Asunto: Ariel Rot
Elegancia sonora y profesionalidad arrolladora en un concierto intimista. La noche del 17 de marzo en el teatro Leal vivimos una velada inolvidable con una de las leyendas rockeras de la historia de este país.
El argentino se presentó en formato electroacústica, acompañado solamente por el pianista ( y paisano) Federico Lerner.
La «manada» aunque ansiosa y entregada, se mostró tímida, pese a la trilogía que se marcó el guitarrista nada más empezar. Esto es, «Lo siento Frank», «Baile de Ilusiones» y «Confesiones de un comedor de pizza”, alternando la de palo con la Les Paul. La compenetración con Lerner es prodigiosa, adaptando los hits por blues, folk o chacareras.
Músicos intachables y empáticos, el público acepta el molde y se atreven incluso con Gardel «Rubias en Nueva York», » Esas manos expertas» saben de lo que hablan, y «Dos de corazones» conecta de lleno. Recuerdos a Morís («Bruma en la Castellana») en un show donde Rot alterna rarezas olvidadas, («Debajo del puente”, entre Prince y Johnny Cash), temas nuevos, y clásicos Rodríguez (recta final). Ariel viste las canciones con exquisitez, y por tango, nos fuimos “Mucho Mejor».
Llegan los bises, y el maestro consigue «atraparnos otra vez», deliciosa versión que ejecutan con precisión y emotividad. Ni rastro de Tequila… ni falta que hace. Sus concesiones al «cancionero popular» se fundamentan en su banda hispano-argentina de los 90, y en sus primeros discos en solitario. Turno pues para «Milonga del marinero y el capitán» y punto final del recital. Ariel se siente porteño y a gusto en la isla. Y cómodo con este línea up. Nosotros también. Un grande.