Laura Pérez Venetti es una dibujante catalana cuya veteranía no parece restarle ilusión por lo que hace, más bien lo contrario. Después de abordar el relato erótico, literario, político y experimental ahora se encuentra inmersa en un nuevo género llamado poesía gráfica, una corriente en la que el guión discurre sobre los versos. Por ello, Laura, como decidió llamarse en los inicios, mantiene viva la misma pasión que cuando en 1981se atrevió a acercarse a la revista El Víbora con su primera historia bajo el brazo y fue inmediatamente contratada. Allí permaneció durante una década, muchas veces bajo el seudónimo de Maracaibo, el nombre de una ciudad y que por lo tanto no concretaba géneros, que era de lo que se trataba. En aquellos años no sólo había pocas mujeres dibujantes sino que incluso su trabajo no siempre era demasiado valorado. Como suele ocurrir esta vocación comenzó cuando de pequeña devoraba tebeos españoles, franceses e italianos junto con sus hermanos. En breve se podrá disfrutar de su obra en una exposición en el Museo de Bellas Artes, con motivo del Salón del Cómic.
–¿Cuál es el último trabajo que ha editado?
-Es un cómic con guion de Javier Pérez Andrújar que trata de una situación post pandémica en Barcelona con personajes muy particulares en la que se mezcla la tragedia con el humor, la caricatura, los mundos paralelos, la magia y el underground.
-Usted sobre todo es dibujante más que guionista.
-He trabajado con diferentes guionistas, especialmente con Alfredo Pons, con Onlyú, con J.M. Lo Duca, Felipe Hernández Cava y Antonio Altarriba. En los ochenta hice underground y el cómic erótico en El Víbora, en los noventa estuve en revistas experimentales como El ojo clínico y Medios Revueltos dirigidas por Felipe Hernández Cava y en Nosotros Somos Los Muertos por Max. A partir del dos mil trabajé en dos álbumes eróticos con Antonio Altarriba, El Brillo del Gato Negro y Amores Locos. En esa época también dibujé Macandé con Felipe Hernández Cava, que es la historia del genial cantaor con ese nombre de una vida marcada por el talento, la locura y la pobreza. De hecho, Macandé es una palabra gitana que significa loco. Con Felipe Hernández Cava dibujé también el álbum en color Sarà Servito sobre una historia de intriga que tiene lugar en el siglo XVIII en Venecia. Pero también he hecho algunas historias con guion propio como Susana y guiones para historietas breves en El Víbora.
-Y ahora parece centrarse en la poesía gráfica.
-He dibujado y publicado tanto poetas consagrados y fallecidos como Baudelaire, Rilke, Maiakovski y Pessoa como también poetas españoles contemporáneos, tanto mujeres poetas como hombres, entre ellos Luis Alberto de Cuenca y Fernando Arrabal. Entre las mujeres poetas estarían Isabel Bono, Julia Otxoa, Miriam Reyes y Menchu Gutiérrez. En el álbum de poesía gráfica Ocho Poemas he adaptado obras de Jesús Aguado, José Luis Piquero y José Ángel Cilleruelo y Luis Alberto de Cuenca. Una serie de poetas que tienen credos artísticos muy diferentes y de generaciones distintas. Y este año 2024 he publicado el cómic El Designio que hice con Javier Pérez Andújar con referencias de Tintín, del humor de Bruguera y sus personajes, de los textos iluminados góticos, de la magia y del underground. En El Designio hay alusiones musicales a Tubular Bells de Mike Oldfield, y a los grupos REM y King Crimson. La obra fue publicada en una edición muy hermosa por la editorial Autsider Cómics que cuida mucho sus álbumes y convierte cada uno de sus tebeos en una idea y concepto diferentes. Es la primera incursión cómo guionista de tebeos de Javier Pérez Andújar y le gustó tanto la experiencia creativa de tres años que ha decidido pasarse definitivamente a este noveno arte. Debo agradecer que Javier escribió un guión hecho a mi medida con mis temas y estilos de dibujo preferidos como historietista.
-El género erótico es otro de los que ha tocado.
-Sí con Antonio Altarriba hicimos Amores Locos y El Brillo del Gato Negro editados ambos por Edicions de Ponent. Le propuse a Altarriba que partiéramos del libro Las Lágrimas de Eros de Georges Bataille y entonces abordamos el erotismo en tres épocas de la historia como eran la prehistoria, la Grecia antigua y los años veinte en Nueva York. El objetivo era tratar la cuestión del eros pero de una forma literaria y artística, jugando con tres estilos gráficos diferentes para cada época y con unos personajes interesantes. El cómic erótico no tiene por qué descuidar los guiones y de hecho en estos dos álbumes están muy cuidados el aspecto literario y el del dibujo.
