Kristen Stewart, especialista en bodrios (Crepúsculo, Los Ángeles de Charlie), protagoniza este desaguisado, que bebe de todas las fuentes imaginables. Un servidor acude al cine llevado por la nostalgia, pensando que se va a encontrar con algo parecido a Abbys, o a Leviathan, por el enfoque. Pero el desastre se queda por debajo de Profundidad 6, o incluso La Grieta.
Un prólogo precipitado y accidental nos mete en faena. La peli va al grano, como Midway. Se nos va presentando a los diferentes personajes, esquema pitufo (ya sabéis, perfiles unidimensionales), perfectamente intercambiables unos por otros. Los Snorkel pertenecen al cast de Deadpoool o The Newsroom, entre otros. Destaca un desperdiciado Vincent Cassel (Dobermann, Blueberry), que lidera la evacuación submarina tras el aparatoso desastre. Entra el elemento fantástico y la cosa parece que se anima, pero los tópicos sonados inundan el film.
Un ritmo acorde con la trepidación del montaje y un guión digno de gallifante no reflota este producto esquemático, al que no redime ni un clímax Lovecraftiano, que quizá constituye lo mejor del film. Por si fuera poco, la Stewart intenta a eclipsar a nuestra querida Ripley en el tramo final, a contrarreloj y en bikini. Mucho ruido y susto fácil, para el primer molusco del año. Atroz