El segundo día del Festival Peñón Rock 2024 comenzó con una apuesta por la música local de manos de Simón Salinas. El músico tinerfeño, que comenzó su carrera en solitario en 2016 y que, de manos de la productora Susi Morla, ha ido creando su proyecto musical con dos discos en su cartera, Avante Toda y Terapia Emocional, y que ya tiene muy avanzado el tercer disco, grabado con Gerard Giner en Tarragona y del cual ya ha lanzado tres singles, abrió el escenario a las 17:00 horas. Sonando muy conjuntado, le vimos entonar sus canciones más conocidas y recientes, como Juguemos o Principio de Canción. Con unos referentes musicales más que obvios, Simón Salinas está llamado a ocupar un lugar en la escena rock hispana.
Baldosa fue la segunda propuesta local de la tarde. Se presentó con una formación muy sencilla, Miguel a la batería y Garri al bajo, además de Paula como cantante y guitarra, desarrollando un sonido que transitaba entre el rock más melódico y el sonido más gamberro cercano al punk. Formados en 2020, han publicado dos EP, Baldosa y Queriendo igual, además de una serie de singles, que fueron presentando a lo largo de su actuación, como ocurrió con el Problemas de mierda, La alfombra o nuevas producciones como Tráfico. Además de la reivindicación social, tuvieron tiempo de realizar algunos covers como Déjame de Los Secretos o el clásico Tequila.
La tercera banda local programada fue Los Vinagres quienes reflejan muy bien el devenir del rock canario. Originarios de La Palma, el grupo se forma en Madrid, inicialmente con Jesse al bajo aunque sustituido al poco tiempo por Sergio, que constituye un trío con Abel (voz y guitarra) y Rober (batería). Rock verbenero con señaladas raíces canarias, sus letras están marcadas por el habla y deje canario. Si Ignatius Farray es el mencey en el exilio, fácilmente Los Vinagres podrían ser su banda militar. Sonaron en el Peñón Rock buena parte de su prolífica carrera (hay que recordar que su primer single doble fue publicado en 2015) con tres LP ya en su haber, El canto de la morena, Los volcanes y Buen clima, y anunciando en el mismo escenario la próxima publicación de su siguiente disco, Amores de verbena. Con este bagaje, se comprende que el público presente no dejara de bailar sus canciones.
De Madrid también llegó la siguiente invitada al festival, Travis Birds, que vino a presentar su espectáculo Perro Deseo, en donde repasa su homónimo disco. Como suele ser característico en sus conciertos, la cantante mantuvo la tensión, incluso en su fase más intimista cuando toca sentada con su teclado, interactuando constantemente con su público, a quien hizo saltar con su clásico Thelma & Louise o con el tema Eduardo. No faltó en el repertorio de la noche, canciones que la dieron a conocer al gran público como son Coyotes y, ese himno generacional que es 19 días y 500 noches después, su versión del famoso tema de Joaquín Sabina con letra de Benjamín Prado.
Y la noche, y el festival, se clausuró con la presencia de Hombres G sobre el escenario, momento en donde se congregó la mayoría del público que había comprado sus entradas y buena parte de las personas que se habían quedado fuera del festival pues era multitudinaria la presencia de gente en los alrededores. Llama la atención que en un festival en donde se programaron tan buenas bandas, sea el momento nostálgico el que haya atraído al público al recinto. Alguien dijo una vez que, en estos tiempos tan convulsos, la nostalgia es el amarre a la realidad y en Peñón Rock esta máxima se cumplió. Una banda que a comienzos del nuevo milenio ya tenía 20 años a su espalda, llegó al Peñón Rock, con sus más de 40 años de carrera, cargados de una cartera repleta de himnos de una pubertad que suena ya a otro tiempo a pesar de que hayan sido reeditados en los últimos años junto a diversos artistas. Marta tiene un marcapaso, Sufre mamón o Venezia marcaron el ritmo de una actuación en donde tampoco faltaron temas como Te quiero junto a sus nuevas producciones de discos como Resurrección o La esquina de Rowland.
Texto de Álex Ro.
Fotografías de Álex Ro y Jesús Hernández.