Entrevistar al artista madrileño Andrés Rábago coincidiendo con el Día Oficial del Cómic resulta una ironía de esas que el autor ha convertido en su seña de identidad. Porque este dibujante de 77 años mantiene una educada y prudente distancia del mundo de las viñetas, los creadores actuales y ritos como la oficialización de esta jornada. Probablemente sea así porque está más cerca de ser un pintor que un ilustrador, un agitador más que un humorista. Ante nuestros ojos El Roto se ha convertido en una inquietante criatura que cada día sacude sin compasión el árbol de la conciencia para sacarnos los colores. Y hacerlo además por el inusual método de recurrir más a las imágenes que a las palabras.
A lo largo del tiempo Rábago ha ido adoptando diversos avatares como OPS y ahora El Roto movido por una especie de simultáneo mecanismo interior y exterior, una evolución en su estilo activado por las circunstancias políticas y sociales que ha atravesado. Pero el fin siempre ha sido el mismo: despertarnos de nuestra cómoda indiferencia hacia demasiados conflictos de dudosa solución sabiendo que luego volveremos a sumirnos en el habitual letargo que, al menos, le servirá como inspiración para la viñeta-puñetazo del día siguiente.
-En su carrera parece claro el gusto por los seudónimos. Usted explica el paso de OPS a El Roto y a Rábago como primavera, verano y otoño con un “improbable invierno”. ¿Los cambios tuvieron que ver con cuestiones políticas o sociales, con una evolución interna o ambos?
-Fue un proceso natural, según se iba debilitando un lenguaje y agotando un territorio, iba apareciendo otro, sin que existiese una voluntad específica por mi parte, me limité a seguir el paso de las estaciones.
-¿Cómo explicaría la evolución en su técnica pictórica?
-La pintura es un lenguaje muy complejo, su dificultad no es solo técnica sino primordialmente mental. Requiere una visión múltiple para equilibrar los distintos elementos que constituyen un cuadro.
-¿Cómo se inspira? En su última obra dice que las ideas se forman en su mente como nubes de tormentas a partir de un núcleo central y luego se van desarrollando hasta que comienza el aguacero o que hay imágenes tan fulgurantes que cuando llegan al papel ya son ceniza. Parece la visión de un místico.
-La pintura tal y como la entiendo es un lenguaje espiritual a la vez que físico y orgánico. En su forma más básica es sencillamente un vehículo para la luz en todas sus acepciones.
-¿Por lo que ha podido ver cree que las drogas ayudan en la creación o por el contrario se convierten con el tiempo en la causa de que se agote la inspiración?
-No creo que sean necesarias para el proceso creativo, aunque quizás en algunos casos y a determinadas personas les puedan ayudar.
-Asuntos recurrentes suyos serían el tercer mundo, migración, control de las masas narcotizadas y aparentemente felices, dictaduras, corrupción, desigualdades sociales o manipulación y degradación de los medios comunicación.
-Esos no son “mis” asuntos, son los asuntos que aparecen una y otra vez en el ciclo espacio temporal que habitamos… para nuestra desgracia. Como es lógico mi obligación es lidiar con ellos.
-Pero lo cierto es que no todos los dibujantes los abordan y aún menos de la manera que lo hace usted ¿Tiene personajes fijos para cada una de estas cuestiones?
-Busco en imágenes de periódicos y revistas a los actores que pueden encargarse de representar la acción y las palabras o ideas que deseo transmitir.
-Por lo que veo le interesa Goya, Bacon y el Greco especialmente, también Velázquez y no parece tener mucho interés por Warhol y lo que representa. De hecho en su libro No se puede mirar, la obra de Goya es una constante, aunque el prologuista rechace calificarlo de “goyesco”.
-El encargo del Museo del Prado para hacer algo en torno a la obra de Goya fue importante, en cuanto pude adentrarme más a fondo en su trabajo lo que me resultó sumamente interesante. Por entonces comencé a utilizar la técnica de la aguada y el uso del pincel para los dibujos que he seguido utilizando desde entonces.
-De ese mismo libro se desprende que su relación con los museos parece ser de amor-odio.
-Lo que comento en el libro sobre los museos creo que queda explicado muy claramente en el texto, es un lugar que me gusta frecuentar, pero en el que no me gustaría vivir.
-No parece tener un gusto especial por lo abstracto, de hecho llega a decir que la mente no está hecha para el desorden y si lo encuentra intenta darle un sentido.
-La abstracción no es necesariamente más desordenada que la figuración, el orden o el desorden no son valores en sí mismos, véase Picabia y Mondrian. Cada uno en su orden y desorden son insuperables.
-También asegura que recurre a las ideas dispersas para no ser un blanco fácil ¿Teme ser incomprendido o criticado? Algunos lo califican de genio y otros de ácrata fracasado.
-Me limito a hacer lo que creo que debo a hacer de forma coherente y clara, los juicios ajenos afortunadamente no me afectan. Naturalmente comprendo que puedo estar desacertado.
