Esta semana Culturamanía y El Libro en Blanco recomendamos: «Tonto, muerto, bastardo e invisible», de Juan José Millás, una novela llena de humor, ironía, imaginación y personajes sorprendentes, a los que Millás nos tiene acostumbrados.
«La realidad debe ser otra cosa, a lo mejor otra cosa peor, más mala, algo atroz, en fin, como la respiración un poco agónica del hombre invisible que también soy yo».
Un alto ejecutivo se queda en paro y decide rehacer su vida al margen de todo lo que le rodea, contando con su imaginación como única aliada. A partir de ahí, y desde el mayor de los sarcasmos, vivirá como una aventura fantástica cualquier hecho cotidiano. El protagonista crea un mundo propio, unas veces siendo él mismo, otras haciéndose pasar por otro. Otro que actúa con la insolencia y el respaldo de la locura más cuerda.
Un apasionante juego de encuentros y desencuentros con el amor, la soledad, el sexo, la amistad…, con la vida y la muerte, en definitiva. Mucho más que una novela, Tonto, muerto, bastardo e invisible es también una crítica a nuestra sociedad, hilvanada con un lenguaje lúcido y brillante.
Compartimos un pequeño fragmento de la novela:
Al día siguiente no fui al funeral de mis padres. En lugar de eso, me coloqué el bigote y di vueltas por las calles cercanas a la iglesia tocándome con la punta de la lengua la irregularidad de los dientes heredada de mi madre. Mi pensamiento cósmico me indicaba que la coincidencia entre el funeral y el despido tenía un significado al que debía dar una respuesta que no tardó en llegar: abriría una cuenta con el dinero de la indemnización y alquilaría un apartamento para pasar en él las horas que antes pasaba en la oficina.
Conseguí un apartamento amueblado en el mismo edificio del sex-shop en el que trabajaba al mujer oriental y metí el dinero de la indemnización en un banco que había en la acera de enfrente. A mi mujer le dije que habían cambiado todos los teléfonos de la oficina, porque habían automatizado la centralita, y le di el del apartamento. Por las mañanas, salía a la hora de siempre, me ponía el bigote al doblar la esquina de mi casa y ya no me lo quitaba hasta que regresaba a media tarde. Del mismo modo que antes iba andando hasta la oficina, porque estaba cerca, ahora paseaba hasta el apartamento. Normalmente, me acostaba nada más llegar y dormía hasta la mitad de la mañana, disfrutando con aquellos sueños extemporáneos que parecían ir construyendo poco a poco un mensaje.
Juan José Millás nació en Valencia en 1946, es escritor y periodista. En su obra, traducida a más de veinte idiomas y ganadora de algunos de los más importantes galardones literarios, destacan las novelas: «Cerbero son las sombras», «Visión del ahogado», «El jardín vacío», «Tonto,
muerto, bastardo e invisible», «La soledad era esto», «Dos mujeres en Praga», «Lo que se de los hombrecillos», «Laura y Julio», «Desde la sombra», «Que nadie duerma» y «La vida a ratos». Es colaborador habitual del diarios El País y del programa A vivir de la Cadena Ser.
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