Asunto: Alien Covenant.
Hace unos 38 años Ridley Scott dirigió una obra maestra del terror y la ciencia ficción; «Alien»… Scott venia de «Los duelistas», y después de «El octavo pasajero», realizaría otro clásico del género: la inmortal «Blade Runner»… tres filmes incomparables dos de ellos parte de la historia del cine por derecho propio y toco techo… y a partir de ahí se ha dedicado a sobrevivir artística y comercialmente como puede… ha habido de todo: thrillers mediocres, peplums digitales sobrevalorados, sonrojantés remakes bíblicos, cruzadas imposibles con Orlando Bloom, propagandistas filmes bélicos, remakes inconfesos de yakuzas, Robinson Crusoes en Marte y como hizo su malogrado hermano Tony con Denzel Washington; Director fetiche de Russell Crowe… En 2011,en un arrebato de esterilidad artística y nostalgia financiera, digna de George Lucas, Scott vuelve al film que le encumbro, pasa olímpicamente de los últimos desaguisados «versus predator» y vuelve al origen… sin Giger… sin Moebius… y con Damon Lindeloff al guion («Perdidos»,»Cowboys.vs.Aliens»)… aquello se llamó «Prometheus», como la nave en la que viajan los protagonistas, y cuatro años después llega «Covenant», como la nave en la que viajan los (insípidos y desdibujados) protagonistas.
Han pasado diez años desde que dejamos a David (Michael Fassbender)… un pequeño prologo-flashback nos recuerda las inquietudes, ansias y necesidades del androide, un moderno Prometeo que quiere crear… y no solo música mediante piano o flauta. David, cual personaje cotidiano, se ha exiliado en el (o uno de ellos) planeta de los ingenieros (otro flashback explicativo, con la llegada y posterior amenaza; uno de los mejores planos del film… con un fassbender entre Magneto y Jedi), y se ha convertido en una especie de Doctor Moreau, experimentando con el Patógeno de la primera parte y la hibridación con diferentes criaturas, gestando y pariendo a nuestro xenomorfo favorito.
A muchos; que campan a sus anchas cual velociraptors ávidos de carnaza…y en eso que llega el doctor manhattan y su tripulación; perdón, Billy Crudup, después de que James Franco, batiendo el record de Max Von Sydow en «el Despertar de la Fuerza”, la palmara como la tripulante femenina de «El planeta de los simios» (o Michael Biehn en Alien 3)… a partir de aquí abandonamos los spoilers y la importancia de los aliens en la trama; decantándose por un dilema existencial y un discurso filosófico artificial (la estrella es el Sintozoide) y artificioso (Ridley tira de saldo de «Los replicantes”) entre Mary Shelley y H.G Wells… con un par de escenas antológica con Fassbender por partida doble… todo esto después de unos 45 minutos que son puro remake del título original, solo que los tripulantes no le llegan a la suela en carisma y profundidad a la del Nostromo; y a partir de aquí una sucesión de tópicos para amortizar las cotufas y la cocacola: corre corre que te pillo; es el-no es el, se habrá metido alguno en la nave bla bla…con giro final (in?) esperado y Cliffhanger para seguir explotando la reina madre de los huevos de Alien (que para Scott no existe… Fuck Cameron!) y con un clímax que convierte el de «Life’en magistral”… en resumen; un sacacuartos a rebufo de una saga venida a menos, que mancilla el recuerdo de las brillantes e inimitables primeras dos entregas, en la que solo destaca el gran trabajo en un doble papel de Fassbender, sin lugar a dudas uno de los mejores actores de la actualidad que hace lo que puede con este «hibrido» de Frankenstein,A.I y el ya citado libro de Wells,.. que convierte a David en un organismo biónico… mas aterrador que Skynet,Hal 9000 y Donald Trump juntos… solo para domingos lluviosos o de resaca… miedito me da la nueva «Blade Runner». End of Transmission