Severin Fiala y Veronika Franz («Buenas noches, mamá») ganaron el último Festival de Sitges con este drama psicológico con tintes de terror ambientado en el siglo XVIII. Llega a Filmin el 7 de marzo
El próximo viernes 7 de marzo Filmin estrena, en exclusiva en plataformas digitales, el tercer largometraje de la dupla Veronika Franz-Severin Fiala,«El baño del Diablo», producido por Ulrich Seidl. La película ha representado este año a Austria en los Óscar, y ha ganado múltiples premios entre los que destacan el Oso de Plata a la Mejor Contribución Artística del Festival de Berlín, el galardón al Mejor Diseño de Vestuario en los Premios del Cine Europeo, o la triple corona en el Festival de Sitges: Mejor Película, Premio de la Crítica y Premio del Jurado Joven. La película se estrenó en España el pasado mes de noviembre de la mano de Caramel.
«El baño del Diablo» se basa en las investigaciones de la historiadora estadounidense Kathy Stuart sobre el suicidio por poderes en los siglos XVII y XVIII. Este concepto hace referencia a aquellas personas que, por temor a las consecuencias espirituales de un suicidio, provocan su propio asesinato. «Hay estudios sobre terrorismo islámico que demuestran que algunas de las personas que se inmolan en un atentado suicida y se llevan por delante a personas inocentes están deprimidas y, en última instancia, sólo buscan una forma de morir que también reconozca su religión: el suicidio con la bendición de Dios, por decirlo de alguna manera», explica Severin Fiala. En la película conocemos la historia de Agnes, una mujer que acaba de casarse y empezar una nueva vida pero que acaba hundida en una profunda depresión. Como reza la sinopsis oficial: «Día tras día, se ve cada vez más atrapada en un camino turbio y solitario que la conduce a malos pensamientos. Quizá, no sólo pensamientos…»
De hecho, la expresión «el baño del Diablo» se usaba en la lengua vernácula del siglo XVIII para hacer referencia a la depresión.»Queríamos acercarnos poco a poco a la melancolía de Agnes, a sus miedos y preocupaciones, para que resultaran tangibles para el espectador. Vista desde fuera, la depresión suele ser increíblemente difícil y exigente para todos los afectados: la gente se tumba en la cama y uno no entiende por qué», explica Fiala. Ambientada en la Alta Austria del siglo XVIII, es obvio que el film habla de un tema muy actual: «En aquella época, la gente tenía que trabajar, cumplir con sus obligaciones. Si no estaban a la altura o hacían las cosas de otra manera, eso causaba mucha infelicidad y dolor, y creo que ese es un tema de plena actualidad. La depresión va en aumento, incluso entre los jóvenes, y creo que tiene mucho que ver con las exigencias extremas de una supuesta meritocracia», afirma Veronika Franz.
La protagonista de la película, Anja Plaschg, es también la autora de su banda sonora. «Sabíamos que Anja no era una actriz con formación clásica, pero queríamos emprender este viaje con ella y ver adónde nos llevaba a todos. Anja fue y es un gran regalo para nosotros, porque por un lado tiene una enorme disciplina y, al mismo tiempo también sabe abrirse y comunicar emociones», explica Franz. Tanto ella como el resto de actores tuvieron que someterse a un exigente entrenamiento para entender de qué modo se vivía en el siglo XVIII: «Para prepararse, los actores pasaban la noche en la casa en la que rodábamos y que carecía de todas las comodidades de la vida moderna, como electricidad y gas. Vivían en la oscuridad, con frío y muchos ruidos extraños, como el de los ratones», concluye la directora.
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