-Bajo mi punto de vista le aseguro que no lo está. Usted mismo asegura que toda su obra gira sobre un solo tema pero que no ha acabado de percibir cuál es. O que algunos días limpia la paleta como quien borra las huellas de un crimen. ¿Podría explicarlo?
-Los aforismos requieren de un lector que complete los puntos suspensivos, son apuntes o indicaciones, no un tratado.
-¿Está más cerca de Dalí o de Picasso, tanto en estilo como en su forma de entender la vida? Aunque no mencione a ninguno de los dos en los libros que he leído.
-No son mis referentes. Por otro lado tampoco los conozco bien, eso no significa que no pueda disfrutar mucho de lo que hicieron.
-Dada la visión que tiene, o al menos eso parece, en contra del mercantilismo y popularización del arte ¿Cómo lleva tener que salir todos los días en un medio de comunicación? ¿Se puede ser perfeccionista con ese ritmo de trabajo? De hecho confiesa que cuando ve un defecto, al final es lo único con lo que se queda.
-Lo bueno de publicar a diario es que si cometes un fallo al día siguiente lo puedes subsanar, pero resulta evidente que es un trabajo muy exigente.
-En su último libro Parpadeos recurre a los aforismos en un estilo muy parecido a Nietzsche y se centra mucho más en los dibujos que en los mensajes y menos aún habla de humor. ¿Es su visión de lo que hace y del mundo en el que se mueve o se debe exclusivamente a este libro?
–Parpadeos es un texto en torno a la pintura y a mi experiencia de la misma. Es por tanto un territorio limitado pero no excluyente de otras líneas de reflexión y de trabajo.
-¿Se siente cómodo con que lo vinculen con la sátira y la ironía, el expresionismo y ser mordaz?
-Hago dibujo satírico, la ironía y la expresividad son de forma natural inherentes al mismo.
-¿Es tan pesimista con la condición humana como parece? ¿Cuál cree que es el principal reto al que nos enfrentamos?
-Soy moderadamente optimista, creo que sería posible aumentar nuestro nivel de conciencia si nos pusiéramos a ello.
-¿Cuántas viñetas calcula que puede haber hecho a lo largo de su vida?
-Las matemáticas no son mi fuerte.
–En su último libro Parpadeos parece sentir una especial preocupación y casi obsesión por la luz, los colores y su estudio al que llega a definir como un centro de oración más que de trabajo.
-Así es, lo suscribo como si lo hubiese escrito yo
-En realidad lo escribió usted ¿Qué papel juegan los libros que edita dentro de toda su obra?
-Es satisfactorio poder recoger cada cierto tiempo algunas de las viñetas que has ido publicando, son como estratos geológicos de una obra en proceso de construcción-destrucción
-¿Cuáles diría que son libros, música, películas, artistas, dibujantes y viñetas que más le han influido en su vida?
-Probablemente todo lo que he visto y leído forma parte del sustrato sobre el que cultivo mi obra.
-Una constante es que siempre predominan las imágenes sobre las palabras que son mucho más limitadas pero igual de contundentes. Quizás precisamente por ser tan escuetas supongo que implican un esfuerzo añadido. ¿Cuál cree que debe ser equilibrio entre la imagen y el mensaje?
-Si las imágenes se bastan por sí mismas es preferible no añadirles nada que las limite o acote.
-¿Está de acuerdo con que lo consideren más un provocador que un humorista o es lo mismo? ¿Qué es lo que quiere despertar en los lectores?
-Sólo me considero un dibujante de prensa. Los lectores son libres de sacar sus propias conclusiones, pero como es natural les agradezco la atención que pueden prestar a lo que hago.
-¿Qué piensa de la Inteligencia Artificial (IA)? En su caso parece más difícil que puedan apropiarse de su trabajo sin que se note, dada su originalidad.
-Por lo que comenta parece que se trata de un sistema de robo, quizás haya que tomar precauciones.
-¿Conoce el libro blanco del Cómic? ¿Qué le parece? Visto el panorama que se describe en esta publicación ¿Se siente un privilegiado por vivir de lo que le gusta?
-Admiro la extraordinaria calidad de muchos dibujantes de cómic, pero en general me fatiga la lectura, soy más partidario de la imagen única
-¿Y sobre que ya exista una segunda edición del día oficial del cómic?
-Bueno, es como el santoral antiguo, pero actualizado.
-¿Está en contacto con otros compañeros o va por libre dado lo inusual de su estilo?
-Casi todos los compañeros de profesión que he conocido, por desgracia ya no viven, pero guardo un grato recuerdo de todos ellos
-¿Cuáles cree que son los peligros del panorama de las viñetas actuales? Alguien decía que al haber sido aceptado por las élites culturales y apoyado por los gobiernos ha perdido su carácter underground, del que usted formó parte en su momento.
-Todo eso que plantea es para mí terra incógnita.
Montaje fotográfico: Fabio Amador Rodriguez.