Asunto: Juan Puerta & Picaportes
La noche del 12 de enero se desato un torbellino de rock and roll en el Lone Star. Show sudoroso y bailongo, saleroso y demencial, entregado y espectacular, por parte de un combo montado por el amigo Jonathan; rockero y melomano de toda la vida, no dejaron títere con cabeza.
Bolo perfectamente ejecutado por una banda sorprendementé engrasada. Locomotora que escupe punk, surf o garaje a destajo. La maquinaria ni se para ni desentona y el feedback con el público es total. Una labor percusiva incontestable, con una sección rítmica impecable, y un guitar hero que parece recién salido del mismísimo filmore. De los Cramps a Chuck Berry, Juan Puerta abre muchas, para desesperación de rockistas talibanes y regocijo de una audiencia con las orejas igual de abiertas y entrenadas… Y qué decir de esos Picaportes capaces de atacar «Long Tall Sally» o «Fire» con una furia sin mugre; remezclar Lux Interior con Little Richard sin despeinarse el tupe, o sumergirnos en un océano Hendrixiano después de cabalgar olas sonoras de puro twang arenoso, configuran un happening esencial por estas tierras.
Urge grabación inmediata de larga duración, o, como mínimo, captura en vivo. Y urge también que organizadores y representantes se percaten para carteles o festivales de género. O no. Y eso es uno de los puntos fuertes de esta formación; su versatilidad y descaro… Y su rompedora puesta en escena. ¡Mucho mojo!
