La escritora canaria Yaiza Méndez conversa con Culturamanía sobre su particular forma de vivir —y hacer vivir— el terror. Autora de novelas como La mansión Summerwind y La madrina, se define como una narradora guiada por la intuición y la experiencia extrema. En esta entrevista, nos habla de su proceso de documentación, su decisión de autopublicarse, las adaptaciones cinematográficas de sus obras y su innovador proyecto Sensitive Horror Experience, que transforma el miedo en una vivencia sensorial.
Tus novelas, como La mansión Summerwind y La madrina, están inspiradas en hechos reales. ¿Cómo abordas el proceso de documentación para transformar sucesos verídicos en relatos que estremecen a los lectores?
Con la Mansión Summerwind por ejemplo estuve tres años documentándome. Tuve la suerte de contactar con las personas adecuadas que me ayudaron en todo el proceso. Joshua Carrie por ejemplo facilito los planos originales de la mansión y me puso en contacto con el Padre Sherman que estuvo en esa casa intentando ayudar a la familia que vivía “ amenazada” por un demonio. Sinceramente documentarme en Summerwind o en La madrina donde tuve la suerte de que está historia es contada por la hermana de ‘ella’ han sido de las mejores experiencias como escritora del género.
Te defines como una «escritora de brújula», guiada por la intuición más que por una planificación detallada. ¿Podrías compartir cómo esta metodología influye en el desarrollo de tus personajes y tramas?
Me encanta sentarme frente al ordenador y dejar que las voces de mis personajes me hablen y decidan qué hacer. Conecto más con mis personajes porque les doy la libertad de decidir si quieren vivir o morir. Siento su dolor, si angustia, sus miedos…y lo disfruto. También es cierto que para lograr despertar el miedo de la manera en que lo hago, me gusta vivir situaciones en primera persona donde pongo al limite mi mente y mi cuerpo para ‘ sentir ‘. Por ejemplo me encanta visitar lugares abandonados a las tres de la mañana. Ir sola, sentarme y cerrar los ojos y simplemente escuchar. He podido estar media hora dentro de un ataúd o en el cuarto de aislamiento de un psiquiátrico con una camisa de fuerza….todo para poner al límite mi mente y ‘ sentir’ como siente uno de mis personajes. De esa manera mis lectores han conectado con mis personajes y han sufrido como ellos
Has optado por la autopublicación, rechazando ofertas de grandes editoriales. ¿Qué te motivó a tomar esta decisión y cómo ha impactado en tu carrera literaria?
Me motivó el hecho de que con una editorial me sentida atada de manos y pies. Siendo autopublicada me ha dado la libertad de hacer y deshacer. Desde que me autopubliqué mis ventas subieron y mi reconocimiento como escritora traspasó fronteras. He logrado despertar el miedo en mas de tres millones de lectores. Sin duda la mejor decisión que pude tomar.
Tus obras están siendo adaptadas al cine, incluyendo relatos como Fresa y nata, Terapia y ¿Verdad o reto?. ¿Qué desafíos y satisfacciones has encontrado al ver tus historias cobrar vida en la pantalla?
El sueño de cualquier escritor es poder ver a sus personajes cobrar vida. Ponerle voz y rostro. Disfruto mucho viendo a un actor gritar de auténtico miedo dándole de esa manera ‘ vida’ a uno de mis personajes.
Has creado el concepto de Sensitive Horror Experience, una propuesta inmersiva que permite a los participantes experimentar el terror de manera sensorial. ¿Qué te inspiró a desarrollar esta iniciativa y cómo ha sido recibida por el público?
Escribir historias de miedo me encanta y que sean llevadas a la pantalla y el público pueda disfrutarlas me emociona pero, necesitaba algo más. Y nació la idea de Sensitive Horror Experience donde las asistentes sienten en su propia piel el miedo, la angustia, y el terror. Los asistentes cierran los ojos y no se pueden mover, solo escuchan y sienten…hay una norma no abrir los ojos pase lo que pasé hasta que te dejen salir…
La gente disfruta muchísimo. Los oyes gritar, los ves sufrir y lo paso genial. Hay personas que han tenido que abrir los ojos en medio del evento porque sufrieron ansiedad pero aun así terminan diciendo que ha sido la mejor experiencia de terror de sus vidas, mejor que ir a ver una película suelen decir.
En eventos como la Feria del Libro de Las Palmas, sorprendiste a los asistentes con experiencias inmersivas que combinan narrativa y performance. ¿Cómo concibes estas actividades y qué papel juegan en tu conexión con los lectores?
Adoro que mis lectores sufran y sientan miedo leyéndome pero también disfruto haciendo este tipo de actividades que también llevo a los centros escolares donde los meto dentro de uno de mis libros para que se pongan en la piel de mis personajes y sientan. Es importante sentir, imaginar y crear.
Tu influencia se extiende más allá de las Islas Canarias, llegando a lectores en Estados Unidos y Latinoamérica. ¿Cómo ha sido tu experiencia al interactuar con audiencias internacionales y qué diferencias has notado en la recepción de tus obras?
Ha sido todo un sueño llegar tan lejos y tener ese reconocimiento fuera de canarias. Estar en ferias del libro en sitios como México, Colombia, Los Ángeles, Argentina , Houston o Perú por ejemplo o participar activamente en charlas y conferencias a lo largo de todo el año fuera de las islas y poder hablar de mis libros, del terror literario y cinematográfico sigue siendo de lo mejor que he vivido. Es cierto que tengo muchísima más visibilidad fuera de las islas y en el fondo me da pena porque no se me reconoce en las islas con esa misma pasión que los millones de lectores que tengo fuera.
Con múltiples proyectos en marcha, tanto literarios como cinematográficos, ¿qué nuevos horizontes te gustaría explorar en el futuro cercano dentro del género del terror?
Seguiré creando formas nuevas para que mis lectores y los amantes del terror sigan viviendo de una manera diferente el género. Así que, ¿quién sabe hasta dónde puede llegar mi mente macabra? Lo que si tengo claro es que siempre desearé a mis lectores lo mismo; que las pesadillas les acompañen….
Fotografía en portada cedida por la Yaiza para la entrevista.
