lunes, marzo 17, 2025

El Triángulo de las Canarias: Misterios en el Atlántico. Por Carlos Jesús Pérez Simancas

El océano Atlántico ha sido testigo de incontables historias de desapariciones misteriosas, muchas de las cuales han sido atribuidas a zonas específicas con características singulares. Desde tiempos inmemoriales, el legendario Triángulo de las Bermudas ha cautivado la imaginación de marineros y exploradores, un lugar donde barcos y aviones parecen desvanecerse sin dejar rastro, desafiando toda explicación racional. Sin embargo, lo que pocos saben es que existen otros triángulos de misterio repartidos por el mundo, cada uno con sus propias desapariciones inexplicables.

El Mar del Diablo, también conocido como el «Triángulo del Dragón», ubicado en el Pacífico cerca de Japón, es otro de estos enigmáticos lugares. Se han documentado desapariciones de barcos y aviones sin dejar rastro, con testigos que reportan extrañas luces en el cielo y anomalías magnéticas. Otro caso es el del «Triángulo de Alaska», donde personas y aeronaves han desaparecido en circunstancias similares a las del Triángulo de las Bermudas. En el Golfo de Adén, también se han reportado incidentes inexplicables que han llevado a especular sobre la presencia de fuerzas desconocidas en la zona.

Dentro de este fenómeno global, algunos autores han propuesto la existencia del llamado «Triángulo de las Canarias», un hipotético triángulo delimitado por las islas de Tenerife, La Palma y El Hierro, con La Gomera en el centro. Esta teoría se basa en la ocurrencia de desapariciones inexplicables en esta zona, comparándolas con las registradas en otros triángulos enigmáticos. A pesar de las especulaciones, la falta de pruebas concluyentes ha mantenido la discusión abierta.

Uno de los casos más enigmáticos es el del «Fausto», un pequeño motopesquero que partió el 21 de julio de 1968 desde El Hierro con destino a La Palma. A bordo viajaban cuatro hombres: los hermanos Ramón y Eliberto Concepción Hernández, su primo Miguel Acosta Hernández y Julio García Pino, quien se unió al viaje de última hora. La embarcación nunca llegó a su destino. Días después, un petrolero venezolano lo avistó a la deriva a más de 1.000 kilómetros de su ruta original. Tras proporcionarles combustible y víveres, el petrolero continuó su camino. Sin embargo, el «Fausto» y su tripulación nunca volvieron a ser vistos. El misterio de su desaparición ha sido objeto de numerosas investigaciones y teorías, sin que hasta la fecha se haya encontrado una explicación definitiva.

Otro caso significativo es el del «Mencey Taoro II», una embarcación de recreo de 5,60 metros de eslora que desapareció el 22 de julio de 2006 mientras navegaba entre Tenerife y La Gomera. A bordo iban tres experimentados pescadores deportivos: Antonio de la Cova Castro, Luis González Avellaneda y Pedro Agrícola Santos. Partieron del Puerto de la Cruz a las 5:00 de la mañana con destino a Valle Gran Rey, en La Gomera. A las 11:30, Antonio contactó con su esposa, informando que se encontraban frente a Valle Gran Rey y que el clima era favorable. Sin embargo, una hora después, los intentos de comunicación por parte de sus familiares no tuvieron éxito. Ante la falta de noticias, se inició un operativo de búsqueda que abarcó más de 150.000 km², incluyendo medios aéreos y marítimos, sin resultados positivos. El 23 de septiembre de 2006, la búsqueda oficial fue suspendida. El 27 de julio de 2007, el mercante «Ice Runner» encontró el «Mencey Taoro II» semisumergido a unas 1.000 millas de Miami y 2.000 millas al oeste de las Islas Canarias. En su interior se hallaron cinco chalecos salvavidas y documentos de identidad de Antonio de la Cova. A pesar de este hallazgo, el paradero de los tripulantes sigue siendo un misterio.

El «Moncho II» era un pesquero adquirido en Tenerife por dos marineros herreños, quienes solicitaron la ayuda del patrón Manuel Álvarez para trasladar la embarcación hasta El Hierro. El 22 de enero de 1983, zarparon desde La Gomera hacia El Hierro. Durante la travesía, el motor del «Moncho II» se detuvo cerca de la costa herreña, dejándolos a la deriva en medio de condiciones meteorológicas adversas, incluyendo intensos vientos y calima. A pesar de los esfuerzos de búsqueda por parte de la Armada y el Servicio Aéreo de Rescate, la espesa calima dificultó su localización. Tras ocho días a la deriva sin apenas alimentos ni agua, fueron rescatados por el buque argelino «Nedroma» y trasladados a Baltimore, Estados Unidos. Los tripulantes lograron regresar vivos a la isla, donde fueron recibidos con gran alivio y emoción por sus familias y vecinos.

Otro caso digno de mención es el del «Montrove», un pesquero congelador gallego que partió del puerto de Las Palmas el 19 de julio de 1984 con destino al banco pesquero canario-sahariano. A bordo viajaban 16 tripulantes: 14 españoles (12 gallegos y 2 canarios) y 2 marroquíes. Su misión era la pesca de cefalópodos durante 60 días, pero desapareció sin dejar rastro. Aunque la desaparición del «Montrove» no se produjo dentro del área exacta del Triángulo de las Canarias, ocurrió en sus inmediaciones, lo que refuerza la idea de que esta zona del Atlántico es escenario de enigmas marítimos aún sin resolver.

