domingo, agosto 10, 2025

A vida y muerte sobre el manto de nieve: The Dead of Winter, de Brian Kirk. Por Manuel García de Mesa

«Parte del placer de esta película es que es una pieza de género… Invita al público a la promesa de un viaje visceral y apasionante. Pero debajo de eso, realmente se trata de cómo vivimos, cómo sobrevivimos.» — Brian Kirk

THE DEAD OF A WINTER (EE. UU., Alemania y Finlandia, 2025), de Brian Kirk.

En la película Fargo (EE. UU. 1995) de los hermanos Joel y Ethan Cohen, una agente de policía embarazada que parece un poco despistada interpretada maravillosamente por Frances McDormand, resuelve un caso criminal de escalada de violencia y muerte con un trasfondo de ambición personal y familiar. El personaje de la detective está más centrado de lo que parece. Eso le otorga una ventaja importante frente a sus adversarios. The Dead of a Winter, el nuevo filme de Emma Thompson, dirigido hábilmente por el irlandés Brian Kirk, cuyo estreno mundial tuvo lugar el día 8 de agosto de 2025 en la Piazza Grande del Festival de Cine de Locarno, edición 78, juega ligeramente con esa idea.

El personaje que acomete la actriz británica es el de una mujer solitaria, viuda, melancólica, que pasa los días pescando en el hielo y recordando a su esposo recientemente fallecido, portando sus cenizas y decidiendo donde verterlas. En una de sus incursiones en el nevado paisaje de Minnesota, aislada de la civilización y sin cobertura en su teléfono móvil, observa como una pareja de mediana edad ha secuestrado y maniatado a una joven. ¿Qué pretenden? La viuda, contra todo pronóstico, interrumpe el secuestro e inicia una lucha por su supervivencia y por liberar a la joven de sus empecinados captores, que va más allá de toda expectativa. La mujer rápidamente se da cuenta de que es la única esperanza para la joven maniatada y encadenada. El empleo del paisaje nevado como si fuera un personaje adicional, y las diferentes idas y venidas del pasado y presente de la viuda, emparentan este correctísimo filme, no solo con el mencionado de los hermanos Cohen, sino con obras maestras como El Dulce Porvenir (The Sweet Hereafter, Canadá 1997), de Atom Egoyan, o con Aflicción (Afliction, EE. UU. 1997), de Paul Schrader, filmes donde la nieve y el juego del pasado y el presente potencian el drama a niveles paroxísticos.

Resultó paradójico que el filme no se rodase en la real Minnesota, donde el filme transcurre, como nos deja claro la radio del vehículo de la protagonista al comienzo del filme, sino en Finlandia. En el estado americano del norte ya no nieva como antaño. Por otra parte, la idea de rodar en Finlandia hizo que la coproducción con ese país se consolidara, y con ello la llegada de fondos adicionales para la filmación. El equipo se trasladó al escenario original e incorporó algunos detalles del estado americano, como la gasolinera que se ve en el filme, reconstruida literalmente en escenarios de Finlandia. La jugada salió bien. Al fin y al cabo, pese a que el guion original está escrito por dos personas de Minnesota, Nicholas Jacobson-Larson y Dalton Leeb, al fin y al cabo, ambos lugares poseen lagos enormes que se congelan durante el invierno, que es el escenario principal del filme. La paradoja cultural viene dada por las enormes comunidades de alemanes y finlandeses que viven en el mencionado estado americano.

El filme no da respiro en la lucha por la supervivencia, la toma de decisiones inmediatas y el juego entre el suspense y el azar, en una historia que transcurre a tiempo real. El duelo entre Emma Thompson y la villana, interpretada por la también veterana Judy Greer, letal con su fusil de mira telescópica, funciona, especialmente a raíz de que descubrimos su motivación. Su determinación, su inflexibilidad en la necesidad de utilizar a la joven secuestrada para salvar su propia vida, precipitará unas importantes decisiones en el personaje de Emma Thompson, que llevan a un final absolutamente sobrecogedor y brillante, entre implacable, dramático, nostálgico y poético. Los artífices del filme saben que la conclusión del filme funcionará, si son capaces de otorgar al espectador las oportunas cartas de juego, si van dosificando correctamente la información. La baraja está correctamente repartida, de modo que cuando llega el final no nos queda más remedio que conmovernos e impactarnos.

Brian Kirk en el rodaje de la película The Dead of Winter

Brian Kirk es un realizador que ya está algo curtido en las lides del thriller. Ha dirigido capítulos de series como Penny Dreadful, Juego de Tronos o Luther. Justo antes de la pandemia había estrenado Nueva York Sin Salida (21 bridges, EE. UU. 2019), con el fallecido Chadwick Boseman de protagonista. Un thriller donde el espacio, la geografía y el tiempo de la acción tiene mucho peso en la carga del suspense. Kirk aborda el reto que le supone The Dead of a Winter con imaginación, oficio, y dominio del espacio y del tiempo. Secuencias como el momento en que la pescadora viuda observa el secuestro, o en el que la villana dispara implacablemente a la heroína que trata de ocultarse en su vehículo, o el duelo final entre ambas y la manera de resolverse, marcan algunos detalles de rotunda profesionalidad, que impactan por la sobriedad expositiva y el drama de fondo en la acción, el impulso que marca las acciones de los dos personajes, lejos de efectismos manipuladores, de los que afortunadamente el filme rehúye.

Se ha dicho mucho por los artífices del festival que en el filme vemos a una Emma Thompson muy distinta a como estamos habituados a verla. Cierto es que sus papeles no suelen ser tan físicos, pero la realidad es que parece concebido para ella. Pocas actrices hubieran podido otorgarle la humanidad y vulnerabilidad que su personaje requiere, pero al mismo tiempo, su fortaleza e inteligencia y hacerlo además de un modo tan creíble y honesto.

El 8 de agosto se recordará en Locarno, Suiza como el día que llegó la británica Emma Thompson. Comenzó alrededor de las 15 horas, presentando en la sala Palacinema1 con un esforzado y cantarín acento italiano, el filme Sentido y Sensibilidad (Sense and Sensibility, Reino Unido, 1995), de Ang Lee por el que la actriz ganó el Oscar por su inmenso trabajo de adaptación de la novela de Jane Austen. Por la noche, en el escenario de Piazza Grande, ante una audiencia de miles de espectadores, recibió el Leopard Club Award y conquistó con su simpatía, carisma y sinceridad a una ciudad rendida y admirada. El pase del filme en la gran pantalla fue un auténtico impacto.

Fotografía de portada: Emma Thompson en una de las escenas de la película The Dead of Winter.

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