lunes, septiembre 22, 2025

Núria Tamarit: “De forma natural encontré en el cómic la manera de unir mis dos pasiones: el dibujo y la literatura”. Por Noé Ramón 

“Una buena definición de los dibujantes sería que somos los que nunca dejaron de dibujar”

“Soy muy organizada y verme a la una de la mañana acabando un encargo para mí significaría que algo no he hecho bien”

“Como creadora siento una cierta responsabilidad en cuanto que estoy trayendo al mundo algo que era inexistente”

“Ese miedo a los niños migrantes es algo absolutamente ridículo”

Núria Tamarit es una autora murciana nacida en 1993 con un recorrido un tanto atípico. De pequeña era una apasionada al dibujo y la literatura por lo que al final encontró en los cómics la manera de canalizar y unir sus dos pasiones. Estuvo en la Facultad de Bellas Artes de Valencia para a continuación marchar a Reino Unido donde estudió en la escuela de ilustración gracias a las becas Erasmus y luego acabó esta disciplina en la misma Universidad. Y por esos derroteros de la suerte y el talento su primera novela gráfica titulado Duerme Pueblo firmada junto a Xulia Vicente, que en realidad era un proyecto de fin de carrera, fue inmediatamente publicado por la editorial La Cúpula lo que le permitió dar un salto directo de las aulas al mundo del cómic.

Combina la ilustración con la creación de cómics, novelas gráficas y periódicas incursiones en el mundo del fanzine, a lo que se une su primer proyecto editorial llamado Anna Dédalus Detectiu. Es autora de la novela gráfica Dos Monedas a la que siguieron, Avery Blues y Giganta por los que ha recibido diversos reconocimientos como el Premi València Novel·la Gràfica. Ella misma relata sus inicios.

-Supongo que todo el mundo dibuja de pequeño hasta que llega a una edad en la que lo deja, así que en realidad una buena definición de los dibujantes sería que somos aquellas personas que nunca dejaron de dibujar. Al principio no tenía muy claro dedicarme totalmente a esto pero después del curso que estudié en Reino Unido comencé a pensar que aquí había una profesión. La verdad es que todo fue un proceso bastante natural. Descubrí que se podía vivir de esto y que por lo tanto debía intentarlo.

-Tomas esa decisión precisamente cuando antes de acabar los estudios ya empiezas a publicar a tener éxito y buenas críticas.

-Sí, menos unos tres meses que estuve en un híper cuando tenía 18 años, hasta ahora he conseguido vivir sólo de esto. Realmente no he tenido otro trabajo, lo que me parece todo un logro. Toco madera, porque creo que me sería imposible manejarme en ningún otro trabajo.

-¿Cómo definirías tu estilo? Llama mucho la atención la importancia que le das al color.

-No sé expresarlo concretamente pero diría que mi intención ahora mismo es encontrar la manera de dibujar de la forma más simplificada posible. No quiero decir que sea exactamente algo que pueda calificarse de sintético, sino más bien que siento la tendencia a usar más la geometría y a reducir los detalles. Me gustaría apostar por algo menos complejo. Y sí, es obvio que me gusta el color y colorear, lo disfruto mucho.

Por edad supongo que te cogería de lleno la fiebre del manga, aunque no sé de qué manera te pudo influir.

-Pues la verdad es que no. De hecho cuando era pequeña no leía cómics. Todo ese mundo me resultaba muy ajeno. En casa había por ahí el típico Mortadelo y Filemón, que compraban mis padres. Vi algo de anime pero tampoco me sentía friki o super fan del anime. Lo principal es que me gustaba mucho leer un montón de novelas y por ese camino de forma natural encontré en el cómic la manera de unir mis dos pasiones: el dibujo y la literatura. Pero en absoluto diría que soy ese tipo de autora que siempre ha querido dibujar porque desde pequeña ha devorado muchos cómics.

-Hablas de que intentas simplificar tu estilo. ¿Hasta qué punto crees que podrás llegar?

-Ahora mismo me siento bastante cómoda con el nivel de simplicidad que estoy alcanzando pero a veces sigo sintiendo que todavía hay muchas cosas que sobran, que me he dejado llevar demasiado por los detalles que no aportan nada al resultado final. Evidentemente es una opinión mía basada en que voy poco a poco avanzando hacia otro lugar distinto del que estoy ahora mismo.

-¿Cómo es un día normal de trabajo?

