Pocas muestras culturales en Canarias puede presumir de haber alcanzado veintitrés ediciones. En ésas se encuentra el Festival de narración, Verano cuento, que una vez más volverá a ocupar su icónico espacio en la Plaza del Príncipe del municipio norteño durante los últimos fines de semana del mes de julio y durante todo el mes de agosto.
En este 2022, más de quince narradores tomarán el protagonismo para hacer de la palabra el conducto de entretenimiento y el arma de conocimiento. Además, una vez superadas las principales restricciones derivadas de la pandemia por el Covid-19, el público volverá a las escaleras del Ayuntamiento. La cita para todas sus jornadas vuelve a ser gratuita.
La programación de esta XXIII edición queda establecida de la siguiente manera. Las sesiones para adultos se concentran en la noche de los viernes: día 22 de julio, Mon Peraza – ‘El lugar en el que vivo’, y Juan Carlos Tacoronte – ‘La increíble historia de Aquilina Escarcha y otros cuentos de nacer y de nacidos; día 29, Guacimara Gil – ‘Vida y sexo de una cuarentona’ y Aarón Gómez – ‘Solamente’; 5 de agosto, Raquel González – ‘El correo del amor’ y Pedro Á. Martín – ‘Gente que no está: historias de fantasmas’; día 12 de agosto, Ana Tovar – ‘A un cuento de…’ y Alfredo Muzaber – ‘Textículos ejemplares’; 19 de agosto, Begoña Perera – ‘El placer prohibido’ y Paco El Rubio – ‘Memoria en estampas’; 26 de agosto, ‘El Gran Viernes’.
Los sábados acogerán las sesiones para niños y niñas a partir de las 11:00 horas en la grada del hall del Teatro El Sauzal: 23 de julio, Teatro del Eclipse – ‘Va de lobos’; 30 de julio, Nati Villar – ‘La maleta de mi abuela’; 6 de agosto, Gema GE – ‘Travesía de cuentos’; 13 de agosto, Antonio Conejo – ‘Mira qué te cuento’; 20 de agosto, Belén Buendía – ‘La abuela Sisa y los cuentos del mundo’; y 27 de agosto – Cristina Martín – ‘Cuentos desde el cajón’.
El viernes 22 de julio, la jornada de estreno, contará con la presencia de Juan Carlos Tacoronte, quien considera que el arte de narrar se ha dado desde los mismos primeros pasos de la humanidad: “Narramos desde que salimos de la cueva y aprendimos el lenguaje –afirma-. De hecho, cuando hablamos o rememoramos, estamos contando. Mis referentes fueron las mujeres de un patio lleno de infancia donde aprendí a contar la vida. Claro que todo el mundo puede intentar ahora vivir de la narración, pero ése es otro cuento. Si alguien siente la necesidad o el deseo de dedicarse a esto, pues tendrá qué prepararse, escuchar a otras personas que narren; buscar en sí mismo su singularidad a la hora de contar, las temáticas, la biografía, las historias…”
Juan Carlos Tacoronte se presentará ante el fiel público de El Sauzal con el cuento ‘La increíble historia de Aquilina Escarcha y otros cuentos de nacer y de nacidos’, en el que ofrece “un puñado de historias que tienen que ver con el paisaje y la niñez. Las voces que sembraron con palabras y silencios estas historias ya han hecho en su gran mayoría el viaje postrero, pero ése ya ese es otro cuento. Es la historia de Argelia que se cayó de la cama y que le venían muchas ganas de brincar porque decía ella que quería tocar el cielo. El eclipse de sol que provocó a quién lo mirase (aunque fuera con vidrio ahumado) un brote de memoria muy pernicioso ya que hasta los recuerdos que querían olvidarse, se afianzaron más de la cuenta. Estos y otros cuentos proponen contar la vida. Otra vez el humor, la memoria, la poética y el paisaje ayudan a poner en pie el artilugio”.
¿Qué tiene de especial para Juan Carlos Tacoronte ponerse delante de un público expectante de escuchar historias? “Lo mejor de ponerse frente a la gente es ciertamente un conjunto de cosas. Nunca sabemos qué va a suceder, el público viene de oídas a escucharte, o también porque te sigue; en cualquier caso quieren ser tocados por la historia. Al ser humano le gusta escuchar, leer o ver historias. Para mí es un rito que tiene de sagrado el hecho humano, las palabras que nos hacen viajar a lugares y a un tiempo que ya pasó. Sentir la comunión con el público, es probar en carne propia ese sentimiento de pertenencia y de presencia es algo muy especial”.
Para Tacoronte, el universo de las palabras en forma de relato es una fuente inagotable de creación: “Hay tanto que contar, tantas historias que no se han podido contar. Narrar es contar la vida y me parece a mí que todas las vidas merecen ser contadas. No es sólo el contenido y desarrollo de la historia que se cuenta sino también la forma y la enseñanza que contiene. Todos podemos aprender de todas las personas”.