Bodrio sideral de proporciones cósmicas, no se entiende éste corte de mangas de James Gunn, a menos que se marque su particular Cocksucker Blues, a los pacatos de Marvel Disney, por vetarlo tras una serie de declaraciones, y darles por saco con una adulta, gamberra e inteligente película de superhéroes, cómo viene a ser Suicide Squad para la Distinguida Competencia…
¿Y que tenemos aquí? Dos horas y pico de la nada más absoluta, que me ha despertado ese deseo ferviente de abandonar la sala, tras tal cúmulo de estupideces, que un servidor no sufría desde Wakanda Forever o Ready Player One. La sobrevalorada y amena primera entrega, revitalizó (pasándose por el forro el cómic original) el Space ópera, quedando, eso sí, muy por debajo de su modelo; la excelente Firefly de Joss Whedon, o la magnífica actualización de J.J. Abrahams sobre Star Trek. Whedon, Gunn, y posteriormente, Edgar Wright y Taika Waititi, eran Enfants terribles con una estimulante filmografía previa, que se vieron con bozal, porque los mafiosos del ratón no tienen los arrestos suficientes para dejarles vía libre…de ahí los catastróficos resultados de los últimos «desfases». La secuela baja el listón, denotando síntomas de agotamiento, pero ésta que nos ocupa es una tomadura de pelo, donde la creatividad y la sorpresa brillan por su ausencia.
Este engendro pretende, incluso, de manera hipócrita y facilona, un discurso animalista de cuarta, con bichos virtuales (un conejo a lo Hannibal Lecter, una nutria ortopédica, etc…). A saber, experimentos del Alto Evolucionador (aquí de color, pero, cómo lo define Starlord; » especie de Robocop polioperado con traje de Skeletor»). También hay niños que rien, mapaches que lloran y ven la luz, amigos inmediatos que se abrazan y un Adam Warlock totalmente idiotizado (Will Poulter, magistral en Detroit y Midsommar), que nada tiene que ver con el cómic. También desaprovechan la idea de la Contratierra, donde Drax se despacha a gusto lanzando piedras a infantes o tirando a híbridos de la moto, supuestamente, para hacer gracia…pero ojo, a los pobrecitos animalejos en cautiverio y tristemente torturados en los experimentos del villano, ni tocarlos.
Aquello no hay por donde cogerlo, desde la perrita parlante Laika (demencial) hasta los cameos desaprovechados , de fetiches del director, cómo son Michael Rooker, Nathan Fillion o Gregg Henry, que intervienen en las mucho más dignas Super y La Plaga. También reaparece Sly Stallone como líder de los saqueadores, y Howard el pato (casi lo mejor). Y este es el plan. Personajes mal dibujados, trama endeble y con agujeros (de gusano?) y, para seguir la tradición, un conjunto de cancioncillas pop para la generación Spotify (esos que no escuchan discos enteros) que empieza con una versión acústica del Creep de Radiohead, y acaba con Badlands de Springsteen, acaso los momentos más felices del film, lo cual es decir mucho…o poco. Por lo demás, Chris Pratt sigue tan cargante como siempre (a la par que en su otra insufrible trilogía, la jurásica) y hay una escena de combate, el enésimo plano secuencia con ralentí, que intenta ser rompedor, y llega más tarde que toda esta bazofia del MCU, fórmula ya prácticamente agotada, que solo funciona para mentes de 12 años (su auténtico target). Los lectores de cómics debemos abstenernos y revisar joyas como Logan o El caballero oscuro, para oxigenarnos de tanta mediocridad. Menos mal que en noviembre vuelve Villeneuve con la segunda mitad de Dune, para enseñar cómo se hacen las cosas en el cine de género.
Es irónico que una película (?) sobre el artífice de la guerra de la evolución, certifique la definitiva involución del blockbuster de temporada. La vulgarización del cine de evasión. Por cierto, se ha dicho que este festival de tópicos, es de una carga emocional irresistible ( sic)….yo, sinceramente, prefiero pelar una cebolla. A evitar. Aprovechen la fiesta del cine para disfrutar de lo último de Walter Hill o Neil Jordan, o de lo mejor de la cartelera, la excepcional Beau tiene miedo (próximamente en Culturamanía), donde tanto Ari Aster como Joaquín Phoenix, vuelven a dar una lección de séptimo arte .
En cuanto a esto, pues escuchen Since you, ve been gone, y acuérdense de…. Rainbow, of course. De Kevin Feige ya me acuerdo yo cuando se me gasta el papel higiénico…
Recomendada a Jabalís, Mapaches, Cefalópodos y cinéfilos con camisetas de Bambi y El Rey León.
Imagen promocional de la película