El pasado viernes se celebró en el Espacio Cultural Aguere de San Cristóbal de La Laguna la segunda edición de LOBA, con una muestra de algunas de las propuestas más arrolladoras del rock alternativo que pululan por Europa.
LOBA (colectivoloba.com), el colectivo responsable de este encuentro, es un conglomerado de artistas en potencia que viven la creatividad de manera original para transformarla en arte.
Este festival es un buen ejemplo de su filosofía. Ya nos sorprendieron en la pasada edición con LA JUNGLE, NIÑA COYOTE ETA CHICO TORNADO y LANDROSE… Esta edición iba a estar a la altura.
Abren KAMIKAZE HELMETS, energía rock a base de teclados y batería. Los madrileños Gabri Casanova y Kike Parra, dos de los músicos más reputados y solicitados de la escena rock, blues y funk a nivel nacional, han tocado con bandas como Martha Reeves and The Vandellas, Anaut, Lisa and The Lips o Aurora and The Betrayers… Ahora juntos en su propio proyecto, con influencias de The White Stripes, Queens of The Stone Age, The Black Keys, Royal Blood (especialmente) o Led Zeppelin.
Una puesta en escena única con el batería poniendo la voz. Salen al escenario con monos de trabajo sin mangas y pura actitud; predomina una batería descomunal y una voz absolutamente blusera, todo empastado con el groove de los bajos moog y las guitarras whammy sintetizadas en una suerte de mutación bastarda y altamente bailable.
A ratos, oscilando entre el rock psicodélico de los sesenta y el rock que se podría escuchar en cualquier bar de moteros, el dúo puso al público a seguir el tempo de la batería desde el inicio del show. El culmen llega con una personalísima versión del famoso ‘Tutti Frutti’, pasado por una Thermomix, y un virtuoso solo de batería que hizo estallar al público en aplausos y vítores. El batería baja a la pista y da paso al cierre con otra brutal versión del ‘Take Me to the River’.
Desde Lisboa, toman el testigo MAQUINA. Guitarra, bajo y batería en una ‘máquina’ de kraut rock con la cadencia de una cadena de montaje; un bombo imperturbable en su repetitivo beat, que retrotrae a los orígenes de la percusión, a la caverna, a la comunidad; la electricidad distorsionada de un omnipresente y protagonista bajo, adornado con las notas disonantes de una enfervorecida guitarra. Todo en un delirio sónico, crudo y experimental, con dominantes distorsiones y fuzz… con cabida también para el noise más macarra, como cuando el batería se sube a su taburete y se apropia de la guitarra para sacarle todo tipo de ‘ruidos’. ¡Unos máquinas!
Desde París cierran LEROY SE MEURT con su sonido ecléctico y experimental. Punk electrónico e hipnótico, marcado por sus enérgicos synths ochenteros, que a ratos coquetean con el electro más feroz, con una voz que recuerda a la rabia contenida del post-punk. Pura vanguardia, no apta para oídos poco entrenados, en una apuesta arriesgada del colectivo LOBA, apuesta de agradecer en la escena musical canaria.
Y es que el objetivo del colectivo LOBA es crear un espacio inclusivo donde poder expresar y explorar libremente el potencial creativo. Objetivo cumplido con creces. ¡Nos vemos en la próxima edición!
Crónica de Jonathan Medina
Fotografías de Álex Ro
