sábado, diciembre 21, 2024

Robe Iniesta desata su espíritu rockero en dos noches inolvidables junto a más de 10.000 personas en Canarias

Con su característico estilo y una forma única de conectar con el público, Robe volvió a recordar a sus seguidores que su música es mucho más que canciones; es una experiencia de vida

Las Islas vivieron este fin de semana dos noches inolvidables con Robe Iniesta, el legendario exlíder de Extremoduro, en su gira Ni santos ni inocentes. De la mano de la productora New Event, más de 10.000 personas disfrutaron en Canarias de este concierto. El viernes 1 de noviembre, Robe presentó su esperado show en la plaza de la Música, en Gran Canaria, mientras que el sábado 2 de noviembre, el parking del Palmetum de Santa Cruz de Tenerife se convirtió en el epicentro de una noche mágica para el recuerdo. Con su característico estilo y una forma única de conectar con el público, Robe volvió a recordar a sus seguidores que su música es mucho más que canciones; es una experiencia de vida.

Con los primeros acordes de Destrozares, se creó un ambiente profundo, casi como si Robe estuviera compartiendo secretos al oído de cada asistente. Su voz, desgarrada y llena de autenticidad, se adentró en los miles de seguidores que lo escuchaban, guiándolos en un viaje emocional que alternaba entre la introspección y la euforia. Temas como Nana cruel se entrelazaron con éxitos como los diferentes movimientos de Mayéutica, mientras el público coreaba cada palabra, logrando una conexión palpable con el artista.

Uno de los momentos cumbre fue cuando Robe interpretó Si te vas. La ovación fue tan arrolladora que, por un instante, el espacio resonó con la energía del momento. La banda que acompaña a Robe, compuesta por músicos que combinan técnica y sentimiento, supo dar vida a cada nota con una precisión magistral. En especial, los solos de guitarra y violín, en un perfecto equilibrio, aportaron una atmósfera casi mágica que abrazaba cada rincón del recinto.

Entre canción y canción, Robe se dirigió al público con su estilo directo y desenfadado, agradeciendo la calidez de la gente. Sus palabras recordaron la importancia de la música como refugio en tiempos difíciles y como un canal de resistencia y expresión. El público, entregado y agradecido, respondió con aplausos y cánticos, uniendo a todos en un instante de complicidad.

Para cerrar la noche, Robe escogió Ama, ama, ama y ensancha el alma, uno de sus temas más queridos, que dejó a todos en una mezcla de euforia y nostalgia. El público se unió en un canto colectivo, despidiendo al artista entre aplausos y ovaciones interminables.

​​Robe dejó claro que su música sigue siendo un viaje emocional y auténtico, donde cada acorde y cada palabra conectan con el alma de sus seguidores. Las noches en Tenerife y Gran Canaria fueron mucho más que un concierto; fueron un reencuentro con el rock en su esencia más pura, un momento para sentir y recordar por qué su legado sigue tan vivo.

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