domingo, noviembre 24, 2024

Filmin estrena «Living», nominada a dos Oscars, el 7 de abril

El Premio Nobel Kazuo Ishiguro adapta «Vivir», de Akira Kurosawa, en este drama británico protagonizado por Bill Nighy.

★ ★ ★ ★ ★ «El tono perfecto. Absolutamente magnífica.»  —   Rolling Stone

Filmin estrena el próximo 7 de abril «Living» de Oliver Hermanus («Moffie»), remake de la obra maestra de Akira Kurosawa, «Ikiru (Vivir)» (1952). La película recibió dos nominaciones a los Premios Oscar por Mejor Guion Adaptado, a cargo del Nobel Kazuo Ishiguro («Los restos del día»), y por Mejor Actor para Bill Nighy, quien protagoniza la cinta. El film llega a la plataforma tras su estreno nacional en el Festival de San Sebastián y su paso por cines el pasado mes de enero.

Ambientada en el Londres de los años 50, «Living» sigue a Williams (Bill Nighy), un veterano funcionario que vive enterrado bajo el papeleo de la oficina mientras en el mundo exterior la ciudad se reconstruye tras la II Guerra Mundial. Al recibir un demoledor diagnóstico médico, vacía su cuenta de ahorros y se dirige a la costa. Se promete hacer de sus últimos días un tiempo significativo, pero se percata de que no sabe cómo hacerlo. Después de que un misterioso desconocido lo lleve a la ciudad, Williams se siente intrigado por una joven compañera de trabajo que parece poseer la vitalidad que él había perdido. Con la ayuda de su optimista colega, Williams pone todo su empeño en hacer feliz, de un modo sorprendente, a su entorno. 

Fue el mismo Ishiguro quien puso la primera piedra de esta película: «Cuando era joven programaban «Vivir» en las salas de arte y ensayo. Crecí con el cine de Kurosawa, cuyos mensajes influyeron mucho en lo que decidí hacer con mi vida. Aprendí que, aunque seas una persona corriente, puedes contribuir a la mejora de la humanidad. No necesitas llenar estadios para tener una vida significativa». Hace unos años, el Nobel llamó a su amigo productor, Stephen Woolley («Carol»), y le propuso revisar el clásico japonés para darlo a conocer a las nuevas generaciones. Pluma en mano, Ishiguro se embarcó en la escritura de guion con gran modestia: «Wolley insistió en que yo escribiera el guion y solo acepté bajo la condición de que, si no funcionaba, tendríamos que buscar a otro guionista». Y funcionó. La firma de Ishiguro mantiene la impecabilidad y estructura de Kurosawa sin prescindir de la esencia que envuelve la trama, consiguiendo convertir la película en una invitación a reflexionar sobre la condición humana y el desconcierto ante la muerte.

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