“Cuando llegué a ‘El Jueves’ ya se habían repartido todos los personajes y sólo quedaba el facha así que me lo endosaron”. KIM
“Escribir sobre un diario encontrado por casualidad en un rastro ha despertado mucho interés y curiosidad”. KIM
En el Olimpo de los dibujantes de cómics españoles, Kim sin duda ocupa un lugar destacado en ese paraíso reservado para un reducido número de autores con un talento ilimitado. Joaquim Aubert Puigarnau nació en 1947 en un pueblo catalán de cuyo nombre ninguna biografía parece acordarse y de donde a los 14 años se trasladó a la ciudad condal para estudiar Bellas Artes. Todo ello coincidió con la expansión del cómic y del underground catalán, lo que le permitió vivir en primera línea una época irrepetible de cambios, revoluciones y también de batallas ganadas que de pronto vuelven a repetirse.
Primero trabajó en la revista musical Vibraciones y tras la muerte de Franco, con 30 años se aprovechó de la explosión de estas publicaciones hasta el punto de ser uno de los fundadores de El Jueves donde se mantiene hasta la actualidad con el personaje por el que es más conocido, Martínez el Facha. Una ironía o quizás una inesperada posibilidad de venganza si se tiene en cuenta que es hijo de un represaliado del franquismo.
Aunque es conocido por su faceta como humorista, también destaca su trabajo en novelas gráficas como El Arte de Volar, El Ala Rota con Ángel Altarriba y Nieve en los bolsillos. Acaba de publicar, El diario de la señorita Litgi, basado en el relato real escrito por una mujer que vivió una historia de amor imposible en tiempos de la posguerra que encontró en el rastro barcelonés de los Encants. Él mismo explica el contenido de una propuesta que ya de entrada resulta original.
-La publicamos hace quince días. Encontré el diario en mitad de libros viejos que estaban tirados por el suelo. Lo compré y al final resultó que era una historia de amor muy fuerte que vivió esta mujer cuando con dieciocho años se enamoró de un hombre de 35 que estaba casado, con lo que todo eso suponía en aquellos tiempos.
-Además resulta que la historia era real como usted comprobó.
-Es totalmente real y no he cambiado ni una sola palabra porque mi intención siempre fue escribir la realidad de la forma más fiel posible. Nadie del entorno de la mujer se enteró nunca de lo que pasaba, vivió una historia de amor que ocultó a sus propios padres y amigos, desde el año 1938 hasta 1997 que fue cuando murió. Poco a poco fui investigando y descubrí que se trataba de una persona real, que trabajó como doctora y era de buena familia, incluso averigüé dónde había vivido y contacté con personas que la conocieron. Nadie sabía nada de esa historia de amor y cuando leyeron el diario se quedaron totalmente asombrados.
-Aunque hace poco tiempo que se publicó ¿sabe ya cómo está siendo recibida?
-La recepción ha sido muy buena. Está funcionando muy bien. Todo esto de escribir una novela sobre un diario encontrado por casualidad en un rastro ha despertado mucho interés y curiosidad y quienes lo están leyendo me dicen que les gusta mucho. Hasta ahora lo he podido comprobar en los lugares en los que la he hecho las presentaciones.
-Repasando su carrera ¿cómo surgió la idea del personaje de Martínez el Facha, que ha sido el que más fama le han dado?
-Fue por casualidad. Cuando llegué a El Jueves se habían repartido todos los personajes y ya sólo quedaba el facha porque nadie quería hacerlo, así que me lo endosaron sin que a mí tampoco me hiciera mucha gracia. En aquella época los de la ultraderecha habían puesto una bomba en El Papus así que la cosa no estaba para muchas bromas. Al final nunca ha pasado nada porque Martínez es facha pero no tiene mala leche, incluso puede pasar por ser un buen hombre.
-Las comparaciones con el actor José Saza Tornil Saza siempre han sido constantes.
-Lo sé pero no es verdad. Cuando Saza hizo ese tipo de papeles en películas como La Escopeta Nacional o Espérame en el cielo, ya lo habíamos sacado antes.
-¿Y el resto de personajes que lo rodean?
-Con el tiempo apareció el jefe obsesionado con la pasta, Adolfito que está todo el día pensando en mujeres y el cura argentino.
-¿Sabe cómo se han tomado los de Vox este tipo de bromas?
-Pues hay gente de derechas que, según me cuentan ellos mismos, se ríen mucho con estos chistes y me dicen que está bien que ridiculice a sus jefes porque casi todos son así o peor.
-¿Cómo ha sido la evolución del personaje durante tantos años desde el 77 hasta la actualidad?
-Ahora todo es más simple porque antes me enredaba mucho con las historias y además con el tiempo he pasado de hacer dos páginas semanales a una mensual. La magia del cómic es que los personajes nunca envejecen, siempre tienen la misma cara, incluso teóricamente tampoco mueren.
-¿Cómo vivió el declive de las revistas de humor de la que sólo ha sobrevivido El Jueves pero a base de convertirse en mensual?
-Al principio de los años dos mil empezaron a ir a la baja, mucha gente se fue, alguno murió y también entraron un montón de autores nuevos con lo cual el cambio fue total.
-La oportunidad de abrir nuevos caminos le surge cuando Ángel Altarriba ve su trabajo, le gusta y le ofrece dibujar su primera novela gráfica El Arte de Volar basado en la figura de su padre.
-Al principio me sorprendió la propuesta pero insistió en que lo hiciera yo porque le gustaba mi estilo y estaba seguro de que lo iba a hacer perfectamente y la verdad es que no me arrepiento. Al contrario.
-¿Cómo enfocaron el trabajo, dado lo sensible que era la historia?
