miércoles, diciembre 25, 2024

‘Godzilla y Kong: el nuevo imperio’. No alarms and no surprises.  Por Luis Méndez

En el puesto de dirección de esta película no muy extensa (115 min) se ha vuelto a contar con Adam Wingard, el encargado de dirigir la anterior entrega titulada ‘Godzilla vs. Kong’; un cineasta irregular que opera dentro del género del terror y cuyos títulos, además de la ya mencionada, incluyen las dos primeras entregas de ‘V/H/S’ y la notable ‘Tú eres el siguiente’. También repiten Rebecca Hall (‘Historias del bucle’; ‘The Town’; ‘Iron Man 3’; ‘Vicky Cristina Barcelona’), Brian Tyree Henry (‘Bullet Train’; ‘Atlanta’), así como la joven Kaylee Hottle, mientras que Dan Stevens (‘Legion’) se incorpora en esta ocasión al reparto principal.

En esta peli de monstruos muy salpicada de deus ex machina, que entremezcla fantasía y ciencia-ficción, aparecen obviamente varios monstruos, unas increíbles y poderosas bestias creadas con CGI que poseen unas dimensiones impresionantes. Además de Godzilla y el gorila Kong, hay algunos invitados más (que asimismo alargan la lista de juguetes y Funko Pops vinculados con esta franquicia). Estos titanes se dan ostias a cada rato y por el camino se les ve destruyendo muchas cosas en la superficie de nuestra planeta, como algunos monumentos y numerosos edificios. Todo digital, eso sí. Ahora bien, gran parte de la película sucede en ese mundo que se esconde bajo la capa terrestre y que nos recuerda a tiempos prehistóricos (pantalla croma acompaña aquí). Es un mundo vegetal que se mantiene prácticamente virgen y está repleto de magia, y que, como descubriremos con el visionado de esta cinta, guarda una conexión secreta con la humanidad. Hay también humanos, pero estos no se parecen a los de la recientemente oscarizada japonesa ‘Godzilla Minus One’ que, por cierto, logró unos efectos increíbles con una décima parte del presupuesto de ‘Godzilla y Kong’. Ahí lo dejo. Asimismo, parten a la aventura hacia el inframundo: un niña indígena llamada Jia (K.Hottle), que es la leche y que figura como la única superviviente de su tribu (la de aquellos primitivos seres que habitaban en esa misteriosa isla donde vivía Kong cuando nos encontramos por primera vez con este simio gigantesco en la bastante digna ‘Kong: Isla Calavera’); la científica Ilene Andrews (R.Hall), que nos deja claro durante todo el metraje que ella es la madre de Jia (adoptiva, eso sí); un especie de Bradley Cooper marca Hacendado y dentista de profesión llamado Trapper (D.Stevens); y un simpático afroamericano llamado Bernie Hayes (B.T.Henry) que graba todo lo que ve, lo comenta y se encarga del ‘comic relief’ con sus variopintas declaraciones.

Preguntarme lo que me pareció esta peli comercial es como si recién salido de una hamburguesería quisieran saber si me gustó la hamburguesa, los aritos de cebolla y el sundae que me acabo de comer. Cuando vas a esos sitios, sabes más o menos lo que te vas a encontrar en el menú. Pues cuando vas a ver este tipo de pelis, eres consciente de lo que te vas a encontrar en pantalla, más aún si has visto el trailer y las entregas anteriores. Dicho esto, sin ser de lo mejor de las hasta ahora cinco pelis que conforman esta saga (denominada Monsterverse) que se inició en 2014 con la exitosa y nada desdeñable ‘Godzilla’, de Gareth Edwards, tengo que admitir que estuvo bastante entretenida. Pero sin más. Dejando de lado clichés e ideas refritas, abuso de CGI y del recurso deus ex machina, digamos que Godzilla y Kong cumple con su propósito, aunque sólo sea mínimamente. No vayan buscando una buena narración, magníficas interpretaciones, nuevas aproximaciones cinematográficas, rediseños,… Esto es otro tipo de experiencia en cine, amigos. Evasión made in Hollywood, siglo XXI. En vez de superhéroes, monstruos. Enjoy!

Ahora bien, para no echar a perder mi imagen de buen crítico cinéfilo, os soltaré lo siguiente: «vaya mierder de película… no hay por donde coger el guión… es que los humanos en esta peli son… lo del guantelete de Kong me pareció…»

Pues eso. Una cuestión de perspectiva.

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