El 12 de marzo, Culturamanía asiste a la representación de la obra Anónimas, a La casa de la cultura de Los Realejos. La pieza teatral se ha representado ya en varios lugares con éxito, desde el teatro Leal en la Laguna hasta Buenavista, pasando por Candelaria, etc. Era el momento perfecto, dado que el lunes 8 de marzo había inaugurado la semana, en cualquier caso, la obra no necesita fundamentación en sí. Es necesaria, vital y trascendental por sí misma. Bajo los acordes de Mon Cabrera nos sumergimos en un drama musical, cuyo concepto se sustenta en tres mujeres, en diferentes situaciones. El dolor, el sufrimiento y la pasión en todas sus acepciones, empapa la interpretación de Carmen Hernández, que se entrega casi hasta el impudor en su performance, en perfecta sincronización con Marta Solís, trovadora, conciencia y voz interior. O quizá solo álter ego melódico, plasmando en sus tonadas, sensaciones que epatan al espectador. Sorprende la sinergia que se produce entre ambas artistas, pues el mensaje llega sin ruido. En una hora reímos y lloramos, pero lo que queda es la reflexión lacerante de lo que hemos visto. Se nota el trabajo arduo que ha habido detrás. La puesta en escena es minimalista pero descarnada. Y el resultado es a todas luces certero. Reivindicativa y crítica, urge acudir al teatro más cercano donde se vuelva a programar. Sin spoilers. Y, repetimos, tan urgente como necesaria.