Este trabajo, que visibiliza espacios donde tuvo lugar una posible trama de desapariciones infantiles, forma parte de Fotonoviembre
Ana Teresa Ortega, Premio Nacional de Fotografía en 2020, exhibe en TEA Tenerife Espacio de las Artes en el marco de Fotonoviembre 2023 la serie Con adivinaciones del amor, construía tu rostro. Arquitecturas cómplices 1939-1999. Con este trabajo, que forma parte de la sección Artistas en Selección de la bienal y que puede verse en este espacio de manera gratuita hasta el 10 de marzo, la artista quiere contribuir a la visibilización de los espacios donde tuvo lugar una posible trama de desapariciones infantiles, que se dio en dos fases: la primera desde los años 40 a los 60, fruto de la represión política del franquismo. Y la segunda etapa abarca desde los años 60 a los 90 y en la que el móvil fue económico, pero también político, actuaron sabiéndose impunes desde sus cargos de responsabilidad.
La creadora detalla que la primera fase, que tuvo lugar desde 1939 a los sesenta, fruto de la represión política del franquismo. “La creación de El Gabinete de Investigaciones Psicológicas por Antonio Vallejo Nájera le permitió probar, bajo apariencia científica, la inferioridad mental del disidente y su tendencia a la criminalidad. Sus investigaciones fueron llevadas a cabo con presos de las Brigadas Internacionales y con mujeres encarceladas en Málaga y tuvo como consecuencia la segregación de los hijos de sus madres para reeducarlos en el nacionalcatolicismo, hijos que nunca fueron devueltos a sus familiares de origen, iniciándose así un capítulo de deportaciones y separaciones de niños de una gran magnitud”, explica y subraya que “estos graves acontecimientos, considerados como desapariciones legales, todavía no han sido investigados. Se calcula que, hasta 1954, la cifra es de unos 30.960 niños desaparecidos, según consta en el Auto del juez Garzón”.
La segunda etapa que, abarca desde los sesenta a los noventa, “en la que el móvil fue económico, pero también político, porque médicos, monjas, curas, abogados y notarios actuaron sabiéndose impunes desde sus cargos de responsabilidad”. Muchos de los implicados -recuerda la fotógrafa- “estaban vinculados con la primera etapa del robo de bebés, dando de esta manera continuidad a la misma. Las apropiaciones se hacían en el momento del parto y los adoptantes pagaron hasta 200.000 pesetas de la época. Hoy se habla de más de 300.000 personas afectadas. La trama de clínicas y hospitales se extendía por todo el país: Vizcaya, Guipúzcoa, Zaragoza, Madrid, Barcelona, Tarragona, Valencia, Alicante, Sevilla, Cádiz, Tenerife, etc. Las víctimas nos han ido dejando sus testimonios y denuncias”. “La desaparición forzada de personas es un crimen de lesa humanidad, y debe ser asumida por el Estado como un deber jurídico. Este deber está aún pendiente de ser resuelto”, sentencia Ana Teresa Ortega.
Ana Teresa Ortega (Alicante, 1952) es profesora titular en la Facultad de Bellas Artes de Valencia y codirectora del Máster de Fotografía de la UPV. Su trabajo se ha situado en los límites de las categorías artísticas, siendo la fotografía el elemento común. En su obra inscribe la imagen fotográfica en volúmenes y otras, ocupa el espacio a modo de instalación, utilizando con frecuencia el formato video. En ellas reflexiona sobre los medios de comunicación y su efecto en una sociedad que ha olvidado cómo se piensa históricamente. La disolución de la memoria de la historia y el tema del exilio como evocación alegórica de diversas formas de olvido y exclusión van a ser temas tratados de manera reiterada.
Ortega es, junto a Marcelo Brodsky, Pedro Torres, Florencia Rojas y Eli Cortiñas, una de las Artistas en Selección de Fotonoviembre 2023, programa abierto a la participación de creadores que utilizan la fotografía, la videocreación, o la instalación de fotografía y/o videocreación como medio de expresión. Fotonoviembre -que este año se presenta bajo la dirección y curaduría de Violeta Janeiro Alfageme y que se prolongará en parte hasta marzo de 2024- tiene como misión principal posibilitar y difundir una amplia reflexión en torno a la imagen como medio de expresión, comunicación y participación cultural. Fundamentado, en un principio, en el estudio, la discusión y la difusión de la fotografía, ha ido incorporando otras manifestaciones fundamentales para comprender nuestra cultura como una cultura visual.