La capital tinerfeña se convierte durante unos días en el centro de un completo programa sobre el mundo de las viñetas en casi todas sus infinitas variantes
Santa Cruz de Tenerife acoge desde el pasado jueves hasta el día 29, la XX edición del Salón del Cómic, una de las citas más importantes para los amantes de las viñetas en las Islas. En esta convocatoria los actos se repartirán por ocho enclaves en cada uno de los cuales se ofrece un tipo determinado estilo, con lo cual supone un encuentro abierto para el público más amplio posible en un mundo en el que impera la variedad y los gustos personales casi hasta el infinito. En el cartel de Ibrahim Castillo, Saifrott Art y Sergio Carrés se puede observar a Batman subido en la cabeza del monumento a la Fecundidad del Parque García Sanabria, uno de los símbolos de la capital.
Los Lavaderos es el espacio dedicado de forma monográfica al manga, un estilo nacido en Japón que ha conquistado a medio mundo a través de un estilo característico de superhéroes con peinados imposibles, colores llamativos, ropas muy características y por supuesto cada uno con sus respectivos superpoderes. Los amantes del manga son legión, incluso en Tenerife, donde a los aficionados también les gusta vestirse con los trajes de cada uno de sus ídolos favoritos.
Uno de los visitantes ilustres de la primera jornada fue Manuel Darias, un referente del mundo del cómic en Tenerife donde ha mantenido una página semanal durante cincuenta años y por ello, en breve el Ayuntamiento le concederá la Medalla de Oro de la ciudad. No es un aficionado del manga y poca veces lo ha abordado en su sección pero le gustó como estaba organizada la exposición, a la que acudió de forma espontánea. Darias escuchó con atención las explicaciones que le ofrecía Francisco Pomares, presidente de la Fundación Canaria Cine + Cómics, organizadora del Salón, a quien no le atrae especialmente este estilo. “Lo respeto porque es lo más leído del mundo del cómic pero poco más”, señala a lo que Darias asiente y coincide.
Una parte está dedicada a la saga Dragón Ball que inició la fiebre por el manga, España incluida, gracias a la labor de algunos dibujantes que venían de otros referentes como Marika Vila, vinculada con las viñetas feministas, cuando trabajó en la editorial Planeta. El auge ha sido tal que a estas alturas los cálculos apuntan que siete de cada diez niños españoles han leído cómics de estilo manga.
Una parte importante de esta especie de religión son las minúsculas figuras de plástico que aparecen en distintas estanterías, pero también es posible ver el proceso del dibujo y animación desde los primeros bocetos hasta el resultado final. El objetivo es que el espectador se pueda hacer una idea de cómo se elaboran estas viñetas, incluido el coloreado, muy vistoso y que supone la última fase de un trabajo perfectamente elaborado como corresponde al detallismo oriental.
Guste o no guste el manga, lo que queda claro es que los dibujantes japoneses son muy imaginativos y además la influencia de la saga Disney en los orígenes salta a la vista. Entre las reliquias está el rollo de una película original de hace tres décadas, los funkos y personajes con sus múltiples reencarnaciones, que reflejan la rica y milenaria mitología y cultura oriental. El domingo se procederá a exhibir un film de esta corriente.
Darias se muestra sorprendido por la capacidad de abarcar las paredes de Los Lavaderos, lo que ha conseguido poco o ninguna exposición anterior y otro tanto con las series de viñetas que muestran secuencias de movimientos. El experto señala que en alguna ocasión puntual ha dedicado su página dominical al manga pero en realidad se ha especializado en la historia clásica española, europea o americana.
También existe el manga español, cubano y el insular que ocupa su correspondiente espacio en Los Lavaderos, comisariado por Carlota Pomares. Mientras que la totalidad de la exposición está a cargo del director de la Fundación Canaria de Cine + Cómics, Lucas Morales. El artista tinerfeño conocido como VoidZero utilizó esta sala para presentar el jueves su libro de sketches y bocetos y otro tanto hizo la valenciana, Ana Oncina quien ofreció una charla en plena promoción de su nuevo cómic titulado Planeta.
Cintia Mora González se encuentra en Los Lavaderos como visitante y a la vez ilustradora gráfica y le parece muy bien la cita porque es “diferente” a lo habitual y valora que se apoye a este tipo de cultura. Su estilo lo define como “muy personal a la hora de abordar cualquier temática”, aunque ahora sus obligaciones como madre han dejado un poco de lado la ilustración.
Otro de los núcleos centrales del Salón es La Recova Vieja, donde habitualmente se han celebrado las anteriores convocatorias. El programa incluye juegos de rol y también firmas y presentaciones de libros, por parte de Sergio Carrés, Ibrahim Castillo, Raquel Gu, Isacomics, Ana Ocina, Sara Ruiz y Talamalentina.