-Trabajo en casa y tengo mi rutina muy marcada. A primera hora paseo al perro, luego voy al gimnasio y después ya me pongo a trabajar en el estudio de mi casa. Por suerte me gestiono y organizo muy bien y no me causa ningún problema trabajar sola. Mi día a día no tiene mucho misterio, la verdad.

-¿Nunca te ha cogido el toro de tener que entregar un trabajo a última hora?

-Depende del proyecto y del momento. Mi filosofía se basa en intentar ser lo más eficiente posible, centrarme en trabajar y no estar mirando el ordenador o haciendo otras cosas al mismo tiempo. Mi objetivo es reducir al máximo las horas de trabajo de manera que tengo una jornada de cuatro o seis horas. Raramente ocho. Soy muy organizada, así que intento tener tiempo suficiente para cumplir con los compromisos. Me propongo entregar los encargos lo antes posible, hago todo lo que pueda para no verme trabajando a la una de la mañana porque eso para mí indicaría que algo no he hecho bien. Las veces que me he visto apurada suele ser porque los clientes han tardado mucho en dar feedback y ha habido falta de organización. Pero sí, intento no dejar nada para el último momento.

-¿Te gustaría trabajar en una oficina con más gente en vez de sola en tu casa?

-No, no me gustaría en absoluto. Estoy muy contenta así, me organizo muy bien, trabajo como quiero y cuando quiero haciendo lo que me gusta y además necesito bastante concentración. Los sonidos me molestan mucho y tener que aguantar a alguien al lado tecleando o hablando por teléfono me resultaría muy complicado.

-¿Tienes en mente ahora mismo o trabajas ya en algún nuevo proyecto?

-Ahora estoy trabajando en una novela gráfica con el mismo guionista de Giganta y luego también escribí el guion de otra novela que haré cuando acabe la que estoy haciendo ahora, si todo va bien, claro.

-¿Cómo diferencias tu faceta de ilustradora de la de creadora de cómics o novelas gráficas?

-Son dos mundos un tanto distintos pero que comparten lo mismo, el dibujo. La ilustración es algo que suele ser más puntual, creas una imagen o conjunto de imágenes, mientras que los cómics es una manera de contar cosas de forma secuencial. Como me considero dibujante, tampoco veo tanta diferencia.

-A veces abordas cuestiones relacionadas con la política o el medio ambiente.

-Busco contar cosas que me gustan como una manera de canalizar mis intereses o mis preocupaciones porque es algo inevitable. Todo en la vida es política y por eso me siento un poco responsable en tanto que los dibujantes creamos cosas que no existían antes. Ese libro no estaba ahí hasta que lo hice, así que siento una cierta responsabilidad por el hecho de que estoy trayendo al mundo algo nuevo que era inexistente y que va a comunicar y aportar algo que para mí es importante. Hablo de planteamientos sociales o políticos, historias con unos conceptos que para mí tienen un valor, así que de manera inevitable me resultaría imposible hacer cosas que fueran cien por cien banales, aunque a alguien le pueda parecer que lo son.

-¿Y cuáles son las cuestiones que te preocupan ahora mismo?

-Pues obviamente, la guerra y en general la crisis climática me preocupa muchísimo y luego a nivel más local el acceso a las viviendas, la crisis migratoria… En general, todas las crisis me preocupan.

-¿Al residir en Valencia cómo viviste las lluvias torrenciales del pasado año?

-No vivo exactamente en la ciudad pero sí estuve unos días ayudando y la verdad es que fue una experiencia muy dura e intensa.

-¿Y qué conclusión sacas de lo ocurrido?

-Fue algo terrible, sobre todo por estar tan metida en el mundo ecologista y llevar muchos años hablando de que podía ocurrir esto y ves que al final ocurre y la riada pasa tan cerca de tu casa. Además es muy frustrante darte cuenta de que tienes gobiernos incapaces, especialmente cuando ocurren desastres como éstos. No sólo no resuelven nada sino que encima bloquean y obstaculizan.

-No sé si sabes que en Canarias está abierto el debate sobre el reparto por todo el país de los niños no acompañados que llegan en pateras y que algunas comunidades autónomas se niegan a acoger. No sé si quieres opinar sobre esta cuestión.

-Es lo mismo. Contamos con unos gobiernos que no reman a favor de una sociedad con derechos humanos reales, tanto a nivel migratorio, como laboral, social o climático. Da mucha pena y más cuando percibes que por lo visto esa va a ser la dirección hacia la que vamos en el futuro.

-¿Tú particularmente te sentirías amenazada porque tu ciudad acogiera a niños migrantes?

-En absoluto, ese miedo a los niños migrantes es algo totalmente ridículo.

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