El viernes 21, un abarrotado Cine Víctor se dispone a disfrutar del primer largo de Juan Galiñanes, un sólido thriller con diversos altibajos, que flojea hacia su desenlace…. el destino también juega, y ese elemento, quizá, fundamenta todo el film, pero vayamos por partes…
Hacía años que no veía yo tal congregación multitudinaria en las afueras del mejor cine de la isla. A las siete se abren las puertas y la sala (incluido el palco) está a reventar. La expectación (y la invitación) juegan a favor. Se suben el director, y el protagonista de la cinta; Alex García, héroe local y principal motivo del llenazo, que con su simpatía y agradecimiento se gana al público desde el minuto uno. Presentan la película junto al señor Alcalde…y durante hora y media no se oye un alma.
Ambientada en Galicia, hay que reconocer un ritmo impecable y unas interpretaciones entregadas… De Luis Tosar era de esperar. Pero sorprende el esfuerzo y la credibilidad de García, en un rol atípico hasta ahora en su trayectoria…de cómo las casualidades o causalidades hacen confluir la vida de un ludópata y un francotirador de los GEOS…. inicialmente, parece el típico actioner estatal, derivado por cauces más interesantes, una vez desvelado el planteamiento… Esto es; el intercambio de favores en un asunto de vida o muerte (literalmente) con aroma Hitchcockiano, que bebe tanto de Extraños en un tren (1951), cómo de la olvidada Medidas desesperadas (1996) de Barbet Schroeder. El dilema moral es sumamente interesante, pero está resuelto en un clímax tan amable como previsible. La cinta sabe que teclas tocar…y no va más allá de lo apuntado. Tampoco está muy aprovechado el rol de Elena Anaya…pero se agradece el giro genérico (que no dispersión tonal) a mitad de la película, y la tensión persistente. En ese aspecto, la propuesta cumple su función, pero no apura del todo sus posibilidades. Eso sí, se ve en un suspiro, sin dilatar trama y/o metraje más de lo necesario, lamentable mal que asola el cine de nuestros días. Digno y correcto. Sin más… que se saldó con una estruendosa ovación…era de esperar. Recomendable, pero algo insuficiente.