastre de proporciones oceánicas, está nueva incursión DC-Warner naufraga a todos los niveles… guion, montaje, diálogos, plantel actoral… todo hace aguas y nunca mejor dicho. Resulta increíble que este desatino icnográfico y soporífero venga firmado por el autor del primer Saw, Insidious o el estupendo díptico de The Conjuring. Momoa, tan nulo como siempre, da vida a Arthur Curry, cuya similitud con el personaje del comic, a nivel ético y estético, es pura coincidencia. El mestizo se codea con Nicole Kidman y Willem Dafoe, que, tras ser víctimas de un lifting digital, siguen cobrando cheques y acumulando bodrios. Amber Heard pone la nota romántica y Patrick Wilson, quizá el mejor de todo el elenco (no es muy difícil) da vida al hermanastro ofuscado, adalid de Greenpeace que anhela corona y tridente en el Reino Snorkel, pero para eso está nuestro caballito de mar, para impedirselo, tras la supuesta muerte o así, de su padre (y el de Bobba Fett), el maorí Temuera Morrison.

Tras un prometedor arranque de rejuvenecimiento virtual, que nos narra los orígenes del cachas acuático, y ese prólogo con el asalto de Manta negra, aquello se hunde irremediablemente, configurando un cruce imposible entre El espantatiburones, El Príncipe de Persia, el propio Conan de su misma estrella y la insufrible Avatar, por seguir metiendo en la batidora.

El apabullante despliegue CGI en la presentación de Atlantis, es casi lo único destacable a nivel visual, siendo superada a todos los niveles por la muy reivindicable (esta sí) Valerian. Este blockbuster fuera de tiempo y de lugar, se queda a medio camino de otras tentativas fantástico-aventureras de la casa de bugs bunny, como las injustamente denostadas Júpiter Ascending, Legend of tarzan o King Arthur, filmes con sus taras, pero a años luz de este en todos los aspectos.

Lo peor es que nos la han vendido como la nueva Wonder Woman y ni siquiera se acerca a Supergirl. Dos horas de puro tedio y una trama repleta de tópicos tan sonrojante que uno sólo puede oxigenarse recuperando divertidos exploits como Másters del universo y Flash Gordon para olvidarse de este engendro y emerger de tal temible montaña de musgo. A evitar

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