Espectáculo visual rotundo. Acontecimiento imprescindible de final de temporada, el regreso del cuarteto a la isla se saldó con un éxito irrefutable. Trasladar de la sala 2 a la 4, de mayor capacidad; da buena cuenta de ello. Mucho ambiente y caras conocidas entre chupito y chupito. Abren Mager con algo de retraso, pero muy demoledores.
El cantante, en su puesta en escena, tiene pinta de pasarlo mal entre tanta postura tortuosa, pero eso no quita que salven los muebles con soltura y sin costuras, con unas tablas que ya quisieran muchos. Banda insigne de doom en la isla, no hay que perderles la pista. Entran Toundra, con un colchón atmosférico sonoro estimulante. Su propuesta va mucho más allá de Dream Theater o Rush. Los cuatro músicos vienen de colaborar con el niño de Elche y tienen un disco matador. Crecidos en el escenario, tienen un feedback con la audiencia acojonante.
Son animales de directo y lo saben. Superan, por poco, la hora y media de concierto, con solos acompañados de feeling, obviando el ombliguismo instrumental gratuito, dejándose la piel entre el éxtasis y la profesionalidad. Se les noto a gusto y lo comunicaron. En distancias cortas, mejor aún, confesando pasiones y devociones; entre los Beatles y King Crimson… esenciales… ¿Dónde estuviste tú el último fin de semana de 2018?