¿Portal dimensional o epicentro de la sugestión?
ES MUY PROBABLE QUE NO EXISTA UN LUGAR DE CANARIAS ASOCIADO AL MISTERIO Y A LO EXTRAÑO QUE CUENTE CON TANTAS REFERENCIAS EN INTERNET COMO EL BARRANCO DE BADAJOZ, EN GÜÍMAR. 35 AÑOS DE “VIDA PÚBLICA”, EN LOS TIEMPOS EN LOS QUE NACEN Y SE EXPANDEN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS, LE HAN DADO UNA INUSUAL VISIBILIDAD A SUS PAISAJES Y REQUIEBROS, CONTRIBUYENDO A DIFUNDIR POR EL MUNDO ENTERO LAS ASOMBROSAS HISTORIAS QUE AL PARECEN OCURREN EN SUS ENTRAÑAS. ¿NADA NUEVO EN EL BARRANCO DE BADAJOZ? SIEMPRE HAY COSAS NUEVAS…
Fue hacia el año 1989 cuando el Barranco de Badajoz inició su etapa de proyección nacional, e incluso, internacional. Tuvimos la fortuna de ser testigos -y no parte- de aquel acontecimiento, impulsado por personajes como Emiliano Bethencour, fallecido años atrás, el incontenible Félix Rojas, por aquellos tiempos una figura relevante en aquel movimiento del misterio en Tenerife, y el intrépido Javier Miranda, incansable investigador que lleva la curiosidad en vena y que hoy sigue dando guerra. Había otros y otras, sin duda, en aquella activa, entusiasta y, ya desde sus comienzos, controvertida agrupación de investigadores y polemistas pensadores llamada Confederación Atlántida. Aquella proyección del barranco y otros misterios güímareros, en una época en la que Internet no era tan amplio, accesible y rápido, fue posible gracias al imprescindible apoyo periodístico de nuestro añorado Paco Padrón. Fue Paco con sus artículos y programas de radio, con sus intervenciones en espacios de proyección nacional, quien puso en el mapa nacional al Barranco de Badajoz, propiciando que el maestro del misterio en España, Jiménez del Oso, o el crack radiofónico Miguel Blanco, dieran amplia cobertura a sus incontables historias. Fuimos testigos de aquellos primeros compases y poco después, cuando ya iniciamos nuestras colaboraciones en prensa a través de Claves del Camino en el periódico El Día, así como también en algunas revistas nacionales del sector especializado en misterios como Más Allá, Enigmas o Año Cero, pasamos de observadores a cooperadores de esa proyección exterior del Barranco de Badajoz como un territorio genuino del misterio. El lugar es un espacio focalizador de infinidad de encuentros con lo inexplicable, así como fértil nicho para la inventiva y fabulación consciente de otros. Estamos ante un sugestivo marco que invita al visitante a interpretar en clave de misterio, vivencias y estímulos que muchas veces son convencionales. En aquellos años asistimos en primera fila a la transformación del Barranco de Badajoz en una suerte de Meca del Misterio, imprescindible punto de visita para todo aquel turista o viajero que recalaba en Tenerife y que llevaba el gusto por lo insólito, por la leyenda y la heterodoxia en la mochila. Intuíamos, o más bien sospechábamos por entonces –cuestión que con los años confirmaríamos- que se alimentaba el curriculum mágico del barranco con historias directamente inventadas, distorsionadas a partir de sucesos más triviales, o que incluso eran tomadas prestadas de otros lugares y reubicadas en las entrañas del barranco. Todo ello en un intento de saciar la sed de novedades sobre este lugar y reforzar su condición de eje del misterio en Canarias. Uno de los ejemplos más notables a destacar es el de la Niña de las Peras, la leyenda más potente del barranco, que toma elementos del folklore mágico celta y de la literatura, fusionándolos con dos episodios que discurren fuera del propio barranco como luego veremos.
El encuentro de Iker Jiménez.