-Éramos conscientes de que iba a ser un libro muy dramático porque hablaba de la muerte de su padre y por eso pensamos que sólo lo iba a entender y gustarle a una minoría pero al final se empezó a hablar de la novela. Llegamos a ganar en 2010 el Premio Nacional del Cómic, lo que resulta algo bastante alucinante, porque de hecho ni siquiera sabía que existía ese premio. Todavía cuando voy a los salones a firmar ejemplares me preguntan por El Arte de Volar.
-Y después hicieron otra novela sobre la madre de Altarriba. Curiosamente él era de izquierda y ella de católica y de derechas. Un ejemplo de convivencia.
-En aquella época eso era bastante habitual. Un día Altarriba me dijo: “mira, vamos a tener que hacer algo sobre mi madre porque todo el mundo me pregunta que si tenía más simpatías por mi padre que por ella”. Así que al final hicimos El Ala Rota que para mí también quedó muy bien.
-Otra novela suya, pero esta vez autobiográfica es Nieve en Los Bolsillos.
-A los 18 años cuando murió mi padre dejé los estudios y me fui como muchos otros españoles a Alemania y allí estuve un año trabajando. Lo que cuento en ese libro es real, algunas partes son alegres y otras bastante tristes porque allí la gente se pasaba todo el tiempo trabajando y no iban a ningún lado a divertirse. Los españoles querían ganar dinero y volver a España para comprarse un piso pero nosotros éramos jóvenes y salíamos a divertirnos.
-Entonces también ha vivido la experiencia de ser emigrante ¿Qué le parece lo que está ocurriendo actualmente con quienes vienen a España de otros países?
-Pues lo que pienso es que hoy nadie se acuerda de que nosotros también fuimos emigrantes y la forma en la que a veces nos trataban. Ahora es otra forma de emigración pero en el fondo es lo mismo.
-No sé si será muy pronto para preguntarle si tiene algún proyecto en mente ahora que está promocionando su última novela.
-La verdad es que tengo la idea de escribir sobre un viaje que hice a Estados Unidos en el año 1972, pero aún no lo he decidido.
-Estamos hablando de unos años muy intensos y más aún en Estados Unidos.
-En aquellos momentos pasaban muchas cosas. Sería una historia divertida, con chicas, música… fue la época hippie que hoy está casi olvidada. También hay cosas menos alegres como la guerra de Vietnam o el caso Watergate que obligó a dimitir a Nixon.
-¿Por dónde viajó concretamente?
-Mi hermano era médico, vivía en Boston y fui a visitarlo. Luego durante tres meses recorrí California, Florida, San Francisco, Minneapolis…
-No resulta fácil hacer una novela gráfica, según cuentan los autores, por el tiempo que se tarda y porque siempre necesitan el apoyo de una editorial.
-Puedes tardar varios años y aunque me lo paso muy bien, son muchas horas de trabajo y es cierto que necesitas el respaldo de la editorial. Lo normal es pedir un anticipo y si el libro se vende pues muy bien y si no pues muy mal, aunque la verdad es que a mí nunca me ha pasado y por lo que yo sé tampoco obligan a nadie a devolver el anticipo. Durante ese tiempo debes ir haciendo más cosas porque exclusivamente del dibujo no se puede vivir siempre.
-¿Qué piensa del hecho de que tras haber luchado contra una dictadura cuando era joven ahora vuelva a ver cómo aparece de nuevo la derecha más ultra?
-La gente de la ultraderecha siempre ha existido y ha estado ahí, no son nada nuevo, sólo que ahora han encontrado el momento para mostrarse tal y como son con la excusa de la inmigración, por ejemplo. La historia se mueve por ciclos, hasta ahora hemos vivido tiempos en los que ha gobernado la izquierda y dentro de veinte años seguramente volverán a hacerlo. Yo, particularmente me considero socialista pero estoy bastante desengañado de la política y tengo una edad en la que estoy un poco de vuelta de todo, sigo las noticias por los periódicos pero intento que no me amarguen la vida.
-¿Qué es lo que más le está llamando la atención de lo que ocurre ahora?
-Hay cosas como lo que está pasando con Trump que si me lo cuentan hace años no me lo creo. Ver como este señor actúa con un total desparpajo, insultando… desde luego es otra manera de gobernar y lo peor es tiene mucha gente que lo apoya. En una de las recientes historias de Martínez hablo del salón de baile que ha hecho en la Casa Blanca que según dice es el más grande del mundo, mientras que para los de la derecha española el mayor del mundo es el Valle de Los Caídos.
-¿Cree que hay peligro de que se pierdan los derechos y libertades ganados en estos años?
-No creo que se llegue a tanto.
-¿Cómo ve en la actualidad el mundo del cómic? ¿Le gusta la evolución que ha habido? ¿Le atrae especialmente algún autor o algún tipo de temática?
-Lo veo muy bien. Leo poco pero hay cantidad de gente joven que está empezando a dibujar, chicas con mucho talento que hacen cosas fantásticas y hablan sobre temas que me parecen super interesantes. Hay tantas tendencias que me resulta imposible escoger alguna en concreto. He visto novelas gráficas maravillosas y dibujos totalmente nuevos, distintos y modernos. Cosas que a mí nunca me saldrían.
-Supongo que la avalancha del manga en su momento sería una sorpresa.
-Me gusta el manga japonés de guerra, no el de niños, por supuesto. Hay algunos que no leería ni loco pero ahora estoy con uno publicado por la editorial Norma que habla de la postguerra en Japón, que ha hecho un dibujante japonés que ya es mayor y que me gusta mucho.