-Su guionista, digamos de cabecera ha sido Felipe Hernández Cava.
-Es el guionista con quien más veces he trabajado desde los años noventa, sobre todo en cuanto a cómic experimental, la serie negra, el erotismo en la Venecia del siglo XIX, la biografía del cantaor Macandé, el atentado del 11-M… Hernández Cava y yo siempre hemos colaborado respetando el mundo y la personalidad artística de cada uno, lo que acaba enriqueciéndonos a guionista y dibujante con las investigaciones, el mundo personal, y la cultura del coautor. Pero todos los guionistas han sido para mí una experiencia diferente y algo muy enriquecedor y un partir de cero en el nuevo álbum con dada uno de ellos.
-Comienza a trabajar en El Víbora al principio de los años ochenta. ¿En aquella época la revista era todavía tan radical como al principio?
-Tenía unos veintidós años, era una chica tímida. Me presenté un jueves en la editorial de El Víbora que estaba en la plaza de Las Beatas, lo que me llamó la atención. Que una publicación tan escandalosa y rupturista tuviera su sede en una placita con el nombre de Las Beatas. Cuando me presenté con la carpeta y mi historieta estaban el editor Josep María Berenguer y el autor Alfredo Pons. Les mostré mi cómic y a Alfredo Pons le gustó tanto que me propuso escribirme un guión para publicar en El Víbora. Esa historieta que me escribió se titulaba Como en las películas francesas, con un estilo de dibujo underground. Siempre tendré que agradecerle a Alfredo Pons que me haya apoyado para empezar a publicar en El Víbora con un guion suyo. De hecho estuve en esta revista durante la década de los 80. El Víbora en aquellos años era una revista de cómic underground pero también trataba temas como el intento de golpe de Estado del 23-F la literatura, la música, la calle, y demás. Pero desde un punto de vista innovador en estilos de dibujo y temas.
–¿Cuáles cree que fueron las principales aportaciones de El Víbora?
-En aquellos años presentaba El Víbora nuevas vías de narración con nuevos autores jóvenes que comenzábamos entonces y experimentábamos nuevos temas y grafismos. La verdad es que para mí fue muy importante comenzar como historietista tan jovencita en una revista que yo admiraba mucho.
-También ha contado con el apoyo de la editorial Luces de Gálibo.
-Casi todos mis álbumes de poesía gráfica, que son ocho en total, han contado con el apoyo de la editorial Luces de Gálibo dedicados a Pessoa, a Maiakovski, a Baudelaire, a Arrabal, y los dos álbumes con Luis Alberto de Cuenca Viñetas de plata y Vive la vida me los publicó Reino de Cordelia. Estas dos editoriales son importantes porque se la han jugado publicando los cómics de poesía gráfica, una vía en la historieta que, de hecho, no existía antes.
-Hace poco conocí la existencia de la obra de Onliyú sobre la historia del underground de Barcelona.
–Onlyú es una persona muy culta. De hecho, una de las características de El Víbora era que se mezclaba todo lo que era el underground, reivindicando lo naif y los nuevos temas pero colaborando también con personas muy cultas como Onliyú. Él significó uno de mis principales apoyos literarios y cómo guionista mío en la revista. Onliyú es una persona tronchante, con una mezcla muy divertida de humor y cultura, sin caer nunca en la pedantería. Comprendió que Laura podía tratar muy bien en cómics a los grandes escritores y hacer una obra en la que se mezclara el underground con la cultura más excelente. Onliyú es una persona muy culta pero también muy irónica y con mucho humor. He dibujado varios guiones suyos que van desde Marcel Schwob, a Nathaniel Hawthorne o Apuleyo.
-Las pocas autoras de aquellos años se quejan precisamente de eso. De que eran muy pocas y tenían que sobrevivir en un mundo básicamente masculino.
-Cuando yo comencé en los años ochenta en España solo había dos o tres autoras pero sucedía lo mismo en Italia y en Francia. Los primeros años en El Víbora firmé como Maracaibo porque pensaba que mi nombre real me podía perjudicar, y que el lector no leería a una mujer. Y resulta que unos dos años después Joseph Marie Lo Duca, que era un personaje muy importante de la cultura francesa, le escribió a mi editor que su autor preferido era Maracaibo. Lo Duca se llevó una gran sorpresa cuando se enteró de que Maracaibo era una mujer porque también en Francia casi no había ninguna autora. Lo Duca era muy conocido en su país porque fue cofundador de los prestigiosa revista francesa Cahiers du Cinéma y colaboró y era amigo de Cocteau, Georges Bataille, Fellini, entre otros. Entonces me propuso hacer el álbum El Toro Blanco, que se publicó en El Víbora. Gracias al reconocimiento de Lo Duca el editor me ofreció dibujar la portada de El Víbora número 62 que era el dibujo de la cabeza de la Medusa llena de víboras y esa portada fue la única dibujada por una autora y publicada durante la década de los ochenta en El Víbora. Al final la adquirió el Museo Mnac de Barcelona y el original estaba perfecto.
