– La muestra, conformada por más de 200 piezas, recorre “El arte de un continente”, centrándose en los pueblos de su franja ecuatorial y tropical, desde el Océano Atlántico al Índico, y permanecerá abierta hasta el próximo 14 de diciembre, tras haber sido contemplada por más de 10.000 personas durante su estancia en el Espacio Cultural de Santa Cruz de Tenerife
La Fundación CajaCanarias ha inaugurado este martes, 10 de septiembre, la exposición titulada “África-Babel. El arte de un continente”, en su Espacio Cultural de Santa Cruz de La Palma (Plaza de España, 3). La muestra, conformada por más de 200 piezas escultóricas, máscaras, objetos cotidianos y pinturas, recorre el arte tradicional africano, centrándose en los pueblos de su franja ecuatorial y tropical, desde el Océano Atlántico al Índico y podrá visitarse hasta el próximo 14 de diciembre, de manera gratuita, en el siguiente horario: lunes a viernes (10:00-13:30 y 17:30-20:00), así como los sábados (10:00-13:30 horas). Los domingos y días festivos, la exposición permanecerá cerrada. “África-Babel. El arte de un continente” llega a La Palma tras haber sido visitada por más de 10.000 personas durante su estancia en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, que finalizó el pasado 13 de julio.
Lo que hoy se conoce por cultura contemporánea debe buena parte de su audacia al descubrimiento del arte africano, a principios del siglo XX. Aquellas obras que, por entonces, se consideraban simples objetos étnicos cobraron, gracias a su influencia en las revoluciones plásticas de las vanguardias históricas, su verdadera dimensión artística. No obstante, este arte nació como una indagación espiritual que partía de la búsqueda de los orígenes, del encuentro con los ancestros, si bien gran parte de su riqueza original se está perdiendo hoy en buena parte del continente. Por este motivo, y a lo largo de más de 40 años, Guillermo Martínez ha recorrido África atesorando estos objetos que ha documentado, tratando de preservar su valor simbólico y sagrado, lo que permitirá contemplar, en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de La Palma, una de las colecciones privadas más importantes de un arte que no persigue los patrones de belleza de Occidente.
África-Babel. El arte de un continente
Esta propuesta expositiva de la Fundación CajaCanarias centra su contenido artístico en las creaciones de los pueblos de la franja ecuatorial y tropical africana, desde el Océano Atlántico al Índico. Su variedad y riqueza es, por tanto, amplísima, abarcando países como Nigeria, Camerún, Mali, Burkina Faso, Gabón, Guinea Ecuatorial, Ghana, Angola, Etiopía, Chad o Sudáfrica, entre otros. En el recorrido de la muestra, a través de las más de 200 piezas en exposición, destacan las figuras ceremoniales y los símbolos de poder, las figuras antropomorfas, las máscaras rituales, las representaciones simbólicas y funerarias, o las maternidades, todas ellas reflejo del complejo lenguaje simbólico y plástico de estos pueblos.
Entre las obras artísticas que componen “África-Babel. El arte de un continente”, destaca el colosal relicario-sarcófago Nkundu Nkundu, de la etnia Ngata. Los Nkundu trabajaron la forma humana en sarcófagos que dejaron una profunda impresión en la vanguardia artística de principios del siglo XX. La estatua de bronce de la reina Bamoun es otra de las joyas de la colección, y representa a la reina madre Mandouh, también conocida como madre de la humanidad. Esta estatua es un fiel reflejo de cómo son los Bamoun: si hay un rasgo que define la personalidad de esta tribu es la sonrisa. En el recorrido de la muestra también resaltan las esculturas Songye, que se presentaban cubiertas de fetiches. Las grandes tallas, a pesar de lo impactante de sus dramáticas expresiones, aseguraban la protección de toda la comunidad, y servían para combatir a los espíritus malignos. Estas esculturas tienen pequeñas cavidades donde depositaban hierbas medicinales y otras sustancias mágicas.
La escultura Bamoun del trono que preside la entrada al Espacio Cultural CajaCanarias era un símbolo de prestigio y poder social entre los Bamoun. En su decoración, los artesanos empleaban incrustaciones de caurís, una concha marina que, hasta hace muy poco tiempo, poseía un gran valor como medio de pago. La función de los tronos es conectar espiritualmente a los miembros de la familia real. En este caso, no estaba destinado al rey, sino a la reina madre que era la segunda persona más importante en el reino de Bamoun.