El malagueño hizo una doble parada en Canarias en el marco de una gira especial tras cumplir 10 años de trayectoria musical
El reloj marcaba las 20:30 y ya nos encontrábamos en el interior del Pabellón Santiago Martín. Tras reunir a 3.500 personas el día anterior, el público tinerfeño preparó sus mejores galas -y también, sus gargantas- para recibir por todo lo alto al tan característico artista del piano, Pablo López. Poco a poco se fueron llenando huecos a lo largo y ancho del recinto y a medida que pasaban los minutos, fueron aumentando los decibelios. El público era variado: se podían observar desde personas que acudieron solas a la cita como grupos de amigos y familias. Todo el mundo tiene cabida en la fiesta de la música que despierta el artista cada vez que se acerca a las teclas.
Un poco más tarde de las nueve de la noche, la escena se fue a negro y 5.000 almas recibieron entre aplausos y vitoreos al de Málaga. Se dirigió directamente a un teclado que se encontraba al lado del piano de cola que ocupaba el lado izquierdo del escenario. Empezó a entonar “Unikornio”, tema que cierra su cuarto y último disco, y se le escapó alguna risa al escuchar como cantaba todo el Santiago Martín. Poco después del primer estribillo, ya se colocó en el piano y arrancó la canción con fuerza acompañado de su banda: Micky Martínes (batería), Santi González (guitarra), Matías Eisen (bajo) y Jéssica Estévez y Santi Novoa (vientos).
Empató con “Dónde” y luego, se dirigió al público con unas palabras: “Yo creo que hoy se celebra la vida… Se celebra que tenemos la oportunidad de venir a hacer lo que más nos gusta”. Acto seguido, volvió al piano y empezaron a sonar las primeras notas de “Suplicando”, poniendo a todo el público a saltar y dar palmas sin descanso alguno. Un auténtico torbellino de emociones.
“El Patio” de todos y todas
La noche fue transcurriendo y pudimos disfrutar de temas de su álbum debut como “El Amor Se Olvidó de Nosotros” y otros que se han convertido en auténticos himnos como “Hijos del Verbo Amar”, “El Mundo” o “Tu Enemigo”. Hablando de himnos … llegó uno de los momentos más esperados de la noche, por lo que ha marcado esa canción y por lo que ha trascendido. En su día, cuando López anunció su salida comentó en sus redes sociales que “nadie está solo si tiene una canción” y esto es exactamente lo que transmite “El Patio”. El Pabellón retumbaba con las voces de todos los asistentes que no dejaron de cantar ni una sola palabra de un tema que cruzó fronteras y que forma parte de uno de los grandes discos de habla hispana que ha dado nuestro país, “Camino, fuego y libertad”. De hecho, de esta grabación también pudimos disfrutar de “El Gato”, también con una escena más intimista y minimalista a nivel musical con una sensibilidad absoluta.
La emoción no cesó en ningún momento y así fue que, al acabar, animó al público a cantar el tan mítico estribillo: “fuera, vete de mi casa …”. A piano y 5.000 voces al unísono, el patio volvió a ser el lugar seguro de muchos y muchas. Al acabar, López se puso en pie -cabe destacar que lo hizo en varias ocasiones a lo largo de la velada- y aplaudió del escenario para fuera, de una punta a otra del escenario para agradecer la energía y el cariño que se estaba viviendo esa noche.
Tras esto, pasamos a otro de los momentos más íntimos de la noche. El artista, guitarra en mano, acompañado de sus músicos, se trasladaron a la zona delantera del escenario e interpretaron “Mamá No” y “Te Espero Aquí” en un formato más acústico que no dejó indiferente a nadie. Al finalizar, volvió a mostrar su agradecimiento y, desde el piano elevó la energía de nuevo con “Vi”, su single debut, para luego seguir con “Ven”, de su segundo disco.
Los colibríes echaron a volar
Sus canciones más recientes como “El Abrazo Más Grande De Todos Los Tiempos” y “Quasi” también tuvieron su momento, sin perder la coherencia con el resto del setlist. Esta serie de temas que salieron entre 2022 y 2023 acompañados de la imagen de un colibrí, son la antesala de lo que será el quinto trabajo discográfico del artista. Este ya ha comentado en otros medios que se está cocinando a fuego lento pero que tiene intenciones de salir antes de que acabe el presente año.
Pablo se mostró cercano -como de costumbre- y compartió algunas palabras en clave de humor. Desde ahí, contó que había canciones que le gustaría haber escrito. Empezaron a sonar unos tímidos acordes … “The Show Must Go On” de Queen, un tema que le ha acompañado desde sus inicios. Una brillante interpretación a piano y voz que nos hizo vibrar de principio a fin, acompañada de una iluminación tenue y un cenital que centraba todo el protagonismo en un único punto. Sin duda, un homenaje a la altura de un tema que ha pasado de generación en generación.
La niña de la linterna está en Tenerife
El concierto ya iba llegando a su fin y trajo consigo, uno de los momentos más memorables de la noche. Empezó a sonar “La niña de la linterna” y, entre la grada, López vio a una niña con una pancarta en la que aseguraba ser ella … ‘la niña de la linterna’. Se dirigió a ella y, para el siguiente tema, el artista fue hasta la grada donde esta se encontraba para tocar uno de sus temas más laureados: “Lo Saben Mis Zapatos”, haciéndola partícipe durante esos minutos.
¿Qué mejor manera de cerrar una noche plagada de emociones que bailando? De repente, la banda se puso alrededor de Pablo, ya en el piano, empezaron a cantar todos juntos otro de los grandes clásicos de la música: “I Wanna Dance With Somebody” de Whitney Houston para darle entrada a “Mira Cómo Bailan”, otro de ‘los colibríes’. Fueron 3 minutos y pico de pura energía donde el público echó toda la carne en el asador y disfrutó como si fuese la última noche de sus vidas… aunque lo cierto es que esto fue lo que se respiró durante las dos horas que duró el concierto.
Los protagonistas de la noche se fundieron en un abrazo grupal, dando saltos y animando a los asistentes hasta que se fueron retirando uno a uno. Antes de abandonar el escenario, los músicos repartieron entre el público las baquetas y púas que habían utilizado esa noche.
Se encendieron las luces pero con ello, no se escapó la magia y la música que había impregnado cada rincón del Santiago Martín. Una vez más, el malagueño ha hecho justicia a la buena música, con temas que nacen de unas melodías, estructuras elegantes y unas letras características y muy suyas. En la noche del pasado sábado pudimos disfrutar de una crónica del tiempo, viajando por muchos de los temas que componen toda su discografía y recordando a través de ella, estos 10 años de trayectoria en los que el artista no ha parado de sorprender.
Esta gira, que próximamente cruzará el charco para visitar EEUU, también hará algunas paradas en algunas ciudades europeas. Una vez más, Pablo López demuestra que su música no tiene fronteras y enamora allá donde va.
Artículo por Vicky Ferrer
Agradecimientos a Festival Mar Abierto