viernes, noviembre 22, 2024

La rehabilitación del Palacio de Carta opta al máximo galardón de la arquitectura española

El Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España ha seleccionado la restauración de la planta baja de este histórico inmueble de Santa Cruz, declarado BIC desde 1947, realizada por un equipo de expertos bajo la dirección de los arquitectos Fernando Arocha, Deiene González y Carlos Arocha.

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, se muestra muy satisfecho de que la obra de restauración y rehabilitación del Palacio de Carta de esta capital, afrontada por un experto equipo de profesionales, bajo la dirección de los arquitectos Fernando Arocha, Deiene González y Carlos Arocha, “haya sido seleccionada para optar al premio más importante de la arquitectura española, que otorga anualmente el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE)”, anunció el regidor capitalino.

Bermúdez recuerda que “esta actuación sobre un edificio peculiar, y uno de los primeros en ser declarado protegido en Santa Cruz, sorteó no pocos inconvenientes y dificultades, tanto administrativos como de estructura, y hay que poner en valor cómo se resolvieron aspectos inesperados como el de hallarse el aljibe antiguo del edificio, y que obligó a modificar el proyecto”. “En ese momento -continuó- se tuvieron que parar las obras, que se volvieron a poner en marcha después que la dirección facultativa diera una solución y se produjeran los necesarios ajustes, de ahí uno de los merecimientos de esta opción al premio nacional”.

Por su parte, el arquitecto Fernando Arocha detalla que “la reciente reforma de la planta baja del Palacio de Carta ha permitido la apertura al público de uno de los edificios con mayor historia de Santa Cruz de Tenerife” y detalla que “construido entre 1721-1742 por la familia Carta, pasó a ser la Capitanía General de Canarias, a mediados del siglo XIX, y posteriormente Gobierno Civil”, al tiempo que concreta que “este edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1947, previo a una profunda reforma llevada a cabo por el Banco Español de Crédito, que instaló en él su oficina principal de la capital chicharrera”.

“Esta intervención -afirma Arocha-, finalizada en 2023, consistió en un minucioso trabajo de estudio histórico y arquitectónico de un equipo multidisciplinar, para restaurar con los materiales originales y la recuperación de detalles y espacios singulares del inmueble” y pone en valor que “se restauraron las carpinterías de tea y barbuzano del patio principal, o la cantería de piedra chasnera de Arico, y se eliminó un forjado de hormigón y un lucernario en el segundo patio, ambos añadidos en la década de 1950, recuperándose así la condición de doble patio canario ajardinado a cielo abierto”.

Señalar las imprescindibles aportaciones del equipo formado por Carlos Arocha, Daniel Fernández, Sinesio Domínguez, Carmelo González-Chávez, Leopoldo Mansito, Diego Gómez, DeCom y Aquilino Dorta, en la parte técnica;  apoyados por la historiadora Dácil Perdigón; el experto en iluminación Jose Ramón Fragoso; el seguimiento arqueológico de Javier Soler y Gema Pérez, los trabajos de restauración de Alba Fuentes, Alicia Sacramento y María J. Mallart; la fotografía de Flavio Dorta, y, finalmente, la UTE Víctor Rodríguez + VVO Construcciones, encargada de su ejecución.

Para finalizar, el arquitecto destaca que “en la fachada principal se han recuperado las alturas originales de sus huecos y se ha reformado el zaguán de acceso con la inclusión de un original sistema de accesibilidad oculto bajo los peldaños, que permite dotar al inmueble de accesibilidad universal a través de su entrada principal” y concluye que “esta accesibilidad, sumada a la dotación de seguridad contra incendios, nueva iluminación y la inclusión de nuevas tecnologías, necesarias para el uso de la Oficina de Información Turística, han devuelto a la vida una de las joyas del Santa Cruz del siglo XVIII”.

Debe tenerse en cuenta que los Premios Arquitectura se han consolidado desde su arranque en 2021, cuando el CSCAE decidió dar un giro de 180º al conjunto de los reconocimientos que venía otorgando desde el año 1981. El actual formato ha permitido acercar más la arquitectura a la sociedad, dando a conocer al público general las aportaciones del sector para mejorar la habitabilidad, garantizar el acceso a una vivienda digna, proyectar espacios públicos pensados para el bien común, y preservar la singularidad cultural de los pueblos, la riqueza de sus respectivas historias y la conservación del planeta.

Es esa riqueza y diversidad de las distintas culturas y territorios la que da lugar a un panorama arquitectónico nacional enormemente fértil y plural que se ve reflejado cada año en los Premios Arquitectura.

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