lunes, noviembre 25, 2024

Adrián Gómez opina sobre la película «Thor: Love and Thunder»


Tomadura de pelo nivel Dios ( del trueno)?. Algo. Taika Waititi (Lo que hacemos en la sombras) vuelve por sus fueros tras defecarse en la etapa de Walter Simonson (de las mejores del personaje en las viñetas) en la insufrible Ragnarok. Ésta vez va a por Jason Aaron, artífice de la saga del título (todo un canto dramático donde exprime como nadie al personaje de Jane Foster) y la del Carnicero de dioses, protagonista además, del prólogo del film, sin duda lo mejor del mismo, al igual que el actor que lo encarna; el soberbio Christian Bale.

Del resto del reparto, poco que destacar; Chris Hemsworth, más insoportable que nunca, Tessa » Creed» Thompson, Valkiria de color y nuevo patadon al cómic, que repite con el Rubiales tras la anterior y hundir la saga MIB en un desafortunado reboot, y el retorno de la gran Natalie Portman, heroína galáctica milennial, y protagonista de una de las mejores adaptaciones de cómic de la historia; V de Vendetta, y de una joya infravalorada de la scifi reciente junto con Thompson; Aniquilación..de los Guardianes de la galaxia y su aportación a la trama, hablamos otro día…o no

Así pues, las desventuras del vikingo espacial tras el rescate de unos niños de Nueva Asgard , secuestrados por Gorr, cual parábola del cuento del coco, con humor zafio, infantil, estúpido e irritante, que llega al no va más con la aparición de un Russell Crowe ya totalmente desfasado (a todos los niveles) cómo Zeus, dejando la entrada de su vástago olímpico para la escena entre-creditos, todavía más frustrante que la de Starfox en Eternals

Tras cabecear un par de veces, hay un giro de timón con la inclusión de un pasaje en blanco y negro cósmico, entre Sin City y 300 ( CGI obliga) donde se atisban, incluso, elementos terroríficos, entre tanta cabra y chiste malo, para volver al tedio formulario y humor subnormal, marca de la casa, que también lastraba (aunque en menor medida) El multiverso de la locura.


Es precisamente en esa dispersión de tono (mismo problema que en Eternals) la que lastra un film con ciertos puntos de interés…la tragedia personal del Carnicero, el amor no correspondido, la enfermedad terminal, y una apología de la paternidad, que a veces hasta conmueve…para volver al desmoronamiento con las pautas comercialoides de la casa del ratón.


Guiños varios a los fans de los cómics ( atención a Eternidad, con una fidelidad estética sorprendente), al rock de los 80 (Apetite for destruction, de GNR, casi single por single), y cameos varios (otra vez Damon, Neil y el hermanisimo) no salvan el experimento..y el tono oscuro ocasional se disipa like a Rainbow in The Dark (Dio suena en los créditos). Épico final, que cambia Inmigrant Song por la coda de November Rain, y cierre imbécil costumbrista.. ligeramente superior a la anterior, eso seguro, pero como dice Zeus… no mola.

Imagen promocional de la película

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