En aquella mítica década para el misterio tuvimos la oportunidad de transitar hasta la saciedad por el lugar, bien como curiosos, bien como encuestadores, a veces como investigadores, y también como cronistas….No pocas veces lo hicimos en compañía de amigos de batallas como los investigadores David Heylen o Fernando Hernández, así como de grandes y viejos amigos como el propio Paco Padrón, el maestro Fernando Jiménez del Oso, el escritor y director de la revista Enigmas, Lorenzo Fernández, el carismático fundador de Año Cero, Enrique de Vicente, de la mente más inquieta y ordenada del misterio en España, como es Javier Sierra, así como de una larga lista de amigos que comparten tareas periodísticas con su don para escribir como Jesús Callejo, Nacho Ares, Pablo Villarrubia o Josep Guijarro entre otros. Con todos ellos reportajeamos los enigmas del lugar, los aspectos que singularizan el barranco desde el punto de vista medioambiental, y también lo experimentamos en busca de las vivencias asombrosas que otros nos contaban. Algo que también vivimos junto a Iker Jiménez. Él ha contado la anécdota algunas veces e incluso en el prólogo que nos hizo para nuestro libro “Canarias Territorio del Misterio” lo cuenta. Ocurrió hacia el año 2000, cuando le organizamos la presentación de uno de sus primeros libros…de aquella sala casi vacía hemos pasado a teatros llenos hasta la bandera, con decenas de miles, millones de personas pendientes semanalmente de sus programas Cuarto Milenio y Horizonte. Al día siguiente de la presentación le llevamos al Barranco de Badajoz y fue entonces cuando ocurrió. Ascendiendo en solitario el último tramo ambos escuchamos unas extrañas voces, con un tono inusual pero que al mismo tiempo resultaban familiares. Era, como poco, inquietante. A medida que, en total oscuridad, recorríamos el sinuoso y sugerente sendero, las voces se escuchaban con más fuerza y claridad, hasta que llegado un momento nos quedamos paralizados por el asombro y el desconcierto al reconocer que eran ¡¡nuestras propias voces¡¡ ¡Estamos escuchándonos a nosotros mismos, Iker y José Gregorio, en otra conversación¡ Eso es algo que no te esperas en la madrugada de un sábado y en las entrañas de un barranco, pero así ocurrió. Llevados por la curiosidad avanzamos algo más hasta llegar al aparte del camino, discretamente oculto por plantas y arbustos, desde el que se salían nuestras voces. Rememorando la escena también vuelvo a experimentar el sobresalto, el susto que nos llevamos tanto nosotros como los jóvenes que, desde la vegetación, saltaron al sendero para comprobar la naturaleza del murmullo y el andar que estaba interrumpiendo su velada. El misterio se resolvió de forma convencional, pero no menos curiosa. Un grupo de jóvenes oyentes de nuestro programa de radio había grabado la entrevista que la noche anterior le había realizado a Iker Jiménez, y se habían ido al Barranco de Badajoz de acampada para escucharla en aquel sugerente lugar. Nosotros nos sorprendimos con nuestras propias voces y ellos al tropezarse en vivo con las voces que escuchaban grabadas.
Un barranco de leyenda
Las visitas al lugar acompañando a programas de televisión y productoras no han dejado de sucederse en todos estos años, tanto las nuestras como las que de forma independiente se han podido llevar a cabo. Hacia 2003 era inevitable incorporar al Barranco de Badajoz a nuestro libro-guía “Canarias Mágica”, hoy reeditado como Guía Mágica de Canarias, germen del turismo de misterio que por fortuna hoy vemos florecer en Canarias…y desde entonces, el mítico barranco se mantiene igual o más magnético que nunca. Ha estado de moda, sin duda, pero el Barranco de Badajoz está por encima de las modas. Se ha instalado con solidez y de manera imperturbable como un arquetipo del misterio nacional…nos contempla impasible en nuestra sana curiosidad, pero también en la soberbia y en nuestra estupidez cuando nos proclamamos guardianes, acumulamos un currículo de visitas inexistentes o, desde la mediocridad, el plagio o la mentira directa, juntamos páginas que queremos hacer pasar por libros. El barranco te regala una experiencia a prueba de la razón y bromea contigo haciendo rodar piedrecillas o tosiendo broncamente desde sus galerías. A veces te acuna y en otras te invita a marcharte, presa de una espontánea ansiedad…
El fruto de aquella fabulosa explosión ocurrida hace millones de años, el portentoso fenómeno geológico que dio origen al barranco, trazó los grandes rasgos que el tiempo ha ido cincelando para dar forma a este espectáculo. Estamos ante un paisaje protegido con características muy peculiares, donde se pueden observar los diferentes suelos de vegetación, su fauna, los vestigios de su ocupación guanche o el don del agua que anida en sus entrañas y que propició la apertura de numerosas galerías durante el siglo XX, así como el nacimiento mismo del municipio allá por el siglo XVI.
Es curioso como en aquellas décadas pasadas en la que vivimos el misterio del lugar, la ceguera juvenil nos impedía ver que ese mismo barranco de misterios que tanto queríamos y que tanto nos fascinaba, estaba siendo literalmente comido, devorado, destrozado, esquilmado y esclavizado por avariciosos empresarios que arrancaban sus áridos y que han sido juzgados y condenados por ello. Pero mientras explorábamos sus misterios, el barranco era herido día tras día sin que hiciéramos nada.
En octubre de este 2024 regresamos al Barranco de Badajoz con un grupo de amigos, y volvimos a sentir la sugerente y potente atmósfera del lugar. Ocurrieron cosas potentes, muy potentes. Días antes, la foto más espectacular que he visto del lugar llegó a mis manos. Una figura de luz captada con toda claridad nos sorprendía a través de ese documento gráfico en proceso de investigación. No tengo duda de que allí anida el misterio, un misterio múltiple que no se desgasta…no tengo duda tampoco de que se ha mentido y se miente sobre el Barranco de Badajoz…no tengo duda que sin lo uno y sin lo otro, ésta garganta, ésta ancestral grieta en el territorio tinerfeño, ofrece sobrados argumentos para ser visitada.
José Gregorio González