Expectación para el primer gran festival rockero por estos lares. Llega el verano y la isla arde…en todos los sentidos. El calor propicia música en vivo. Y en el Puerto de la cruz, en la explanada del muelle, nos reunimos para disfrutar de una velada vespertina con algo de brisa. Puestos de avituallamiento y artesanía, más los consabidos chiringuitos, acompañan al personal, mientras suena Tabaiba. Los interludios del DJ, son imprescindibles, pues su efecto bisagra no aburre y mantiene la conexión, capaz de mezclar himnos rock con precisión y eficiencia. Simón Salinas es el primer plato fuerte. Aquí ya se ha hecho un nombre, y su banda tiene un rodaje indiscutible. Su sección de metal realza su cancionero, y su pop rock funciona. La escuela va de Los Rodríguez a Pereza, pasando por cierto toque Ronaldos. Y arrastra un fandom que coreaba su repertorio, ya perfectamente asentado. Consigue pues, su objetivo; caldear el ambiente de lo que estaba por venir…
Espinas abre contundentemente el show de Los Zigarros. Ésta vez si, con los decibelios a tope. Ya es de noche, y la multitud se arremolina en frente del escenario, las guitarras rugen y escupen fuego. Apaga la radio es toda una declaración de intenciones, y el que lo quiera coger, que lo coja. Baila conmigo nos invita a ello. La escuela es Stoniana, los libros son de las antípodas, marca ACDC, y la chuleta es de los MC5. Todo bien hilado y con unas tablas bien aprendidas. El escenario es suyo y lo manejan a su antojo. Hace años los vi en el Búho, pero esto es otra cosa. Su setlist es matador y no dan respiro. Ni un fallo de ejecución. Malas Decisiones o Dispárame dan fe de ello, pues de eso se trata; de tirar a matar, Rock en carne viva. Un directo potente que se corona con una batería de himnos; el fogonazo punk de Hablar, Hablar, Hablar, el medio tiempo Desde que ya no eres mía, y la funky-vacilona A todo que si. Queréis más?. Lo hay. El espíritu de los Clash se apodera de ellos en Dentro de la Ley. Son capaces de fusionar estilos; desde los Sabbath hasta Santana, pero siempre con sello propio. Apuran la última colilla con Que Demonios Hago yo Aquí, coreada por todos los presentes. Y un último pildorazo (nunca mejor dicho); el My Generation de los Who, donde todo termina de explotar… hasta que se despiden y vuelve el DJ a la mesa.
Una nueva iniciativa la de éste festival, que espero que nos acompañe durante mucho tiempo…
Cabalgaremos las olas cuántas veces quieran. Adrián Gómez
