viernes, octubre 11, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película Jurassic World: El reino caído

 

Remake inconfeso de El mundo perdido (la secuela de la original, literaria y cinematográfica, y no la obra de Arthur Conan Doyle), pero con más pasta, mas CGI y más situaciones inverosímiles. En un mundo (perdido… totalmente) en el que las películas más taquilleras de la historia son (ahora) Infinity War, El Despertar de la Fuerza, Avatar y la primera Jurassic World, es más fácil entender el porqué de que esta soberana memez arrase en el box office. Repetitiva, previsible e indignante, se le encarga la dirección al niño mimado de mediaset, el inefable J.A Bayona, cuyo film más loable sigue siendo esa pieza de orfebrería de suspense- terror llamada El Orfanato, y luego se dedicó a rodar telefilmes de sobremesa con gran presupuesto, con un aparato promocional tan brutal detrás como la campaña de este producto de Amblin, tan inflado de proteínas como falto de vitaminas

Tras un prólogo absurdo que no aporta nada al resto del film, donde se nos muestra como actúan en comandita el T rex y el Dino acuático (sorry, pero mis conocimientos de paleontólogo son justitos..como los de los guionistas) se nos presenta, una vez, más a un otoñal y genial Jeff Goldblum, de lo poco a rescatar de  todo el embolado, encarnando una vez más a Ian Malcom, teórico del caos, a quien parece no habérsele prestado suficiente atención en 25 años…ni los empresarios avariciosos, ni los productores( que vienen a ser lo mismo, vamos) .Después que si en el antiguo- nuevo- eterno Loro Parque de dinosaurios, la isla Nubla, (o Sorna, o San Borondón, ya me perdí desde el 97), los animalillos campan a sus anchas, después de la masacre de la anterior, se ve amenazado por la inminente erupción volcánica, y hay que sacarlos de allí con fines altruistas ( o no).

Tras tal propuesta esta James Cromwell (en su sempiterno papel de científico venerable creador visionario, como en Yo Robot o Los Sustitutos) y el prota de (la muy superior y más honesta) Ritual, amén del típico infante repelente, marca Amblin,y de siempre lo más insufrible de toda la saga, aquí una nietisima clónica.

Total que dan el toque al Starlord y a La joven del agua ( que deberían estar en presidio, sobre todo la segunda después de la que se armó en la anterior, o sea un Disney World gore), tan inexpresivo el primero como exuberante la segunda, que repiten porque les mola correr delante de los bichos, y les entra el espíritu ecologista cuando ven a tiernos dinosaurios herbívoros en planos manipuladores, de esos que tanto gustan a Bayona, para que el espectador moquee a gusto y se solidarice con los bichejos, aunque minutos antes se pongan morados con piscolabis humanos…En fin, no faltan cazadores muy malos, como Ted Levine (inolvidable Buffalo Bill en El Silencio de los Corderos), asistentas muy nobles como Geraldine Chaplin (de lejos, la mejor intérprete del desaguisado), o compradores de armas muy malos (fíjense bien en la escena de la subasta… Todos rusos, árabes y el instigador de todo… el genetista oriental de la primera parte… coreano fijo).

Luego se hace de noche y llueve mucho (como en las pelis de DC), por aquello de darle un aire más solemne y artístico, y el Bayona se desata del todo. Maneja los golpes de efecto como nadie… lástima que cada escena la adivinemos antes de que suceda… como el destino del cabroncete de Tobey Jones (otro que hace siempre lo mismo) y la torpeza selectiva de las víctimas del Raptor Alíen. Aquí los dinos son más listos que nunca, incluido el velocirraptor snoopy de Chris Pratt, tan listos como Spielberg y sus secuaces (estos sí son carnívoros), cuyo final es tan estúpidamente abierto como siempre… Tal cúmulo de sandeces solamente es soportable sí uno no ha ido jamás al cine, la crisis de creatividad, la falta de garra (nunca mejor dicho) y la falta de respeto por la inteligencia del espectador es tan alarmantemente atroz que uno solo puede darle la razón al título de la película… El reino caído.

Si quieren desintoxicación, el viernes 29 de junio pueden volver a disfrutar una obra maestra donde el terror, la aventura, la tensión y el suspense casan a la perfección… cuando Spielberg manejaba todos los resortes emocionales con brillantez… esta tontería jurásica a evitar y olvidar.

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