-El underground barcelonés y la movida madrileña coincidieron en el tiempo pero parece que vivieron en mundos paralelos. ¿Cuál cree que son las principales diferencias y coincidencias entre ambos movimientos?
-El underground barcelonés de hecho empezó también a finales de los setenta llegando hasta los ochenta. En Barcelona estaban en esa época de finales de los setenta, Ceeseppe, Ouka Lele, junto a Nazario, Pepichec, Roger, Isa. Recuerdo que en los posteriores años 80 para La Movida de Madrid el cómic era el arte preferido. Pero el underground de Barcelona, a diferencia de La Movida de Madrid, era más de tipo “extraradio” y estaba relacionado con el mundo de la prostitución, las drogas y se reivindicaba el underground nortamericano con personajes que eran perdedores, drogadictos, bailarinas de striptease,… gente muy descarriada mientras que los de Madrid tenían un mayor aire de excelencia. Aquí en Barcelona hubo auténticas ovejas negras dentro de todo el movimento de innovación de temas y lenguajes, un underground que también se mezclaba con una literatura de calidad, algo que estaba mucho más marcado por una vertiente gamberra a diferencia de la movida madrileña que fue un movimiento más bien de innovación ochentera en el grafismo, en la ilustración, en la música… Aunque el underground de Barcelona y la movida de Madrid comparten muchos aspectos en la misma década como la estética punk o la música ochentera.
-Durante años ha mantenido una estrecha relación con el Salón del Cómic de Barcelona, el más importante del país, incluido la concesión del premio en 2018.
-El Salón ha significado un apoyo importante en mi trayectoria al reconocer mi labor como historietista durante cuarenta años al concederme el Gran Premio del Salón de Barcelona en 2018. Además este premio se lo han concedido a una autora como yo que desde sus inicios prueba caminos nuevos, una vía en el cómic que resulta mucho más difícil para una mujer que para un hombre. Ha sido un respaldo importante, sin duda, para mi carrera este premio. Pero también desde 2017 he recibido otros a mi trayectoria en el Salón de Almería, en el Salón Mancha Cómic y en el Salón de Avilés. El pasado año 2023 la revista Culturamanía también me premió durante el Salón del Cómic de Tenerife.
-Creo que tiene una estrecha relación con la Fundación Canaria de Cine + Cómic.
-Conocí al presidente, Francisco Pomares y al director, Lucas Morales y comprobé que eran grandes fans y defensores del cómic y que mostraban un enorme entusiasmo por los autores y la cultura tebeística. Me invitaron al Salón del Cómic de este otoño 2024 y allí organizarán una exposición sobre toda mi trayectoria y una charla sobre mi última novela gráfica con Javier Pérez Andújar El Designio editada por Autsaider Cómics.
-Una pregunta común que solemos hacer a los autores es la opinión sobre el Libro Blanco del Cómic.
-No lo he podido consultar todavía pero autoras y autores con los que he contactado no parecían muy contentos, me decían que no lo ven como un reflejo muy fiable de la situación que vivimos en España. Pero no es mi opinión personal porque yo no lo he leído todavía. Son solo rumores que me han llegado.
-Y otra pregunta común es lo que piensan sobre la Inteligencia Artificial (IA) y las consecuencias que tendrá en el mundo del cómic.
-Está claro que los creadores tanto los historietistas, como ilustradores o guionistas estamos muy preocupados pero el año pasado me invitaron al Festival Gráficas de Málaga y allí me encontré con Carla Berrocal, Ana Galván y Natacha Bustos. Estuvimos hablando de este tema y Ana Galván me decía que los dibujantes que trabajamos a mano con papel, pincel y plumilla somos los que corremos menos riesgo de desaparecer con la IA. Me extrañó que una persona como Ana Galván que es muy famosa por trabajar en el mundo digital, donde le va muy bien y tiene mucho talento, pensara que podíamos sobrevivir en el futuro los creadores que utilizamos el sistema analógico. Se comenta que la IA puede ser una herramienta que podremos dominar y utilizar los historietistas para crear. Pero claro que existe una preocupación y angustia que conlleva la aparición de la IA entre los autores porque a partir de ahora en un instante pueden plagiar y robar toda tu obra.