La artista visitó Tenerife el pasado viernes por primera vez en el marco de la segunda parte de su gira “SUPERPOP”
Horas antes de la citada, ya se podía ver movimiento en los exteriores de la mítica sala de La Laguna. Ni el frío ni la lluvia fueron impedimento para que cientos de fanáticos y amantes de la música de Belén Aguilera se acercaran al Aguere Cultural tras varios meses de espera. La artista catalana, tras recorrer numerosas ciudades de nuestro país, hacía una parada en el Archipiélago para presentar su directo por primera vez y, con un toque especial ya que, Tenerife y Gran Canaria suponían el cierre de una gira que no se retomará hasta el año venidero en el Teatro Circo Price de Madrid.
El reloj ya marcaba las siete y media de la tarde cuando empezaron a entrar aquellos y aquellas que contaban con entrada para conocer previamente a la artista. Subimos las escaleras del Aguere, entre risas nerviosas y caras de ilusión. Era un encuentro especial y es que, las primeras veces siempre lo son. Justo antes de pasar, se repartieron singles físicos de uno de sus últimos trabajos, “Antagonista”. Un absoluto detallazo para quienes quisieran llevar una firma de recuerdo aunque, lo mejor aún estaba por llegar. Momentos especiales y, posiblemente, inolvidables tuvieron lugar de una forma totalmente natural, cercana y genuina en la barra de la sala, donde la artista charló, firmó y se sacó fotos con los y las asistentes. Una hora más tarde, cerraba el turno y se retiraba para detrás del escenario acompañada de aplausos de agradecimiento de los que ya tomaron sitio en las primeras filas.
Puntual, a las nueve y pocos minutos de la noche, arrancó el concierto. Una puesta en escena a priori, simple pero cierto es que hay casos en los que no se necesita mucho más… y que “menos es más”, también. Belén Aguilera salió acompañada de dos de sus coristas, estas cada una en un extremo del escenario y la protagonista de la noche, marcando la batuta desde el centro. Si algo tiene la música de Belén es que es introspección a un alto nivel, bien sea en canciones lentas o de las que te mueven los pies. Tiene también un poco esto de hacerte llorar bailando… un cóctel molotov, vaya. Sonaron temas de su último disco, “SUPERPOP”, como “VÉRTIGO”, “cielo y tierra” o “EN LAS NUBES” que cuentan con una producción más elaborada a lo que estábamos acostumbrados en sus primeros temas.
Pese a que no se contó con música en directo -a excepción del piano, al que la artista acudió en diversos momentos del concierto para acompañarse-, cabe destacar que la artista es capaz de mantener el corazón y ritmo del concierto con su presencia. Existe una tendencia a exigir más a nivel de espectáculo y logística a un artista cuando se trata de una mujer pero, a la catalana le valió con su habilidad y versatilidad vocal, composiciones y el acompañamiento armónico de sus compañeras para elevar la energía al máximo nivel o para crear un aura más intimista cuando las canciones lo requerían. Asimismo, mantuvo la conexión con su público, contando anécdotas para acercar aún más la realidad de los temas y también, durante las canciones cogió algún que otro móvil para grabar desde arriba el espectáculo y la energía que se creó durante la hora y media que duró el concierto.
Los momentos más álgidos se alcanzaron con colaboraciones que rompieron números en su momento como “La Tirita”, con Lola Índigo, o las más recientes “De Charco En Charco” con Samuraï o “Locx” con Rouss. No podemos olvidar tampoco la locura que se desató con dos de sus singles en solitario, que no han parado de sonar como lo son “Antagonista” y “Camaleón”, con la que se despidió por todo lo alto. Pese a que se pudieron ver muchos saltos y bailes por toda la sala, “Cristal”, “Mía” o “T’estimo”, fueron el polo opuesto. De un momento a otro, con Belén sola al piano tuvieron lugar espacios íntimos, honestos… de verdad. Al final, son temas que invitan a sentarse, escuchar y echar alguna que otra lágrima. Insisto, la capacidad de mirar hacia dentro y soltarlo en un folio bien sea para bailarlo, para gritarlo … o para sollozar hasta sentirte mejor. Eso solo se consigue si se hacen las cosas de verdad y porque nacen, porque hay una necesidad intrínseca de tocar a la puerta de la emoción para entenderla, abrazarla, sentirla y, a veces, dejarla ir.
En la línea de acontecimientos especiales, también pudimos disfrutar de una canción que había abandonado el setlist, “quién vendrá a por mí (outro)”. Un detallazo puesto que lo pidieron desde el público y, aunque la artista confesó que hace tiempo que no la tocaba, no dudó en regalarle un trocito a los más fanáticos. Otro de los momentos únicos se dio cuando cantó en primicia su próximo single, que verá la luz en las próximas semanas.
Estos últimos años se ha podido observar un crecimiento en cuánto a proyectos musicales de mujeres en España que están marcando, haciendo camino y siendo auténticos referentes. Belén Aguilera, es uno de estos casos. La empezamos escuchando en temas como “Tus Monstruos” o“Jaque Al Rey”-que también hicieron acto de presencia en la noche del viernes-,con el piano como protagonista y tal vez, con una imagen más tímida, aún sin explotar. Poco a poco, ha ido evolucionando junto a su proyecto hasta ofrecer a día de hoy, una propuesta más sólida, propia, con personalidad y haciéndose un sonido. Está claro que aún le queda muchísimo por explorar y explotar pero después de disfrutar de su directo no hay duda de que hay fuerza y visión para alcanzar un futuro muy próspero. Y es que a Belén no solo le acompañan sus composiciones si no, una sensibilidad muy suya y una intencionalidad casi magnética que te pide escuchar más. Una mujer que viene pisando fuerte en la industria y que a cada trabajo que saca, vuelve a sorprender.
Autoría de texto y fotos: Vicky Ferrer