Noche musical compartida. Del ULL Rock nos trasladamos al local en frente del cuadrilátero en La Laguna. El clima es fresco y chispea… nos adentramos en el garito al son de los acordes de Carlos Rhodes, armado con su acústica, defiende su cancionero. Hay nivel. Hay potencia y hay talento. Y ha servido de precalentamiento para el de Valencia. Isma Romero se sube al escenario. Parece que toca guitarra de palo. Su estética oscila entre Phil Lynnot y Keith Richards. En un alarde de humildad, nos pregunta que cuántos le conocen… da igual. La entrega del artista es inmediata y total. Pasión y tablas, pese a su juventud…La última del baile, Nueve años después, Polvo seco…el set list va in crescendo, ejerciendo de Story Teller, con anecdotario sobre las piezas. Se le ve cómodo. Toca rockear y se cuelga la eléctrica…y ahí hay ya canela fina. Fuimos a ver a un cantautor y nos encontramos con un solista tremendo… las seis cuerdas hacen olvidar las birras a la platea. Aquello ya está más caldeado.
Y llega la recta final: La leyenda, Cicatriz, Carlota…y el clímax con Rhodes a la harmónica con el Rock and Roll en la plaza del pueblo, de los Tequila. Un lujo. Un placer. Una sorpresa. Queremos más.
Por Adrián Gómez