El TEA acoge por primera vez una actividad del Salón de manera que puede disfrutarse de una llamativa exposición de la dibujante austriaca, Michaela Konrad en la que es posible ver los cuadros en tres dimensiones a través del móvil por medio de una aplicación. Su estilo es futurista y aborda aspectos metafísicos o científicos, basado en los años cincuenta, con lo cual la mezcla resulta sorprendente, tanto por el fondo como por la forma, y así es posible ofrecer su particular visión del futuro y del avance de la tecnología. Konrad también ha impartido estos días talleres para enseñar a los más jóvenes algunos de los misterios del dibujo.
En el Teatro Guimerá se programó la entrega de los premios del Salón y ese mismo día y en idéntico recinto pero por la mañana se organizó el concurso de Coldplay y el domingo se exhibe una película sobre la saga Dragon Ball. El Teatro Guimerá también acogió el viernes por la noche una cita con el fenómeno coreano del K-Pop, denominada La Gala Corazón de Oro, un concurso que premiará a los mejores bailarines de esta disciplina oriental.
Otro espacio que ocupa el Salón del Cómic es la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Laguna (ULL) que acoge dos muestras de las cinco que hasta ahora podían disfrutarse en el Parque García Sanabria. En concreto, se trata de Planeta Bé, un cómic que surgió en las redes, de Talamaletina y Panorama del cómic latinoamericano de Sara Ruiz. Mujeres Canarias de Patricia Morales se ubica en el hall de la Facultad y rinde un homenaje a una veintena de ilustres mujeres de las Islas, y supone la primera vez que se puede ver de forma física, dado que hasta ahora sólo era posible hacerlo de manera virtual.
En el García Sanabria desde el jueves se ha montado una exposición sobre el arte de Carlos Puerta, comisariada por él mismo y que lleva por título Barón Rojo: el arte de Carlos Puerta. Hay otra de Carlos Esquembre sobre la memoria histórica comisariada por Eduardo Serradilla y Patricio Ducha y luego hay una más que lleva el título Fernando Dagnino: lágrimas de un futuro distópico.
El viernes tuvo lugar la jornada central en La Recova, donde se puede observar una exposición dedicada al recientemente fallecido, Francisco Ibáñez, comisariada por el presidente de la Fundación, otra a Walt Disney, centrada en los principales 20 villanos de esta marca que van desde la malvada bruja de Blancanieves hasta el capitán Garfio elegidos por Jorge Fonte. Este especialista indica que normalmente la maldad de los personajes es acorde con el tratamiento familiar de las películas donde el bueno tiene un antagonista cruel que en caso de morir, lo que no ocurre siempre, la mayoría de las veces lo hace cayendo desde las alturas.
Uno de los dibujantes invitados que dio una charla fue Carlos Forte quien situó sus inicios en plena movida madrileña en la década de los años ochenta del siglo pasado, momento en el que hubo una cierta facilidad de entrar en el círculo de creadores gracias a la explosión cultural de aquellos tiempos. Las exposiciones las organizaba Díaz García que luego formó parte la agencia Efe, a quien agradece que le permitiera, según dijo en tono irónico, “cometer este error” de ser autor. Pero poco después vino la debacle, la industria española se desmoronó por lo que intentó entrar en el mercado norteamericano donde lo que predominan son los dibujantes de superhéroes, una alternativa que nunca ha sido de su gusto. A partir de aquí ha desarrollado su propio estilo.
Las charlas fueron ofrecidas ante más de medio centenar de alumnos del IES Los Cristianos en la rama de Bellas Artes. Una de las estudiantes, Yazmín Jorge Sosa calificó de “muy interesante” la iniciativa, la conferencia y las exposiciones especialmente porque se confiesa una apasionada de los cómics. De las muestras las que más le gustaron fueron las ilustraciones de Mortadelo y Filemón y otro tanto ocurrió con los villanos de Disney. Sobre la conferencia de Forte le llamó la atención el repaso que hizo a su carrera y todos los lugares en los que ha estado, por lo que confíesa que no descarta dedicarse al dibujo en el futuro. Aunque lo ve a largo plazo y siendo consciente de que debe hacer frente a muchas dificultades pero al menos por ahora está dando sus primeros pasos.
También intervino como invitado el autor Iñigo Franco Benito, afincado desde hace años en Lanzarote que lleva el seudónimo Ifabre quien destaca por dar un enfoque radicalmente humano a sus historias. Por ejemplo, relató una tragedia que sufrió su hermano, también autor, y cómo “una sociedad enormemente machista” le exigía ser fuerte cuando le resultaba imposible. “En algunas circunstancias el hombre tiene que ser el macho alfa que tire del carro y en aquel momento mi hermano me decía que más bien tenían que tirar de él”. El programa del Salón incluye también la entrega de premios en el Teatro Guimerá la presentación del cómic Backhome de Toni Caballero y Sergio Hernández, dinamización infantil en el exterior de La Recova y una sesión sobre Dragon Ball.
Otros espacios más son el Museo de Bellas Artes, con Magius y Paco Roca y el Círculo de Amistad, Tomás Felipe y en La Laguna, sigue abierta la exposición sobre el cómic Kronikas que reúne las obras de una veintena de autores de Canarias, Europa y Cuba. La inspiración única es el patrimonio lagunero.
Fotografías de Jesús Hernández