Desde hace décadas, pescadores de las aguas comprendidas entre La Gomera y El Hierro han reportado la presencia de fenómenos anómalos en el mar. Numerosos testimonios relatan la aparición de luces de origen desconocido que se desplazan a gran velocidad bajo la superficie del agua, desafiando cualquier explicación convencional. Estas luces, que a menudo han sido descritas como esferas o destellos azulados y blanquecinos, parecen moverse de forma inteligente, cambiando de rumbo y acelerando de manera abrupta. Otro fenómeno recurrente en estas aguas es el avistamiento de extraños objetos negros con formas geométricas bien definidas, semejantes a arcones flotantes o velas triangulares, que emergen brevemente antes de sumergirse nuevamente sin dejar rastro. Algunos pescadores sostienen que estas apariciones han estado presentes desde tiempos inmemoriales y que podrían estar relacionadas con los misterios de esta zona del Atlántico. Durante generaciones, muchos de ellos han considerado estas manifestaciones como un mal presagio, advirtiendo que su presencia en el mar antecedía tormentas inesperadas, desapariciones o sucesos desafortunados. Estas creencias, transmitidas de boca en boca, han contribuido a alimentar el aura de misterio que envuelve estas aguas.

El 11 de diciembre de 1977, un avión estadounidense P-3 Orion de la Marina de los Estados Unidos despegó desde la Base Aeronaval de Lajes, en las Azores, con destino a Canarias. La tripulación tenía la misión de patrullar y vigilar la actividad de buques soviéticos en aguas cercanas a Canarias, en plena Guerra Fría. Sin embargo, la aeronave nunca llegó a su destino y terminó estrellándose en la isla de El Hierro.

Las investigaciones determinaron que el accidente fue causado por errores de navegación combinados con condiciones meteorológicas adversas, que redujeron la visibilidad sobre la isla. La tripulación no detectó la proximidad del terreno y, sin asistencia radar operativa, el avión impactó contra una ladera, provocando la muerte de los 13 tripulantes a bordo. El informe oficial también señaló que la cartografía suministrada a la tripulación era deficiente, ya que en los mapas faltaban referencias precisas de La Palma, La Gomera y El Hierro, lo que pudo haber contribuido a la confusión en la navegación.

Este accidente, rodeado de interrogantes, ha sido mencionado en diversas fuentes como uno de los episodios más enigmáticos ocurridos en estas islas, alimentando la teoría de anomalías en esta área del Atlántico.

Otro fenómeno que ha sido reportado en numerosas ocasiones en el Atlántico y que algunos relacionan con los misterios del Triángulo de las Canarias y otros triángulos enigmáticos es el de las llamadas ‘olas monstruo’. Estas enormes masas de agua, que aparecen de forma repentina y sin previo aviso, han sido responsables de la desaparición de múltiples embarcaciones a lo largo de la historia.

Los relatos de marineros y pescadores describen olas de más de 20 metros de altura que se levantan en mar abierto incluso en condiciones aparentemente tranquilas. Algunos estudios científicos han demostrado que estas olas pueden formarse debido a la convergencia de distintas corrientes marinas o por fenómenos meteorológicos extremos, pero otros sostienen que aún no se comprenden completamente las causas de su aparición.

Algunos investigadores creen que las olas monstruo pueden estar vinculadas a procesos oceánicos complejos, como la interacción de fuertes corrientes marinas, cambios abruptos en la presión atmosférica o incluso actividad sísmica en el fondo marino. Se ha sugerido que estas enormes olas podrían haber contribuido a desapariciones de embarcaciones en diferentes partes del Atlántico, incluyendo el supuesto Triángulo de las Canarias. A pesar de los avances tecnológicos en la monitorización del océano mediante satélites y boyas especializadas, la aparición de estas olas sigue siendo impredecible, lo que las rodea de un misterio que persiste hasta nuestros días.

Las hipótesis para explicar estos misterios varían desde fenómenos naturales hasta lo sobrenatural. Las Islas Canarias están situadas en una zona del Atlántico donde las corrientes oceánicas son especialmente complejas, con la Corriente de Canarias influyendo en el comportamiento de las embarcaciones. Estas condiciones pueden desviar barcos de su ruta o generar remolinos peligrosos. Además, la meteorología cambiante y la frecuente aparición de bancos de niebla pueden desorientar a los navegantes, especialmente a aquellos que dependen de instrumentos de navegación rudimentarios.

De San Borondón, esa isla legendaria que aparece y desaparece en estas aguas, hablaremos otro día.

Bibliografía

  • Velasco Quintana, L. J. (2021). El Fausto: Historia y misterio de una tragedia. CSB Ediciones. ISBN: 978-84-616-7437-4.
  • Gaceta del Meridiano. (2023). «El avión americano: un vuelo que nunca debió despegar». Recuperado de https://gacetadelmeridiano.com/index.php/la-isla/108-sociedad/3962-el-avion-americano-un-vuelo-que-nunca-debio-despegar
  • El País. (1985, 25 de agosto). «Pesquero Montrove: un misterio sin resolver». Recuperado de https://elpais.com/diario/1985/08/25/espana/493768802_850215.html
  • Funkoffizier. (2009). «25 años de la desaparición del pesquero congelador Montrove». Recuperado de https://funkoffizier.com/2009/10/09/25-anos-de-la-desaparicion-del-pesquero-congelador-montrove
  • Agencia Espacial Europea (ESA). (2004). «Rogue Waves: The Monster Waves of the Ocean». Recuperado de https://www.esa.int/Applications/Observing_the_Earth/Rogue_waves

Artículo de opinión de Carlos Jesús Pérez Simancas para la revista de Culturamanía Magazine del mes de febrero.

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