Astuto y poco inspirado biopic del escritor inglés, creador de La tierra media, y, por consiguiente, autor de tres obras capitales de la literatura fantástica del pasado siglo: El hobbit, El señor de los anillos y El silmarilion, entre otras.
De su infancia a la creación de su primer círculo de amigos, fundadores del club social literario, pasando por el despertar de su interés por la filología y la mitología nórdica, o su romance y posterior casamiento con su amor de toda la vida: Edith Nicholas Hoult (que ya interpreto a otro literato legendario, J.D Salinger en la superior Rebelde entre el centeno), no da la talla como John Ronald Reuel Tolkien, y Lily Collins (Ted Bundy) como su objeto platónico- romántico tampoco trasciende.
Solo Colm Meaney (La camioneta) y sobre todo el magistral Derek Jakoby (Yo Claudio) en un papel a su medida, cumplen su cometido actoral. Sumémosle una bella partitura de Thomas Newman (La milla verde), y una creíble ambientación, apoyada por una hermosa fotografía (palpable, sobre todo, en la escenas ubicadas en exteriores, muy de agradecer en plena era de pantallas verdes), como únicos puntos a favor, en dura pugna como las ridículas escenas bélicas donde nuestro protagonista alucina con Nazgul y dragones, como si de una epifanía se tratase (alguien se cree que un tipo ocupado en salvar el pellejo sorteando lanzallamas alemanes en plena trinchera, tiene tiempo, cuerpo y mente para semejante revelación?) en la primera guerra mundial. Por si fuera poco, cuando aquello empieza animarse (Tolkien ya asentado familiar y profesionalmente, primeros esbozos de las aventuras de Bilbo Bolson, etc), se acaba el filme; quedando en el tintero lo más interesante (la formación de The Inklings, su amistad y relación epistolar con C.S Lewis, el proceso de elaboración del léxico álfico, las negociaciones con la editorial y posterior éxito crítico- comercial ,etc), quedándose en un oportunista intento con aroma a telefilm de lujo, que clausura su narración en el periodo 1932-37 (y a vista de pájaro…perdón, de águila). Ya se sabe, cuando escribió aquello de “En un agujero en el suelo, vivía un hobbit«.
Recomendable para Tolkienianos convencidos que solo conocen su obra por las adaptaciones cinematográficas. A los demás les recomiendo la biografía de Humphrey Carpenter. Los demás, el resto seguimos esperando un documental en condiciones. Y de Howard, y de Moorcock, y de Leiber, y… bueno, los que crearon toda esta mandanga hace casi un siglo, ahora de moda por Juego de tronos.